Repleta de imágenes alucinantes, atiborrada de luces de colores y claroscuros y violentas escenas delirantes, la trama de la historia se desliza con la lentitud propia de un sueño, aunque, al menos en mi caso y parcialmente, con cierto interés. Transcurre en nuestro mundo, pero, sin embargo, es otro bien diferente, un mundo hostil, perverso y degradado, como en un futuro corrompido, con cierto aire apocalíptico.

Reconozco, de todos modos, que esperaba mucho más de esta película. Hay algo que le falta, no sé bien qué es, pero al terminarla me di cuenta de que podría haber sido más compacta, más redonda... No le niego la originalidad, ya que no es una película que pase desapercibida, pero carece de equilibrio, como si no hubiera acertado del todo, el director, a decidirse por un género preciso.

Cage sigue sin convencerme, pero acá estuvo algo mejor que en otras ocasiones, sólo algo mejor, no mucho más que eso.

La iluminación y la puesta en escena son realmente fabulosas, y abunda en imágenes demenciales, lisérgicas, donde cielos rojos, verdes y púrpuras se entreveran con las partes realizadas en animación, las visiones oníricas de Mandy que atormentan los sueños del protagonista. Hay, además, dos o tres gags un tanto fallidos, desubicados, que demuestran que el humor no es el fuerte del director.

En síntesis, el film resulta ser, en el marco de una pesadilla gótica, una atropellada serie de escenas caleidoscópicas con algunas dosis gore y una trama predecible y bastante trillada, donde acaso el punto más destacable sea la estética y la peculiar naturaleza de alguno de los personajes, como los tres motoristas infernales, quiénes son convocados por un cuerno mágico en la mitad de la noche y que exigen un sacrificio de sangre a cambio de la petición del fanático religioso, que ordena el secuestro de Mandy.

En general me entretuvo, aunque algunas escenas se alargaron demasiado, y creo que unos quince minutos menos de metraje le habrían quedado mejor.

Creo que por el mérito enorme de intentar, al menos, de hacer algo diferente, porque no es una apuesta segura y no es para todo el mundo, se merece, por ello, un 5/10.

Poliladron; otra obra lamentable de los noventa, otra serie liviana y patética que intentó copiar el formato de películas yanquis como "Lethal Weapon" o "Die hard"; demás está decir que con éxito nulo. Adrian Suar, vendría a ser el Bruce Willis o el Mel Gibson argentino (recordemos ese bochorno infame de "Comodines") y Laura Novoa... no se quién vendría a ser. Esta serie trata de tiros (vean por favor las actuaciones, jaja, son malísimas; cuando alguien recibe un tiro pareciera que tiene dolencias estomacales; así de creíbles son los actores), amores antiglamorosos, enredos policiales con poco seso, y demás bobadas del estilo.

Uno por uno de los responsables de esta pelotudez:

Adrian Suar: Este tipo es un maestro, tiene éxito con cualquier berreteada que inventa. Se morfó a Araceli González. Empezó como un mal actor (aun lo sigue siendo) y hoy es un exitoso productor televisivo.

Laura Novoa: Trabajó en un par de estas series estúpidas y algunas novelas de mala calidad. Ya se le pasó el cuarto de hora y no se enganchó ningún macho que la banque. En cualquier momento la vemos de novia de Ricky Fort (ella haría de hombre).

Roberto Mosca: Con ese apellido no tengo nada más que decir.

Marisa Mondino: No hizo gran cosa, por no decir que no hizo nada. Sólo aparecía esporádicamente en la tele por su belleza. Doy diez pesos a quién me oriente acerca de su paradero.

Diego Peretti: Vaya nariz!

Nicolás Repetto: Este muchacho es todo un caso. Después de un programa de gran éxito, me refiero a "FAX" (en el cuál el maestro Marcelo Lacanna era guionista), cada proyecto que llevó adelante ha fracasado terriblemente. Nunca se ha podido recuperar y ya está marcado como un símbolo de decadencia y cuando esto sucede, cuando la gente se deprime con algunas personas, es muy difícil salir del pozo. Se comió a Reina Reech que esta bárbara y tuvo una hija que salió más parecida a el lechero más que a Nico o Reina.

Poliladron significaría "muchos ladrones o múltiples ladrones". Juro que nunca se repetirá un título más acertado para una serie en la historia.

Es la peor (junto con"Date movie" y las "Scary Movie") comedia que haya visto jamás; no puedo creer que alguien se pueda reir con chistes tan pero tan estúpidos. Los gags son demasiado yankis (de los berretas), carecen de gracia, salvo algún que otro buen momento, pero que por supuesto y ni por asomo llegan a salvar el desastre y lo patético de la película; en síntesis, es una pelotudez infernal.

Había una vez una pareja de fracasados sin un cobre en el bolsillo a quiénes se les ocurrió la maravillosa idea de ir al casino para ver si salían de perdedores. Como siempre sucede en estos antros, al principio ganan unos buenos mangos, pero se ceban demasiado, creyéndose ya unos exitosos espectaculares, para después quedar como imbéciles al perder todo lo que habían ganado más lo que traían puesto. ¿Que hacer?, bien, si se es Demi Moore (si no sos Demi Moore lo siento mucho, nadie va a pagar un millón de dólares para morfarse a un bagayo), se entrega el culo al primer ricachón que aparezca (justo es Robert Redford) y listo!!, para que tanto hacerse mala sangre. Aprendan bien mujeres del mundo, cuando no tengan un sope, se ponen en cuatro al primer adinerado (no tendrán la suerte de estos dos, ya que ni ustedes estarán tan buenas como Demi ni los tipos de plata tienen la pinta de este blondo medio jovato) y se solucionarán todos sus problemas económicos.
Ahh, si, también después de tanto paseo en yate, de tanto beber vino fino, de tantos revolcones con el millonario, también existe algo llamado amor, que si bien no se si existe en realidad, al menos así lo pintan en esta boludez de película. A todo esto el estúpido del cornudo del marido de Demi Moore (Woody Harrelson) se queda mirando el techo y suspirando por ella. O imaginando tal vez, en que posición se la estarán ensartando a su mujer.

Conclusiones apresuradas porque me tengo que ir a trabajar y no tengo más tiempo:
Abajo en el spoiler.

Patética, idiota, cayendo todo el tiempo en lugares comunes, guión apropiado para pacientes con lobotomía realizada instantes previos a la visión de este filme, Antonio Banderas, aburrida, acción berreta, vestuario de cotillón, música de cuarta, etc. Todo lo anterior fue lo malo, ahora viene lo bueno. El rostro incomparable de Zeta-Jones, cuya aparición ilumina la pantalla y oscurece todo lo demás.