Ufffff…Que decir de Los descendientes: película de sensaciones contradictorias. Una primera parte apoyada en tono de comedia agridulce, que a mi, personalmente, me provoca rechazo, no conecto con sus secuencias, una de ellas, de levantarse de la butaca y decir adiós. Personajes de poca credibilidad, y algún sujeto metido con calzador: chirriante.
Una segunda parte que recupera un tono más dramático y menos frívolo en el perfil de la personalidad de los personajes. Con situaciones mucho más contenidas y creíbles. Ambientada en una Hawai idílica en lo visual, pero fría en lo emocional.
Con un final acertado y que levanta las sensaciones positivas del conjunto. Bueno, que quizás espera mucho más, es cierto, y, que la sensación de decepción, también es cierta.

Perturbadora e inquietante película Cisne Negro. Visualmente de una fuerza arrebatadora, subyugante y desconcertante. La búsqueda de la perfección a través del arte, la dualidad personal del bien y del mal, la hermosura y la tentación del mal como triunfo de la imperfección, tan atractivos en ciertos momentos de la vida. Todos estos componentes hacen de Cisne Negro una gran película, no quisiera pasar por alto algún que otro desliz, y un, personalmente, cuestionado final. Sin duda el impacto del film se hace notar muchas horas después de su visionado y de una manera muy positiva, un aspecto más a su favor: los posos de una gran película. Magnífica interpretación de Natalie Portman: de delicada belleza. Poco más que añadir, atrévanse a vivir una estupenda experiencia cinematográfica y déjense llevar por la melodía de Chaikovski.

Si, me aburrí, que pasa. Bostece en muchos momentos. También voy a ser sincero; fuí a verla porque no me quedaba otra opción en el horario que me interesaba. Os juro que puse todo mi empeño por sentir lo que estaba viendo, pero, cuando se me abre la boca... malo, y no una, sino dos veces seguidas. Sensación general: hastío, languidez mental.

De Juliete Binoche que voy a decir, es muy evidente: es muy grande, magnífica interpretación. De kiarostami, que lo siento mucho, pero su cine me resulta lánguido y aburrido, me aburren mucho sus películas. No me trasmite su cine sensaciones emocionales con garra y fuerza.

Buena película de Scorsese. Envolvente, dinámica, tramposa, excesiva en algún momento. Con muchos detalles visuales góticos. Buen guión. Me atrapo en la butaca: desconcertado, manipulado e impotente ante los acontecimientos que nos muestra la pantalla.



La sensación final, cuando te levantas y te dispones a salir del cine, son extrañas. Te cueste deshacerte de la maraña que monta Scorsese. Pero no quiero dejar pasar por alto también la sensación de manipulación a la que somos sometidos los espectadores, que mi orgullo, en ciertos momentos, no perdona.



Quiero dejar claro que no existió ningún condicionante previo a la visión de Shutter Island. No conocía nada acerca del argumento. Me dispuse a visualizarla virgen de conocimientos acerca del guión, hecho, que creo, ayudo al disfrute del film.

Estamos, en mi humilde opinión, ante la mejor película estrenada en este reciente 2010.
La expectativas que despierta este inquietante director, hace que el previo visionado de cualquiera de sus películas, nos resulte estimulante.
El blanco y negro de las primeras imágenes nos traslada a una zona rural de la Alemania de 1913, a las puertas de la primera guerra mundial. Los acontecimientos acontecidos a partir de ese verano nos dan paso a entrar de lleno al horror sutil, frío y embrionario de un futuro no muy lejano. Un blanco y negro, con algunos magníficos planos fijos que nos recuerda al maestro C. T. Dreyer, como esos inquietante silencios, que obligan al espectador a involucrarse mas de lo que esta en el relato. Con un guión helador, contundente y con ritmo narrativo pausado y en perfecta sintonía con las imágenes.
Tengo que decir, que la sensación (este, que esto escribe, siempre se basa en las sensaciones libres y no condicionadas que le trasmite una película) final mas contundente que siento justo al final de La Cinta Blanca es de horror y terror, con un magnífico ultimo plano que pone los pelos como escarpias, dando paso a un progresivo fondo negro y silencio, silencio que acompaña a los títulos de crédito.
Magnífica y absoluta obra maestra de Haneke.