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Críticas de marcos_188
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
7
1 de junio de 2010
31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Avaricia es la máxima expresión del naturalismo en el cine de los años veinte. Stroheim consigue dotar de expresividad total al cine mudo gracias a la perfección con la que cada toma estuvo rodada. Es una película revolucionaria tanto por su uso de la profundidad de campo y de foco como por los movimientos de la cámara, consiguiendo así que cada fotograma brille con luz propia. Además, el cineasta vienés se atrevió a rodar la mayor parte de las escenas en exteriores, con escenarios reales y luz natural. Fue un duro trabajo de dos años en los que Stroheim rodó ocho horas de película repartidas en treinta y seis rollos que elevaron el coste de la obra a 750.000 dólares de entonces. Los productores de la película, que pretendían una cinta de carácter comercial, obligaron a Stroheim a cortar su creación y para dejarla en tan solo dos horas de duración, obligación que al director no le sentó nada bien.


El film es una adaptación de la novela McTeague de Frank Norris y es un retrato de la conciencia del ser humano desde un realismo cruel, ya que la historia describe como la envidia y el egoismo pueden conducir a la locura y a la violencia. Los detalles más escabrosos de la vida de los protagonistas salen continuamente a la palestra y provocan que un film que en su principio aparenta ser un melodrama se convierta en un drama cargado de suspense donde la decrepitud humana va creciendo más y más. El clímax de la obra llena al final, en el Valle de la Muerte, cuando en un escenario propio del western Marcus y McTeague mueren por culpa del egoísmo, en una escena cargada de humor negro en la que la música toma un papel relevante.

El tema principal que se constituye como el eje central de la película es la avaricia, tema que sigue siendo actual ya que nunca caduca. Stroheim presenta la avaricia como una ambición que es el origen de la degradación humana. El segundo tema que deriva directamente del primero es la violencia, tanto la que aparece en el film como la que se genera en el espectador. La muerte, la violación y el hurto son elementos que aparecen representados en muchas escenas de forma simbólica: cuando McTeague salva a un pájaro herido y un gato trata de echarle el guante, la escena de Trina revolcándose en su cama rodeada de dinero, el entierro que pasa por detrás de la casa de los protagonistas y la escena donde el dentista besa a su amada anestesiada violando su dignidad.


En conclusión, Avaricia de Erich von Stroheim es una obra maestra del cine que refleja a la perfección la falta de moralidad que caracteriza en ciertas ocasiones al ser humano y como Dante decía: “La avaricia es de naturaleza tan malvada y perversa, que jamás sacia su voraz apetito, y después de comer tiene más hambre que antes.
marcos_188
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8
4 de junio de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stromboli es un drama de corte neorrealista, aunque no del todo. El film es una metáfora de la Italia profunda, de la sociedad arcaica europea de la década de los cuarenta. Rossellini rodó una película a caballo entre el cine y el documental: desprovisto de guión, refleja simultáneamente las tradiciones y costumbres del pueblo con el drama que rodea a la protagonista. Este hecho se demuestra en la escena de la pesca del atún, donde el director italiano combina imágenes muy ilustrativas de los pescadores faenando y primeros planos de Ingrid Bergman donde su interpretación muestra la dureza y violencia de los hechos que ella y el espectador están presenciando.

Encasillamos esta obra en el neorrealismo porque Rossellini no contó para ella con actores profesionales, excepto la estrella sueca Ingrid Bergman, que envió personalmente una carta al cineasta en la que le confesó que tan sólo sabía decir “Ti amo” en italiano. La producción de la película se desarrolló en exteriores, en ambientes desoladores acentuados por el blanco y negro que aproximan la fotografía al expresionismo alemán de Murnau y Fritz Lang. Rossellini rodó largos planos secuencia, se valió del travelling, y de planos que muestran ángulos inquietantes. Todo esto se pone de manifiesto en la secuencia final, que supone el clímax del film: una bellísima y frágil Ingrid Bergman se encuentra en medio de un maremagnum de humo, cenizas y arena; su angustia la está guiando directamente hacia el volcán y el espectador se siente igual de afligido que la protagonista gracias a los intencionados contrapicados que emplea Rossellini. Poco a poco va aumentando el ritmo de la acción y de la banda sonora hasta cortar el momento de máxima tensión con un final abierto que nos deja intrigados y en cierta medida, insatisfechos.

La libertad es un tema que está presente en toda la historia pero que es tratado desde diferentes puntos de vista. Karin en todo momento anhela ser libre; por eso accede a casarse con
Antonio e irse a la isla, pero en ella no encuentra lo que estaba buscando. Por decirlo de alguna forma, sale de un campo de concentración para meterse en otro. Por lo tanto, otro punto de vista es la esperanza de alcanzar la libertad, y por eso trata de huir de una isla en la que es una extraña y la está matando lentamente. Otro tema es la soledad, reflejado en la protagonista. Ella es una extraña en un pueblo que no quiere aceptarla, no ama a nada ni a nadie de lo que hay allí.

En conclusión, Stromboli fue una apuesta muy innovadora de Rossellini, al aunar dos géneros tan distintos pero que se deben mucho el uno al otro. La película deja un sabor agridulce, al no saber cómo termina esta tragedia, pero ahí está la magia del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
marcos_188
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8
31 de mayo de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
F.W. Murnau dirije El último, película vanguardista que se sitúa entre dos corrientes de los años veinte: el expresionimso alemán y el naturalismo. Además, el director alemán experimenta con una nueva corriente que prácticamente nace con él: el Kammerpiele. Murnau introduce la cámara desde un punto de vista subjetivo y ésta actúa como los ojos del protagosnista, mostrando de esta forma tan peculiar el estado psicológico del personaje. La cámara sube y baja por los ascensores, se desliza por una puerta giratoria, avanza y retrocede por los pasillos, da vueltas y deforma la imagen simulando una borrachera. Se convierte en una protagonista más que permite que seamos partícipes de la historia a través de los ojos protagonista y provoca que los sentimientos del espectador se relacionen con los movimientos de la cámara, los primeros planos o los drásticos contrapicados. El escenario también juega un papel muy relevante, al tratarsse en una película expresionista, y en El último cada lugar se convierte en un personaje más.

Técnicamente, la fotografía es impresionante y supera a la de obras anteriores de Murnau como Nosferatu, ya que esta vez contó con Karl Freund (Metrópolis, Tartuffo) y así, a pesar de que los movimientos de la cámara añaden una dificultad técnica, el film muestra unos encuadres perfectos que contribuyen a adentrar al espectador en la historia. La música es el colofón perfecto que ayuda desde un segundo plano a captar más la emoción.

El último es un drama psicológico escrito por Carl Meyer, con un guión perfectamente estructurado para tratarse de una película muda que provocó que la cinta no contara con ningín intertítulo de diálogos. El ritmo del film va bajando gradualmente, pero lo hace justificadamente ya que va acorde con la pena que sentimos a medida que cae más y más bajo el portero. El tema principal de la película es la supervivencia del orgullo. El portero cuando es despedido se niega a admitir su destino y finge que sigue gozando de una posición social distinguida ante su familia y ante los vecinos de su barrio. Otro de las temáticas que trata es la pérdida de la dignidad humana y el paso del tiempo. La vejez resta aptitudes laborales al portero y finalmente no le permiten desempeñar sun empleo.

La puerta giratoria del hotel es el símbolo central de la película; separa de forma arbitraria la buena de la mala vida; ya que dentro de ellas está todo lo que anhela el portero y fuera de ellas la vergüenza. Otro símbolo es el uniforme, que es el objeto más proceado del protagonista; que llega a robarlo y huir del hotel a hurtadillas, escapándose así de su propia conciencia. El portero cree que mientras el uniforme le pertenezca, su seguridad y su autoestima continuarán intactas.
marcos_188
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9
1 de junio de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luces de la ciudad es quizá la última obra maestra del cine mudo y sinceramente la que a mí más me ha llegado al alma. La película se estrena cuando ya está vigente el cine sonoro, lo que supone un desafío para Chaplin que solventa gracias a ser el genio de la pantomima. Sin embargo, en determinados episodios de la trama, se incorpora el sonido asumiendo un papel muy importante en los hechos, como por ejemplo cuando suenan trompetas en vez de la voz de los políticos al principio de la película o cuando suena la puerta del coche al cerrarse, que provoca que la florista ciega crea que Charlot es un millonario.

Muchas de las escenas de Luces de la ciudad fueron rodadas en exteriores y Chaplin exigió a sus directores fotográficos que cuidasen cada plano de forma que se resaltase la expresividad de cada actor y en especial del vagabundo Charlot. De hecho, hasta hay escenas coreografiadas fruto de ensayos, como el hilarante momentos del combate de boxeo, que fue rodada docenas de veces. Muchas de las escenas se recordarán durante toda la historia del cine y se han repetido tanto que han alcanzado el rango de mito. La escena final de Luces de la ciudad estará en la memoria de toda la sociedad al igual que la frase de Humphrey Bogart en Casablanca: “siempre nos quedará París”.

El guión que hay detrás de la película es sencillo y directo, sustentado en la narración lineal de la historia. Quizás el aspecto que encumbra a esta película al rango de obra maestra es que combina en un equilibrio perfecto la comedio con el drama, haciendo que el espectador llore tanto de risa como de tristeza. Los temas sobre los que gira la película son el amor desinteresado de Charlot por su amada; las desigualdades sociales, reflejadas en la relación con el millonario y la soledad en la que se sumerge el protagonista en diferentes momentos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
marcos_188
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6
5 de junio de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final de la escapada es la película que supone la ruptura con todo el cine anterior e inicia una nueva corriente conocida como Nouvelle Vague. La película supone una declaración de principios, contando una historia convencional pero rodada de forma alternativa a como se había hecho anteriormente. El montaje es fraccionado, impredecible y anárquico cual cuadro de Picasso; no existe un punto de equilibrio entre secuencia y secuencia: cambios de plano constantes y bruscos, combinando primeros planos muy expresivos con largos planos secuencia, ángulos rebuscados y poco relacionados entre ellos, escenas muy cortas e intensas contrastan con otras más largas (de hasta 25 minutos) con escasa importancia en la trama; saltos temporales que desconciertan al espectador..., Godard compone una película de autor, en la que prima su propio estilo; con un ritmo irregular pero trepidante que engancha de principio a fin.

La película en sí es una caricatura del cine negro norteamericano, hecha con muy poco presupuesto en la que muchas escenas están grabadas con cámara al hombro, con pocos decorados y apostando por mostrar la belleza de París. No nació con una intención comercial, pero sin embargo consiguió el calor del público y de la crítica.

El film está dominado por la improvisación y prácticamente el guión se va escribiendo solo conforme avanza la trama; los personajes son sorprendidos por la cámara e incluso se atreven a mirar hacia su objetivo con una naturalidad que al que logra sugestionar es al espectador. Godard trata de describir muy bien a los personajes por encima de todo, tanto su carácter como sus trágicas relaciones. Las muestra como personas normales, con sus aspiraciones y sus miedos, incluso muestra sus conversaciones irrelevantes que apartan al espectador de la narración de la propia película.

El personaje central es Poiccard, un pícaro de poca monta que sin quererlo ni beberlo se ha convertido en un asesino. Su papel es el del antihéroe, que vive bajo la doctrina del Carpe Diem y sostiene sobre sus hombros el peso trágico de la obra. Godard lo presenta como una imitación de Humphrey Bogart: en la primera escena aparece en primer plano, detrás de un periódico y con apariencia chulesca. La otra protagonista es Patricia, una norteamericana que se ha trasladado a París en busca de la libertad que no hayó en su país natal. Por un lado parece inocente y tiene la aspiración de convertirse en periodista, pero en el fondo es una mujer fatal y libertina.

En conclusión, Al final de la escapada es una película que te hace pensar lo que es cine y lo que no, porque desde luego es un experimento muy arriesgado. Yo la catalogaría como una “chapuza deliberada”; con un marcado espíritu rebelde y rupturista. Un montaje y una puesta en escena caótica de la que emana arte. Al final de la escapada es un canto a la libertad tanto creativa como existencial.
marcos_188
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