Esto es algo así como la película española repetida hasta la nausea, pero camuflada de peli de baile a la americana. O sea, lo peorcito de las dos casas. Lo más gracioso es que pretende ser una película contra los clichés sexuales establecidos, y lo que hace es rodearse de nuevos clichés que ya resultan viejos. Es lo que pasa cuando se insiste demasiado en ser alternativo, que termina uno dándose cuenta de que hoy día, tal como están las cosas, lo realmente radical es ser un clasicista.
La historia es una estupidez, el guión es torpe, la interpretación penosa y los diálogos asustarían a los besugos.
Típica tipiquísima, burda burdísima, y tremendamente aburrida… aburridísima.
Lo mejor es que apesta desde lejos, apenas se ve la cartelera a lo lejos. Ni borracho se me habría ocurrido pagar para ver esto.

¿De verdad os reís de dos tíos haciendo el ganso como hemos visto cientos de veces?
Estos han echado mano de Loca Academia de Policía y le han añadido otras chorradas infumables como "Supersalidos", "Superfumados", etc... etc... y todos los etcéteras que queráis poner, porque hay cientos desde que alguien dio el pistoletazo de salida, y ni siquiera fue en Hollywood, sino en Italia con "Polo de limón" y su arrasiva secuela "Chicle de menta"
He leido por ahí no sé qué de una vuelta de tuerca por lo del choque generacional y todo eso. Sí sí, o sí, claro que sí, es muy original lo de enfrentar a estos bandarras con un instituto de hoy en el que los inteligentes son los populares... sí claro, qué original es... ¡¡Pero si ya lo hicieron Los Simpson con la vuelta de Hommer a la Universidad!!
Para colmo, esceniza soez que sobraba totalmente, porque esas escenas son para películas que están hechas ásí de principio a fin, pero si solo metes una escena, se ve parcheada.
Lo único que me ha hecho gracia es ver de qué manera coinciden los críticos "especializados" con los comentaristas de entre el público. Si de verdad tanta gente piensa que la película hace reir, mal vamos.

Pues sí... queremos ciencia ficción española, pero buena. Como premisas mínimas, pido coherencia, credibilidad, sinceridad limpia de mercadotecnia barata y adolescencio-filia descarada...
Queremos ciencia ficción española hecha con cariño, no solo al euro, sino al producto bien hecho.
Queremos lo que empezó en 1905 con "El hotel eléctrico" de Segundo de Chomón, o con "Madrid en el año 2000", de Nemesio Sobrevila (1925). Queremos el afecto y cariño que Vicente Aranda puso a su "Fata Morgana" en 1965, o el que le puso Antonio mercero a maravillas como "La cabina" (1972) y "La Gioconda está triste" (1977).
La ciencia ficción española no es nada nuevo, y para que sea buena no necesita ni efectos especiales ni súper técnicos en informática, porque aquí, a falta de pasta, tenemos mucha más imaginación que en Hollywood.
¿Me he ido demasiado lejos? ¿Demasiado para los de la LOCSE? Bueno, pues me actualizaré un poco:
Queremos ciencia ficción española que, cuando menos, esté hecha con la sensatez de "Eva", que no necesita niños cachas ni niñas monas.

Verbo es, sencillamente, lo más prescindible, pretencioso y falso que he visto este año... y eso que también me tragué "El rito".

Sinceramente, a veces me cansa ver comentarios, críticas, análisis o como queráis llamarlo, que no se basen solo en la historia que cuenta la película. Una película es mucho más que la historia que cuenta. Naturalmente, la historia es muy importante, pero un día de estos entenderéis que tras más de 100 años de cine cada vez es más complicado inventar historias.
Que si el tema está manido, que si recuerda a 'Cuento de Navidad', que si tal, que si cual... Pero, como película ¿qué tal?
Qué tal la fotografía, el guión, los planos, los actores... Qué tal cumple su cometido... Por cierto ¿qué pretende la película? Porque si lo que espera es hacer reir a la par que le echamos una pensada al tema, creo que cumple.
A ver cuando vamos borrando esa especie de chip que tenemos en nuestra cabeza y nos obliga a ser más duros con nuestro cine que con cualquier cosa que viene de fuera

Tengo que decirlo, no como crítica sino como hecho fuera de toda subjetividad.
Visto lo visto y, sobre todo, leído lo leído, está claro que aún no sabemos ver cine fantástico o ciencia ficción que no sea estadounidense o cumpla todas las premisas de Hollywood.
En la "fábrica de sueños manufacturados de la Meca del cine", allá en Los Ángeles, hacen ciencia ficción o cine fantástico sin más pretensiones que atraer a su público habitual. Salvo honrosas excepciones como "Blade Runner", "Contac", "Más allá de la vida" y poco más, la historia de la CI FI estadounidense está está llena de películas con menos mensaje que una pegatina "Toy".
En el viejo continente somos un poco más profundos. Bastante más profundos. Hacemos ciencia ficción al servicio de una historia con sus consiguientes mensajes, sus moralejas (que no moralinas) y todo lo demás. Tal vez resulte menos "entretenido" a los seguidores habituales del habitual estilo yanki para este género. Me hago cargo. Yo la disfruté, y volveré a disfrutarla porque pienso verla de nuevo. Nos queda tanto que aprender... Tal vez por eso hemos hecho, con nuestra escasa asistencia, que una gran película como "Eva" dure en cartelera de algunas ciudades menos de dos semanas.