Recuerdo una frase de mi profesora de filosofía en el instituto: "la mente de un niño es un folio en blanco, sobre el que todos los adultos tratan de escribir algo de sí mismos". Dicha profesora trató de despertar una conciencia en nosotros, una capacidad de pensamiento libre, independiente de todo aquello que los adultos desearían que pensaran sus pequeños.

En esta película, pienso que ocurre algo bastante opuesto: todos los adultos a su alrededor tratan de hacer de ellos unos genios, y, tal vez, también una especie de personas con relevancia o la capacidad de cambiar el mundo a su voluntad. Pero esto no ocurre inocentemente, sino que es a causa de una especie de adoctrinamiento sectario que recuerda al experimento soviético (incluso algo nazi) que fue mi propia infancia, por parte de mis padres. Tal vez, por esto veo algo en común con otras películas de este género, como "La Ola".

Es decir, que, lejos de la neutralidad, ese peligroso juego de proyectar los deseos y frustraciones personales sobre los pequeños, les llena la cabeza de pájaros y de mentiras sobre cómo vivir y, lejos de hacerlos fuertes, convierte su vida en una decepcionante tragedia, con muchos más obstáculos de los que deberían encontrar en una vida considerada normal y saludable.

Según mi propia experiencia, por las enormes carencias que sufrí, creo que, más que horas y horas de estudio, más que la cualidad de permanecer impasibles ante la crueldad del ser humano (y de tus propios padres), lo que necesita un niño para ser fuerte y relevante es simplemente cariño, calor, apoyo, contacto físico, diálogo... Ningún sistema educativo puntero podrá sustituir, jamás, las carencias afectivas familiares y otras formas de maltrato más obvias. Debo más a mis amigas, amigos y novias de mi adolescencia, que a mis padres. De no ser por los amigos que tuve, no sería quien soy y, posiblemente, no seguiría vivo hoy...

Coincido en que el suspense es mantenido desde el inicio, y creo que tanto música como efectos musicales contribuyen efectivamente a la sensación psicológica de extrañamiento. Y coincido en que en algunos momentos se convierte todo en demasiado inverosímil, supongo que por el elemento fantástico u onírico, que no llega a ser fácilmente asimilable, dentro de un contexto realista.

Por otra parte, creo que el tema ecológico, aunque gran parte de lo que se muestra es bien cierto y sugiere una revisión de nuestros modelos de producción y convivencia, es más bien secundario, o sea, que es tan solo el soporte empleado para sostener la actitud derrotista de los chavales.

En mi opinión, hay algo más allá de esto: es una especie de conciencia colectiva y algo sectaria, que mira hacia la llegada del fin del mundo y se prepara para ello; en lugar de tratar de cambiarlo, se preparan para ser mártires y pagar por los errores y la crueldad de otras personas. Nuestra sorpresa llega cuando comprendemos que no andaban tan desencaminados; ¿coincidencia o premonición?

Arte como artificio, como invención humana capaz de comunicarse con los humanos a través de sensaciones. La mayoría de artistas se pasan la vida en busca de su obra maestra, es lo que les motiva a seguir produciendo, el deseo de superarse. ¿Dónde está el ego, aquí, cuando un puñado de artistas están seguros de que todavía no han hecho el mejor trabajo de sus vidas?

Quiero decir, que deberíamos darles el derecho de intentarlo, al menos, pues de lo contrario el "arte del cine", corre el riesgo de convertirse en una factoría de palomitas y recetarios del triunfo (sí, muy entretenido, pero siempre igual, una fórmula de masas, idéntica a la de los éxitos musicales). ¿Dónde está el pecado de esta obra, por haber intentado crear algo diferente, sin dejar de ser cine de ficción? Podrá ser errada, o no. Y si dejamos que sigan intentándolo, estos artistas, probablemente podremos verlos superarse. ¡Pobre Buñuel! De haberse encontrado con algunos de los leones que postean aquí, se lo habrían comido, reclamando la devolución de sus dos horas perdidas en "una película sin historia".

Por supuesto, el cine es una industria y, como tal, busca beneficios, pero me arriesgo a decir que, en este caso, la producción ha gastado dinero en un intento de arte, y es probable que lo hayan hecho siendo conscientes de su escasa rentabilidad. No olvidemos que, detrás de todo ese "artisteo", siempre hay unos cuantos artistas haciendo su trabajo, crear arte, por gusto, por vicio. Claro que, ningún artista nace aprendido y con el don de ser mejor en cada obra. Ni mucho menos, tienen el deber de agradar con su arte a todo el mundo, solo por haber sido súper-héroes en el pasado, no seamos tan banales.

Algunos sufren por "perder dos horas de su valioso tiempo" en este "pasa-ratos de escasa utilidad para sus vidas". Digo yo que serán un poco exagerados.

No sé si esta es la clase de obrerismo que merece un diez. Desconozco la motivación ni la producción, pero es bonito de ver un film pionero del género de instituto, y a un negro con dos cojones, con perdón, plantarle cara a unos chulillos, y terminar ganándose su amor. Es una historia bonita e impactante, y ojalá que hoy sirviese de algo este ejemplo de honorabilidad y lucha contra los prejuicios raciales.

Hay muchos gestos de buena vecindad también entre las gentes del barrio y el profesor, por la calle, en el mercado... Supongo que su relación con la enseñanza y la juventud influyó en su enorme carga de valores, con un fin didáctico. Es llamativa esta mentalidad más a la europea, algo avanzada en comparación, por ejemplo, con los USA de aquellos tiempos. En mi opinión, diría que resulta incluso algo revolucionaria.

Una trama casi perfecta, compleja y adictiva. Quizás el único fallo es que sea tan compleja, sin tiempo para profundizar en algunas pistas, o en la psicología de los sospechosos, a fin de que el público tenga mayor juego para realizar sus propias conjeturas. Un pequeño detalle, pues en lo demás, resulta un buen engranaje novelesco.

Aparte de su propia condición de ser, dirige nuestra atención, además, hacia el conflicto bélico (simulacros) con sus hermanos del norte, ya cronificado, en aquellos años 80. Creo que también nos muestra la aparente resistencia de este pueblo, sobre todo en las zonas rurales, a perder su identidad, en aquel entonces (rechazo de la cultura americana, y de la ciencia discreta y la tecnología, en favor del saber tradicional y la para-ciencia). Algunos siguen reacios a aquella globalización cultural y tecnológica, mientras que otros, como los científicos, reconocen no disponer todavía de suficientes medios.

Que es una película de bajo coste y bastante independiente, no se puede discutir. Es evidente que fallan los raccord; por ejemplo, en el maquillaje de Lu, cambiante de un plano a otro. El guión también puede tener puntos flacos, además de por sus personajes, prácticamente bocetos, sin mayor profundidad, así como por los giros repentinos. Pero, también es cierto que, si llegásemos a sentir cierta cercanía con los personajes, nos costaría mucho más de digerir, la violencia.

Aún así, no deberíamos desaprovechar la oportunidad de disfrutar algunos aspectos en los que destaca favorablemente: el primero, la selección musical, en mi opinión, obra de alguien que realmente ama la música, con cultura y gustos variados, además de que es obvio que hace honor al carácter 'indie' de la película, y que acompaña en algunas escenas aportando oscuridad, una especie de toque vampírico, por ejemplo en el tema de Joy Division. Creo que el título de la película refuerza este punto de vista (es el nombre de un grupo de rock alternativo de NY, heredero de la escena hardcore punk).

La segunda cosa a destacar, es la visión de Nueva York (Manhattan, Brooklyn) que nos muestra. Nada de superpolis ni superdetectives, nada de avenidas de neón, nada de garitos 'superchic' llenos de modelos campeones de rodeo y de bailarinas de anuncio de colonia y champú. Al contrario, esta película nos acerca a algo más parecido a la realidad, si uno se atreviera a dejar las rutas turísticas pintorescas e intentase mezclarse con gente de a pie, o más de barrio. Se nota en la figuración, se nota en el reparto, se nota en las localizaciones, (almacenes, pisos, etc.) y se nota incluso en el vetusto túnel que atraviesan. Uno podría pensar que la peli está filmada en otro país, hasta que no aparece el primer taxi, las primeras señales y carteles indicadores, los primeros puentes,...

Definitivamente, hay mucho más cartón-piedra del que pensamos en todo producto 'American flavour' y, como es lógico, allí también muere gente sin ayuda y también se archivan casos sin resolver, y también hay barrios por los que no pasa un coche de policía cuando se la necesita.

Al margen de esto, me gustaría expresar lo que yo he entendido en esta película acerca de su violencia, pues no estoy de acuerdo con las críticas leídas:

Ciertamente, su violencia llega a ser desagradable (a pesar incluso de las necesarias elipsis). El color y textura de la sangre parecen escogidos a este efecto, tal como se haría en una película más 'gore'. Sin embargo, ¿qué pasó en las escenas anteriores? "¡Ups! Ya casi ni me acordaba, es cierto..." ¿Es que estamos demasiado acostumbrados a lo segundo, aunque sea solamente en el lenguaje del cine, y esto ya no nos parece una forma tan cruel de acabar con la vida de una persona? ¿Podría decirse que adoptamos, inconscientemente, nuestro propio baremo de la crueldad, la justicia y la venganza legítimas, según para y con quién...? Por ejemplo, si fuera Liam Neeson, o Nicholas Cage, o Jason Statham, quien toma venganza contra los agresores de su hija, y se lleva por delante a "todo dios", esto es mucho más digerible, sin duda, que la idea de una mujer que sienta ese odio.

Es decir, a todos se nos remueve algo cuando vemos morir a un inocente. Supongo que pensamos algo así como: "pobre tío, si no ha hecho nada, no se lo merecía". ¡Ups! Me olvidé de lo anterior, de nuevo. ¡Vaya! Resulta que tampoco había hecho nada, ni lo merecía, ¿o sí...? Sin embargo, este delito parece ser mucho más masticable que los otros (según el punto de vista dado en la película), probablemente, de tan habituados como estamos a su presencia, en las cabeceras de los noticieros. Lo que quiero decir es que, tal vez, la película pretende jugar con ese juicio o prejuicio visceral que emitimos en cuanto conocemos cualquier noticia real de este tipo: "las mujeres que maltratan a los hombres están locas". ¿Y los hombres que maltratan a las mujeres? "Bueno, el hombre siempre estuvo ahí, ¿no?"; como si, lo esperable y razonable, fuera la sensatez de una, frente a la violencia del otro... Para que no haya lugar a dudas, expreso mi rechazo hacia toda forma de violencia, provenga de donde provenga y dirigida hacia cualquier parte.

Por último, en absoluto creo que esta película tenga nada que ver con enseñar pezones, me parece una interpretación bastante pobre, pues no veo nada de ese tipo de cine pasa-ratos, que se adereza con éxitos musicales y fiestas de universidad en bikini y topless, ni por asomo se adivina esta intención. Aparte, tampoco son ninguna inmoralidad los escasos desnudos mostrados. Uno de ellos, de hecho, está claramente justificado por los efectos especiales y...¿había más, en serio? Yo no los vi, no sería tanto...