Película que nos lleva a las profundidades de lo visible en el bajo Manhattan. Oliver Stone retrata el capitalismo más extremo que hace de la codicia un bien inexorable de la rutina financiera. Nos demuestra que la ambición sin límites deja una huella imborrable en el corazón de un Bud Fox (Charlie Sheen) embelesado del poder y el dinero del magnate de las finanzas Gordon Geckko (Michael Douglas).
Podemos destacar del film, la sofisticada puesta en escena y fundamentalmente el cuidado minimalista de los detalles que llega a proponernos un Oliver Stone, que hace de Douglas un actor simplemente perfecto para el papel y de Martin Sheen un actor superior a un muy convincente Charlie Sheen.

No puedo más que escribir esta crítica desde el corazón.

Estamos ante un film acorazado y engarzado de la admirada y protocolaria nobleza brtánica.
Es correcto decir que la escenografía, la dirección y el acompañamiento actoral es más que bueno. La aparición de Wiston Churchill; uno de los mejores oradores y líderes del siglo XX, le da más fuerza, credibilidad y un toque retrospectivo a la película de Tom Hooper.
De perogrullo es decir que la actuación de Colin Firth es simplemente; sublime.

Pero sin embargo el transfondo emocional tiene un peso mayor de lo que se ve en la superficialidad de la cinta. Con ella hemos aprendido que los desplantes emocionales llegan a afectar a nuestra alma de manera insospechada; incluso haciendonos dudar de nuestra propia voz.

Séneca consideraba la verdadera nobleza del hombre obedeciendo a la recta razón, tener una alma justa y adornada por la sabiduría y la virtud. Por ello Jorge VI y Colin Firth se merecen la condecoración como duques de la superación y el apreción de una vida sin límites.

Digamos que Boyle hace lo díficil. Hacer de una película que transcurre en un 80% en unos pocos metros cuadrados una película de acción trepidante; con algún altibajo, todo sea dicho; pero trepidante en su conjunto.

Esto es algo que solo grandes como Alfred Hitchcock en la ventana indiscreta o Rodrigo Cortés en Buried, han conseguido; salvando las distancias indudablemente con el genio londinese. A ello ayuda la innovación del director y fundamentalmente el buen papel de un James Franco que se mete de manera muy convincente en la piel de protagonista.

Lo más destacable sin duda del film, son los valores que de ella emanan. Las ganas de vivir, el no desfallecer por difícil que sea la situación, el control de las emociones,... Todo ello hace me hace recordar el libro del doctor judío Viktor Frankl "Un hombre en busca de sentido"; que nos viene a decir que AQUEL QUE TIENE UN PORQUE, ENCUENTRA EL CÓMO.

Aaron Alston se tiene más que merecido en la actualidad el poder ser motivador y conferenciante. Bravo.

Nota:7,5

Estamos ante una de esas películas que no se caracterízan por un elenco de actores excelso o un guión hiper-desarrollado con una trama muy complicada. Pero si nos encontramos con una película que te hará creer en los encuentros fortuítos, en los valores de la amistad o la pasión sin cálculos ni mediciones.
Hace una perfecta simbiosis de dos generaciones muy diferentes como la de Niki y Alessandro Belli; que se ve reflejado en una escena de la película: ellas desean crecer y madurar y ellos desean retornar a la animada y ocurrente adolescencia.
Para mi es una muy buena adaptación del mejor libro de Federico Moccia en donde el seductor Raoul Bova y la tierna y bellísima Michela Quattrociocche van como anillo al dedo para hacer que realmente creamos en ese sentimiento que nos inunda y nos hace diferentes: el amor.

Es imposible no enamorarse de esta oda al buen cine; al cine de calidad, al cine que perdurará sea cuál sea la generación que la vea, al cine que te que te apetece ver de nuevo para apreciar con mayor atención la belleza de sus detalles y paisajes; y como no para poder llegar a sentir lo que Yuri Zhivago en su escena final.

The Academy Awards, siempre; y desde sus inicios ha dejado alguna de esas películas, directores y actores sin su premio más codiciado sin un porqué muy claro. Los Oscar a mejor guión adaptado (Robert Bolt), a mejor fotografía, mejor banda sonora (preciosa de Maurice Jarre), mejor vestuario y mejor dirección artística saben a poco para esta relíquia del séptimo arte.

En ella, David Lean nos enseña una vez más como se dirige una superproducción sin caer en la simplicidad de su magnificencia y si a como apreciar los detalles más recónditos de la misma. Bien es cierto que la novela de Boris Pasternak (Premio Nobel de Literatura en 1958), es deliciosa por si misma; pero sólo el británico Sir.David Lean la llevaría a la pantalla de manera tan ecuánime.

Para finalizar las razones de dicha injusticia cinematográfica destacar a Omar Sharif como Yuri Zhivago y a la bellísima Julie Christie como Lara Antipova; que sin ser dos de los mejores de la historia dan credibilidad a la historia más bonita de la literatura rusa.

Simple y llanamente imprescindible