Un niño inglés de 12 años se enfrenta de golpe y porrazo a la separación de sus padres, a una dolorosa enfermedad de su madre y a una mala situación en la escuela. Para salir adelante decide apoyarse en un ser imaginario que habita en su mente…y quién sabe si en algún sitio más terrenal.

La tercera película de J.A. Bayona versa de nuevo sobre las relaciones maternofiliales y sobre el amor o desamor intrínseco en todas y cada uno de ellas, tras adaptar la novela de Patrick Ness y llevarla a la gran pantalla. A veces se hace más sencillo desahogarte con un desconocido que con tu propia madre, por ridículo e injusto que parezca. Y eso es lo que trata de contar esta película, un niño que aunque adora a su madre, una barrera invisible y enorme les separa, por lo que prefiere confiar sus miedos e inquietudes a un monstruo antes que decírselos y afrontarlos con el apoyo de su madre…o al menos eso es lo que el pequeño cree que hace. Lewis MacDougall y Felicity Jones interpretan al hijo y a la madre protagonistas del film. En mi opinión, la película tiene un envoltorio llamativo, una estética potente y brillante y un fondo honesto, pero es tal la campaña mediática que tiene montada alrededor gracias al grupo mediaset que le han dado una dimensión galáctica a una película que no deja de ser correcta sin más. Decepcionante y tediosa la primera hora y emocionante y esperanzadora en su recta final. Irregular en resumen. Los bostezos y ronquidos de algunos espectadores de butacas próximas dan fé de ello…así como el nudo en la garganta y las lágrimas a borbotones a la salida de la sala. Es una película que deja lo mejor para el final, en un clímax perfecto logrado en las páginas de ese cuento que el niño termina leyendo en silencio, sin estridencias y sin monstruos. Porque en mi mente según transcurría la película me iba viniendo un título para esta crítica…”Un tedio viene a verme”, pero al final se arregló un poco. En definitiva, una película que genera una expectación previa elevadísima pero que cuando termina te deja tan frío y destemplado que deseas llegar a casa lo antes posible para ver acabar La Voz.

Lo mejor: Lo que pasa a partir de la tercera historia. El viaje emocional que propone. La mezcla de tinieblas y luz. La capacidad de hacerte llorar es mucho más compleja que hacerte reír…y lo logra con creces. Que Bayona ya tenga un nombre en la industria cinematográfica.

Lo peor: Una Sigourney Weaver que pasaba por allí. Un cuento demasiado complicado para que lo entienda un niño y demasiado ñoño para un adulto. El padre debería haber jugado un papel más importante (y más monstruoso).

Nota: 5 Sacapuntas.

Torrente sale de la cárcel y atónito ante lo que se ha convertido España, decide dejar de ser un policía modélico y empezar a ir en contra de las reglas establecidas. El atraco al mayor casino de Europa puede ser la mejor ocasión de vengarse de la gente corrupta que nos domina.

Decir Santiago Segura es imaginarse a Torrente, el policía más casposo y ser humano más repugnante que ha dado el cine español. Pero es un cine que rompe las taquillas, que tiene un público adepto y por el que desfila lo más granado del panorama nacional (y en este caso internacional, con el fichaje de Alec Baldwin). Y tiene éxito, sin duda, porque se ha convertido en la saga española más recaudadora de la historia, estómagos aparte. El que ve este tipo de películas ya sabe donde se mete, no engaña a nadie. Te vas a reír y vas a sentir vergüenza ajena a partes iguales pero lo peor de todo es que personajes como Torrente, incluso peores, han existido, existen y existirán en todo el mundo y solo les diferencia que mientras unos son del Atleti, otros lo serán del Augsburgo alemán y algún otro despistado del Emelec ecuatoriano. Blancos, morenos o mestizos, pero de mente similar. A mi personalmente, la saga no me emociona ni son fan incondicional pero he de reconocer que no me he perdido ninguna de las cinco películas y que en mayor o menor medida siempre disfruto y desconecto el rato que estoy viendo la película, aunque eso sí, sin mariconadas.

Sacapuntas de oro: El desfile de cameos, a cual más tronchante. Carlos Areces está insuperable y su personaje merece un spin-off. Messi con el 10 del Madrid. El homenaje a Tony Leblanc y la recuperación de Neus Asensi para la causa. Que posiblemente vaya a haber otra sexta película (porque mucho está tardando ya que a Torrente le caiga un hijo).

Sacapuntas de madera: Que ciertos chistes nos trasladen a épocas prehistóricas. El argumento es lo de menos siempre en esta saga porque cada película suele ser una sucesión de gags sin ton ni son. Se notan los cortes en la sala de montaje. Jesulín, si no sabes torear…¿pa qué te metes? Que posiblemente vaya a haber otra sexta película (porque habrá más de lo mismo).

Nota: 6 Sacapuntas.

Cinco hermanas turcas en edad adolescente viven al cuidado de su abuela y de su tío porque sus padres llevan muchos años fallecidos. Un día, dejan de ser vistas y tratadas como niñas y las empiezan a preparar para convertirse en unas mujeres y amas de casa “únicas”.

La debutante realizadora Deniz Gamze Ergüven explora y muestra las ancestrales tradiciones, que hoy aún existen en pleno siglo XXI en muchos lugares al norte de la Turquía asiática, de casar a los hijos con quien tus padres convengan y de entregar a sus vástagos al mejor postor, pero como no sean son vírgenes se devuelve a la tienda con el ticket regalo que viene con el paquete, faltaría más. El tema tratado la convierten en una película dura, áspera, aunque el humor, la frescura y la inocencia de las cinco hermanas hacen más llevadero el mal trago. Hay tradiciones que lo único que hacen es asesinar a la especie humana y devolverla a la época prehistórica, y ésta que se ve en el film es un claro ejemplo de ello. Menos mal que las generaciones actuales, más preparadas, más informadas y más inteligentes están empezando a derrumbar los muros, construidos con ladrillos de vergüenza ajena. Se acabó eso de que los hombres llenen la panza bien tumbados y las mujeres a la cocina y a limpiar el polvo. Aquí o jodemos todos, o se seca el río. Generosos aplausos en el Bretón al bajar el telón.

Sacapuntas de oro: Para los soñadores y defensores de la condición humana. Las escenas durante el partido de fútbol, tanto en el campo como en el pueblo. La alto que vuela la imaginación cuando no te queda nada. El fino humor de las chicas.

Sacapuntas de madera: No todas las hermanas son diseccionadas igual. Tal vez emociona mucho menos de lo que debería. Si desaparecen unas menores de edad de su casa, ¿nadie moviliza a la policía ni se registran todas las estaciones y autobuses? El título me evoca a una película de coches.

Nota: 7,5 Sacapuntas

Secuelas del éxito Insidious que ahondan en los sobrenaturales sucesos que rodean a la familia Lambert. El capítulo 2 es una continuación de la anterior mientras que el tercer capítulo es una precuela de la saga que intenta dar sentido a las causas de lo que después ocurre.

James Wan (de ahora en adelante Jaime Miedo), al que pronto veremos estrenar The Conjuring 2, consigue alargar, a medias, el éxito de la primera entrega. Aire retro de las películas de los años 70-80, continuos sustos al espectador y guiños al pasado, hacen de la segunda parte un buen recurso al que acudir en el videoclub cuando ni en el cine, ni en la televisión hay otras opciones. Los protagonistas Patrick Wilson y Rose Byrne están correctos, sobre todo el primero con ese lado oscuro. Aunque la auténtica robaescenas es Lin Shaye, copotragonista de la tercera entrega, junto con la pareja de mediums de medio pelo, que aportan la parte cómica de la saga y provocan el único descanso en el espectador entre susto y susto.

Es una saga que provoca miedo, que hay una historia detrás que tiene sentido y da veracidad al argumento. Pero la tercera parte rebaja el listón de las dos anteriores, en un intento de alargar la taquilla. Aunque justo es reconocer su potencia estética, el propio James Wan cede el testigo en su dirección, tal vez conocedor que la historia era más floja y sin querer tener un punto negro en su acertada y terrorífica filmografía. Si hubiera cuarto capítulo…que no cuenten conmigo.

Lo mejor: La capacidad de asustar al espectador, de meterle el miedo en el cuerpo, sin apenas efectos especiales. Las escenas en la “otra fase” de la segunda entrega y las que ocurren en la cama con la protagonista de la tercera.

Lo peor: La tercera entrega es un alargue a mi juicio innecesario y con multitud de grietas en el guión. El padre de la protagonista de la tercera, Dermot Mulroney, más que un papel de película de terror pegaría más en una cómica con Mr. Bean, por todas las muecas y caras que pone.

Nota: 5 Sacapuntas

Un matrimonio acaba de mudarse a su nuevo piso de un edificio recién terminado y en el cual apenas hay aún nadie viviendo. No obstante, una vecina llama a la puerta pidiendo por favor que se hagan cargo de su hijo durante unas horas porque tiene que salir y no quiere dejarlo solo en casa. A partir de ese momento la noche será muy larga.

El debut en la gran pantalla del realizador Pau Teixidor es prometedor porque consigue con un presupuesto escaso una cinta interesante, con suspense de principio a fin e incluso hace que los protagonistas den todo lo que tienen delante de la cámara pero…acaba siendo simplona y entiendo que incluso difícil de entender para el espectador, porque lo que pretende mostrar no es el miedo facilón y por el que la gente acude en masa para ver al cine, sino los traumas y los miedos aterradores que cada persona tiene en su interior y que debe luchar contra ellas cada día. Y esto lo consigue bastante bien. Oona Chaplin está más que correcta pero el que realmente lo hace bien es el crío al que da vida Sergi Méndez, capaz de generar tanto complicidad como mucha tensión. En general, correcta propuesta pero que no llega al aprobado más que por la película en sí, porque el director o el guión (o los dos) no arriesgan y dejan ver sólo los árboles del bosque…pero es que hay tanta fauna y flora dentro de él que es una lástima que se queden en lo superficial. Tal vez en su siguiente película se deje llevar y mejore a su opera prima. Por aquí me quedo esperándolo.

Lo mejor: Te mantiene con la intriga hasta el final. Las interpretaciones tan físicas del niño y de ella. La idea de que para conseguir algo lo más importante, y tal vez lo único, es creértelo de verdad. La escena del espejo.

Lo peor: Si el director hubiera arriesgado más la película hubiera sido un referente del género en España. Falta más miga en el guión para pasar con éxito del corto al largo.

Nota: 4,5