A los 3 minutos ya estaba haciendo garabatos en una hojita. Por favor, todo ese diálogo del personaje cliché (Polito) que ya te cuenta la razón última de toda la trama es demasiado ridículo. Como también lo son muchas de las escenas y reacciones de los otros personajes. La inverosimilitud, el ritmo, el guion, etc. Todo es un montón de humareda, eso sí, bien fotografiada. Unos freaks de la técnica estos hermanitos.


No suelo leer las sinopsis ni nada sobre las películas antes de verlas de manera que obtengo una mirada más limpia y objetiva, pero “Dios mío de mi vida y de mi corazón” cuando terminó el tostón de mil demonios y me dio por dar la vuelta a la carátula, leí de refilón: “El Padrino”, y casi me da un cólico nefrítico. La sola mención de esa palabra (a colación de nada) casi me hizo poner al mundo en cuarentena. ¿Nos hemos vuelto tontos o qué?...Como dice un colega mío: “Es que no tienen corazón”. Éstos del Cosmopolitan..., bueno, creo que la misma palabra lo dice: Cosmopolitan. En fin…


La película no tiene tensión, el cine negro queda muy lejos de este truñete made in Cohen. Se me ocurre un número que tiende a infinito de films noir que dejarían a este simulacro de “snobs-malotes” a la altura del betún de los zapatos de Cagney.


Esos puñetazos, ja, ja… ¿el tipo que es de mercurio líquido? No hay nada que no le impida seguir dando rienda suelta a su verborrea, ni siquiera un aliento entrecortado fingiendo que le acaban de dar 15 de las buenas al estómago…ja, ja. Esto es sólo un ejemplo porque en realidad todo es menos creíble que el atrezzo que utilizaban en “Barrio Sésamo”.

Es necesario ver esta película en el cine si quieres comprobar cuan “europeizado” te sientes.

Si en las primeras imágenes de humor a lo “Muchachada Nui” te ríes como una cosa tonta vas por buen camino. Podrás escuchar la risa malévola de fondo del director, seguramente con un gesto altivo, de superioridad, y seguir adelante sin temer a no ser lo que él espera de ti.

Pasado cierto umbral, el que cruza la protagonista de la historia, ya nada te hará gracia. Intentaras reírte y contagiar a algún otro espectador, pero no podrás. Es más, enseguida caerás en la indignación, la náusea y el sopor. Muy probablemente en ese orden. Pero no te preocupes ni te deprimas en exceso, el director es lo que pretende y debes saber que tu examen psicológico sobre si eres lo suficientemente “europeo” progresa adecuadamente. Es más casi ya lo tienes.

Lo siguiente que pasará es que comenzaras a pensar en otras cosas, hacer críticas paralelas de la película con tu colega (si no vas solo/a) e incluso te permitirás hacerlas para tus adentros. Total, la historia no tiene ningún contenido. Al mismo tiempo odiaras a los negros y llamaras en varias ocasiones (en voz alta) tonta a la protagonista. La indignación corroe tus entrañas. Estás a punto de conseguirlo.

Para que te entreguen el informe con el perfil europeo de “fulano del siglo XXI” a la salida del cine, ya sólo hace falta una cosa más: no saber qué va a pasar a cada momento de la peli a pesar de que todo resulta obvio. Pero, por supuesto, no te podrás preguntar cuál es la razón de no saberlo. ¿Por qué no lo sabes?

Yo te lo explico: Porque no tienes ni la más remota idea de lo que es la vida.

Y ni con dos horas y pico de martillazos de realidad te enteras de qué va la copla.

Esto presupone que me considero más inteligente que los demás. En absoluto. Como dice el refrán: “En el país de los ciegos el tuerto es el rey”

Disfrútenla y limpien prejuicios los que tengan que volver al redil.
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Congratulations!

-La fotografía es una pasada que te rilas osea…superartística....es una peli que da una vuelta de tuerca a la última de Tarkovski. Además, es polaca, utratransgesora, toca un tema muy profundo y superoriginal, a ver no lo digo por los nazis, sino…bueno tienes que verla…osea, utiliza el plano que nos mola a todos los hip..hip...hipster- dijo Holger, mojando su muffin en una taza de té de camomila.

El nieto de Tarkovski apareció en el local donde se encontraba Holger, en Copenhage, y le agarró de la barba, aunque quiso hacerlo de la pechera. Lo zarandeó y le retorció un pezón. Acto seguido, y sin soltarle el pezoncillo, dijo con un tono agresivo en la voz:

-Veamos, no entiendes que todo en esa peli está hecho para gustar. Sabes lo que significa para alguien inteligente ver eso. Es una caída hacia los infiernos. Mi abuelo no hacia eso. El gramófono, los planos, el camino de los árboles, el coche, los cigarrillos, el tipo de jazz que toca a Coltrane, no te das cuenta de que está hecho para gustar y no tiene alma. Es como comparar a Murakami con Thomas Mann. ¿De dónde ha salido gente como vosotros, que no sabéis de nada, que confundís el tocino con la velocidad? Antes, en la época de mi abuelo, si eras muy tonto y encima ibas de listo te partían la cara. Ahora, en cambio, tenéis carta blanca porque la gran mayoría está anestesiada y es tremendamente inculta. En fin,…

El nieto de Tarkovski tiró una bomba de humo a lo Houdini y desapareció de allí, dejando una estela de luz que se podía fotografiar, así como un sinuoso aroma a ceniza y amapola silvestre que a Holger le gustó y le hizo sonreir.

...Y es que es así como se engatusa a la marabunta.