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Críticas de Manospondylus
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Críticas 85
Críticas ordenadas por utilidad
Jurassic World Dominion: Prólogo (C)
CortometrajeAnimación
Estados Unidos2021
5,9
693
Animación
7
25 de abril de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que en la franquicia sobre dinosaurios por excelencia, con 5 largometrajes, una serie y otro corto anteriores, nunca hubiera aparecido ni una sola escena que mostrara una recreación (más o menos acertada) de la era Mesozoica, tiempo en el que los grandes (y pequeños) dinosaurios no avianos poblaban el mundo y, ya dentro de esta franquicia, origen del material genético de las estrellas de la saga. Finalmente, The Prologue llegó para cambiar eso.

Estrenado inicialmente en cines (una versión incompleta que terminaba con un adelanto de la siguiente parte en plan pequeño tráiler) antes de una entrega de Fast and Furious (nunca me pareció una gran idea eso de meter un corto antes de una película con la que no tiene ninguna relación) y distribuido posteriormente en YouTube (aquí sí, quien lo vea es porque tenía la intención de hacerlo), The Prologue es el segundo cortometraje de la franquicia jurásica, tras Battle at the Bog Rock, y como el anterior cumple la función de servir de adelanto para Jurassic World: Dominion, pero sin dejar de ser, en forma de corto, una entrega más de la saga por derecho propio (si bien argumentalmente no es completamente independiente, como sería de esperar en una franquicia así), contando con un metraje que no muestra nada de la película que le sigue (si bien posteriormente fue rescatado para la versión extendida), y que, sobre todo, es de nuevo un regalo para el fandom (literalmente, ya que ambos cortos han sido distribuidos de forma gratuita).

Este llamado "prólogo" comparte varias características con Battle at the Big Rock, empezando por el logo híbrido entre el de Universal Pictures y el Jurassic Park; y también el hecho de que, si Battle at the Big Rock servía de correcto epílogo a Jurassic World: Fallen Kingdom (un epílogo que casi parece descartado de la propia película por tener en ella un difícil encaje), The Prologue sirve en efecto de prólogo a Dominion (fue concebido para abrir dicha entrega, pero se cayó del montaje final para cines).

Con una duración de apenas cinco minutos y medio, The Prologue se divide en dos segmentos muy diferenciados: el primero, corresponde a una secuencia que muestra por vez primera en la saga el mundo durante el Mesozoico, a finales del tiempo de los dinosaurios no avianos, para lo que se ha recurrido a los espectaculares paisajes de Socotra y un CGI bastante convincente; mientras que el segundo, ubicado tras un salto de 65 millones de años (que debieron ser 65.5), consiste principalmente en una escena de minuto y medio que sigue a Rexy después de los eventos de Jurassic World: Fallen Kingdom, muy del estilo del cine de aventuras más familiar de los 80 y principios de los 90, con una fotografía que recuerda a la del cortometraje previo (Battle at the Big Rock), y que trata de replicar el impacto y la magia de la primera Jurassic Park. Ni que decir tiene que no lo consigue, pero nunca está de más una escena extra con la T. rex original.

Obviamente, es el segmento más extenso que muestra a los dinosaurios y demás fauna contemporánea a ellos viviendo en su tiempo el más interesante (y el que más ha dado que hablar).

Para recrear el entorno se ha acudido a la isla de Socotra (Yemen) y, aunque quien entienda un poco del asunto verá que el paisaje es algo árido y la vegetación no encaja (los árboles son Dracaena, conocidos como dragos o árboles dragón, que aparecieron durante el Neogeno, mucho después del periodo en el que se ambienta este corto), es espectacular y da bastante el pego como escenario de otro tiempo; y agradezco que no hayan caído en el cliché de poner volcanes activos de fondo (ni Caminando entre Dinosaurios se libró de eso).

En ese particular contexto se desarrollan una serie de escenas cortas e inconexas con distintas especies realizadas en un CGI que supera al de las dos primeras entregas de Jurassic World. Esta secuencia exhibe un particular filtro de color en amarillo ámbar que referencia precisamente a los fragmentos de ámbar con los que comenzó todo en esta saga. Por otra parte, la música es escasa (la poca que hay, obra del compositor de la trilogía, Michael Giacchino), y no hay ningún texto ni narración en off que haría parecer a esta secuencia un documental. Tampoco se necesita ninguna explicación para hacer comprensible lo que estamos viendo.

La idea de Trevorrow era la de mostrar dinosaurios (y demás fauna) reales, es decir, más reales que los vistos en cualquiera de las entregas previas de la franquicia, sean películas, la serie o el otro corto. Algo conseguido un poco a medias, pues, si bien es cierto que son algo más realistas, varios animales reutilizan los modelos de las películas de Jurassic World con cambios menores, por lo que quedan algo alejados de las reconstrucciones científicas: los Nasutoceratops están pasables, los Pteranodon están regulares y Tyrannosaurus queda un tanto raro con su diseño de siempre (se entiende que para que resulte reconocible) y esas plumas especulativas, pero, sin duda, los peores son los Ankylosaurus desactualizados. Por no mencionar que muchos de estos animales vivieron en distintas partes del mundo y, peor, en distintos tiempos (han juntado géneros de casi todo el Cretácico, abarcando un lapso de tiempo de 60 millones de años, nada menos).

En esta secuencia hacen su debut en la franquicia seis especies de dinosaurios y pterosaurios, ninguna es nombrada (insisto, no hay texto), pero todas han sido identificadas por el director o sencillamente resultan perfectamente reconocibles. Encontramos varios saurópodos titanosaurios que presentan el diseño de saurópodo más realista de la saga (aunque la piel sigue siendo muy elefantina), el pterosaurio azdárquido Quetacoatlus (seguramente el más exacto de todos), el terópodo tiranosauroideo Moros (un ejemplar muy joven, se supone, porque es demasiado pequeño) y el famoso hadrosauriforme Iguanodon; pero hay un par de casos que merecen especial consideración.

(Continúa abajo sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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5
1 de enero de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver cómo lo digo, me gusta Star Wars. Me parece una gran saga de fantasía espacial (no de ciencia ficción, por mucho que aún le cuelguen esa etiqueta). No me disgustó el Episodio VII pese a ser un refrito/remake encubierto del IV. Tampoco me disgustó del todo el Episodio VIII pese a que todas las subtramas de la resistencia con Finn y Rose o la lentísima persecución son realmente flojas. Pero esto está en otro nivel.

Después de que Rian Johnson hiciera lo que le dio la gana en Los Últimos Jedi, J. J. Abrams vuelve para contradecir a Johnson y hacer lo que le da la gana, porque no es ningún secreto que lo que ha fallado desde el principio en esta nueva trilogía es la falta de planificación. Nunca hubo un hilo que seguir, sino que se ha ido improvisando película a película. Y se nota.

Abrams se centra en corregir todo lo que disgustó al fandom en el Episodio VIII, aunque esos remiendos son tan bruscos, descarados y forzados que se cargan cualquier coherencia argumental. Por no mencionar que un par de veces insulta directamente a la anterior entrega (como con el asunto del respeto que merece el arma de un Jedi) y, si bien es cierto que el Episodio VIII decepcionó en distintos aspectos (amén de que el guion tampoco es ninguna maravilla), es lamentable ver a Abrams lanzarle pullitas a Johnson en una película de Star Wars.

El filme arranca con el regreso de Palpatine (aunque, según nos dice, ocurrió hace tiempo), porque, como Johnson se cargó a Snoke en la película anterior para sorprender al público después del predecible Episodio VII, hacía falta un malo final. Seguramente habría funcionado mejor un Kylo Ren que ha sucumbido completa y definitivamente al Lado Oscuro, pero por lo visto fue una ocurrencia de Kathleen Kennedy (la verdadera villana de esta trilogía), sin dejar de lado el hecho de que si Abrams ha demostrado algo en Star Wars es que es un nostálgico y un cobarde, así que tampoco ha tenido reparos en tirar del malo original y justifica su vuelta únicamente con una frase del Episodio III. Y ya está: habemus imperator.

Algo curioso es que no se esfuerzan en dar una explicación detallada sobre la resurrección de Palpatine, ni es usado como giro sorpresa, porque se revela ya en el clásico texto introductorio que abre cada Episodio; y, por supuesto, como parche a la anterior entrega, nos dejan caer el origen de Snoke, quedando claro que ha sido tan improvisado como el resto de la historia.

En fin, Palpatine está vivo en Exegol, el planeta más inhóspito de la Galaxia (con atmósfera respirable, eso sí, lo que me parece perfecto porque Star Wars es fantasía espacial, no ciencia ficción, y no me cansaré de repetirlo) a la vez que recóndito e inaccesible (aunque luego va allí todo el mundo sin problemas, lo que es un error narrativo y eso ya no me parece tan perfecto), y lleva ahí años construyendo una flota de miles de Destructores Estelares armados con láseres destruye-planetas nivel Estrella de la Muerte. Seis minutos de metraje y cualquiera se daría cuenta de que la película va a ser un completo disparate.

Obviamente, Palpatine lleva decenios maquinando un plan y perfeccionándolo hasta el más mínimo detalle, aunque puede cambiar radicalmente en un segundo porque sí, porque hay que estar abierto a todo y en el fondo no sería un plan tan bueno. Además, teniendo en cuenta que la Fuerza es ya el Chakra de Naruto y sirve para todo, Palpatine puede inventarse un poder random y modificar por completo su estrategia (haciendo alarde de una estabilidad mental digna de Jar Jar Binks). Por supuesto Rey y Kylo no se quedan atrás en el uso conveniente de la Fuerza, y se marcan unos disparates que ni Darth Plagueis el Sabio (cuya tragedia es ya sobradamente conocida).

Dejando a un lado todo el asunto de la Fuerza (que por otra parte nunca ha sido explorado en profundidad en el cine), todo el filme está salpicado de situaciones absurdas, como Rey rechazando el sable de Luke (y Anakin, el gran olvidado) porque no es digna, aún cuando lo ha estado llevando durante dos películas, pero aceptándolo, literalmente, en la escena siguiente sin que haya cambiado nada. La trama, es decir, todas las subtramas avanzan a base de MacGuffins (el buscarrutas, la daga, el otro buscarrutas...) y a un ritmo apresurado que sólo se reduce un poco a la hora de meter fanservice (cameos, nostalgia, planos fastuosos...). Se plantea alguna idea interesante (por ejemplo, la batalla entre Rey y Kylo, reminiscente de la pelea entre Anakin y Obi-Wan del Episodio III), aunque se resuelve de forma decepcionante (lo que ocurre justo después de dicho duelo).

El acto final no es sino una sucesión continua de deus ex machina y diabolus ex machina. Uno tras otro, tras otro. Si Rey o la Resistencia hacen algo completamente salido de ninguna parte, Palpatine o la Última Orden responden con otro algo igual de inexplicable; y todo culmina en un clímax que podría haber sido legendario, si no fuera porque no hay nada que lo sustente, ni la trama, ni el desarrollo de personajes... absolutamente nada, aparte de unos buenos efectos visuales y de la siempre estupenda banda sonora. Lo peor es el momento desenlace de cuento Disney (los viejos, tipo Blancanieves) que cuelan por ahí y que supone el deus ex machina número...

Seguramente, estos problemas sean el resultado de reescribir la historia demasiadas veces, añadiendo y descartando ideas, dejando algunas sin desarrollar, y eliminando escenas en el (caótico) montaje, hasta terminar con este sinsentido argumental. Y es una lástima porque muchas escenas son visual y musicalmente impresionantes y habrían sido increíblemente épicas si hubiera habido un guion sólido detrás que las respaldara, pero no. Al final, El Ascenso de Skywalker queda como una mezcla aleatoria de secuencias inconexas, con demasiados momentos que están ahí únicamente por la rule of cool, en lo que más que una película parece un recopilatorio de secuencias y planos espectaculares.

(Sigue sin spoilers)
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Manospondylus
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Pokémon (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón1997
5,1
29.608
Animación
3
8 de junio de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un defecto que suelo destacar de muchas series es que, dada su popularidad, son alargadas volviéndose tediosas y repetitivas (algo que ocurre tanto en el anime como en la animación occidental y en las sitcoms de éxito). Bien, pues ninguna se acerca lo más mínimo a Pokémon.

Pokémon es la adaptación al anime de la famosa saga de RPGs de Nintendo. Sin embargo, la serie sigue una línea argumental independiente e incompatible con la historia de los juegos, cuenta con multitud de lugares y personajes exclusivos, y es infinitamente más aburrida.

La trama se centra en el insoportable personaje de Ash Ketchum (Satoshi, en el original por el creador de Pokémon) quien, junto a su ratón eléctrico Pikachu, decide lanzarse al mundo para avanzar como entrenador Pokémon hasta convertirse en un "Maestro Pokémon" (sea lo que sea eso). El problema es que, pese a su empeño, en 900 episodios no ha conseguido ningún progreso significativo en esa dirección (en otros ámbitos, Ash es todo un mesías que ha salvado al mundo en todas y cada una de las decenas de películas de Pokémon).

En su infructuoso viaje, Ash va acompañado por dos o tres (según la temporada) amigos. Estos personajes son reemplazados por otros a lo largo de la serie, pero sus sustitutos son cada vez más pueriles, limitándose a repetir los mismos papeles cada vez de peor modo. En cambio, los que por desgracia no desaparecen son los patéticos villanos del Team Rocket: una pareja de ladrones con su Pokémon gato parlante que acostumbran a aparecer con algún mecha que jamás explicarán convincentemente de dónde ha salido, y que no tienen otro objetivo en la vida más que el de robar al Pikachu del protagonista para su jefe (un estereotipo de capo de la mafia llamado Giovanni), a pesar de que el Pokémon ratón es muy común y dicho jefe tiene suficientes recursos como para crear un todopoderoso Mewtwo.

En general, la estructura de la serie se divide en las distintas Ligas Pokémon: Ash llega a una región en la que captura varios Pokémon (las criaturas que dan nombre a este anime y juegos) a fin de conseguir las ocho medallas en combates de gimnasio y poder participar en un torneo final entre todos los entrenadores que han logrado llegar hasta allí. Eso es todo, repetido continuamente. En la región de Kanto, en las Islas Naranja, en Johto, en Hoenn, en Kanto otra vez, en Shino, en Tesselia, en Kalos... Una y otra vez ocurre la misma historia.

Por si fuera poco, al principio los viajes de Ash por una región hasta la competición final de la Liga Pokémon se desarrollaban a lo largo de una temporada (cerca de 50 episodios, lo que equivale a un año de emisión), pero desde Johto cada etapa se extiende durante tres o cuatro temporadas. Es más, tenemos unas tramas tan estiradas que tienen que apresurarse para terminarlas en cuanto sacan un juego nuevo, pues Game Freak tarda menos en completar una generación de los RPGs que Ash en recorrer una región y perder en su respectiva Liga Pokémon.

A fin de rellenar, la mayoría de los capítulos cuentan historias autoconclusivas que se desarrollan casi completamente al margen de la trama principal, repitiendo siempre el mismo esquema: Ash y sus amigos llegan a un lugar (pueblo, granja, laboratorio) donde conocen a alguien (normalmente es o está acompañado por una chica para que alguno de los amigos de Ash pueda babear grimosamente) con un Pokémon más o menos raro y algún tipo de problema. El Team Rocket aparece con algún plan estúpido para robar a dicho Pokémon y al Pikachu del protagonista. Después de repetir su cansino lema, el Team Rocket es vencido (muchas veces por un potente ataque de Pikachu) y salen por los aires (aquí también sueltan una cansina coletilla). De alguna forma, todo se soluciona y Ash y su grupo abandonan el lugar al atardecer mientras el narrador nos recuerda que aún queda mucho (realmente mucho) por delante.

Se supone que el argumento simple y monótono, y los personajes planos se deben a que estamos ante una serie infantil. Y ciertamente es una serie infantil. El problema (otro más) es que no parece tener fin: siempre aparecen nuevas regiones a las que viajar, con nuevos Pokémon, gimnasios y una liga idéntica a las del resto de regiones. De esta forma y puesto que Ash no crece ni envejece la trama puede estirarse hasta el infinito, mientras los jóvenes espectadores a los que va dirigida la serie sí crecen.

No creo que sea posible que alguien reúna la suficiente paciencia como para continuar viendo esta serie durante años y años, o que algún nuevo seguidor decida empezar a verla desde el principio, teniendo por delante cientos de episodios por ver antes de ponerse al día. En mi caso, comencé a ver el anime cuando estaba en primaria y, como no me gusta abandonar una serie a medias, aguanté hasta el final de la liga Hoenn, seis años y 460 episodios después. Y ni la trama había avanzado ni los personajes habían evolucionado lo más mínimo (obviando a algunos Pokémon, entre quienes no está el Pikachu del protagonista, que literalmente "evolucionan"). Años después, y estando ya en la universidad, decidí volver a echarle un vistazo a ver cómo iba todo y el resultado fue, como cabría esperar, que todo seguía exactamente igual: Ash había cambiado de ropa otra vez, de acompañantes, de Pokémon (excepto Pikachu) y de región, pero cualquier episodio era un calco de los que recordaba. Incluso la letra de su 17º opening es, en buena parte, casi idéntica al del 1º.

Este anime está tan hecho a desgana que incluso Satoshi Tajiri (creador de Pokémon) declaró que el manga oficial (escrito por Hidenori Kusaka, sigue una historia diferente, con los personajes de los juegos y una trama más compacta y elaborada) es la historia que él imaginaba para Pokémon y muestra, fuera de los juegos, ese mundo de la forma más apropiada; insinuando que el anime, ya intensamente desgastado por aquel momento, no está a la altura.

(Sigue en el spoiler, sin spoilers)
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Manospondylus
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Caminando entre Dinosaurios (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Reino Unido1999
6,8
3.735
Documental
8
7 de julio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en el que los documentales de dinosaurios (y sobre cualquier otra criatura del registro fósil) consistían exclusivamente en alguien, a veces como voz en off, a veces un actor caracterizado como Sir Richard Owen (el paleontólogo creador del término "dinosaurio"), explicando detalles sobre estos animales, sobre la historia de la paleontología y sobre el trabajo de quienes se dedican a ella, valiéndose de dramatizaciones, secuencias animadas, tomas de esqueletos y modelos en museos, excavaciones reales y entrevistas. Todo cambió con esta serie documental.

En 1999, el zoólogo Tim Haines con el respaldo de la BBC acometió la complicada empresa de realizar lo que sería un documental normal y corriente sobre fauna salvaje en su medio natural. Eso sí, con animales que llevan extintos, al menos, 65 millones de años. El resultado es la obra que más ha influido en la imagen que tiene el público de los dinosaurios no avianos (y demás fauna contemporánea a ellos), junto a la saga de Jurassic Park, con el handicap de que esta es un documental de TV y no una superproducción de Hollywood. Sin embargo, tal fue su éxito que la seguirían otros documentales derivados (Caminando entre las Bestias, Caminando entre Monstruos, Caminando con Cavernícolas, Chased by Dinosaurs y Sea Monsters) y hasta una película innecesariamente infantilizada (es decir, la serie no lo está en absoluto y arrasó entre el público infantil). Por desgracia, debido a una mezcla de falta de evidencias, excesos en la corrección de viejos errores y demasiada imaginación, lo cierto es que se cometieron bastantes inexactitudes a la hora de recrear la apariencia de los animales y actualmente (y unos cuantos descubrimientos después) han quedado bastante obsoletos. Aún con eso, esta sigue siendo una obra bastante a tener en cuenta por cualquier persona interesada en el tema.

La serie original consiste en 6 episodios, centrados en distintos momentos y ecosistemas del Mesozoico: la Pangea del Tiásico tardío, la Norteamérica y el mar de Tethis del Jurásico, Australia y un viaje desde Sudamérica a las islas que formarán la Península Ibérica durante el Cretácico, y Norteamérica a finales del Cretácico. A ellos se suman el especial "La Balada del Gran Al", que reconstruye la vida de un ejemplar particular de Allosaurus conocido por un esqueleto muy completo, y dos making-of que explican no solo cómo se rodó desde el punto de vista técnico, sino en qué se basaron para reconstruir a los animales y sus vidas.

Como sería de esperar, cada episodio se ocupa de una historia independiente sobre uno o varios ejemplares de una especie animal (algunas eran ya bastante populares, pero muchas otras se hicieron conocidas gracias a esta serie, como Postosuchus y Liopleurodon), lo que permite hacer un recorrido bastante completo por el mundo a lo largo de la era mesozoica, desde el Triásico superior, cuando los dinosaurios terminaron de imponerse a sus más directos competidores crurotarsios (grupo emparentado con los dinosaurios cuyos únicos supervivientes son los cocodrilos), hasta finales del Cretácico, cuando el impacto de un cuerpo celeste (cometa o asteroide) puso fin al reinado de los dinosaurios no avianos (el último episodio concluye con un breve y acertado epílogo que nos recuerda que las aves siguen aquí).

Como he adelantado, el mayor problema de este documental es que se tomaron excesivas licencias a la hora de recrear tanto el aspecto físico de los animales como su distribución y comportamiento. Sobre lo primero, algunas son justificadas (por ejemplo, sólo se conoce el color de muy pocas especies), pero otras no (como la exageración de tamaños), lo que causa a veces unas reconstrucciones que eran erróneas incluso en 1999 (en la zona de spoilers comentaré los casos más curiosos). También se incide en exceso en que los dinosaurios alcanzaron su esplendor durante el Jurásico y antes de extinguirse, a finales del Cretácico, llevaban millones de años en declive. En realidad, los dinosaurios alcanzaron su mayor diversidad en el Cretácico y prosperaron hasta el final de este periodo (los mayores dinosaurios son también del Cretácico y no del Jurásico); y el vulcanismo de finales del Cretácico probablemente fue consecuencia del impacto (quizá múltiple debido a la fragmentación) del cuerpo, y no anterior a este.

La ambientación, en cambio, es muy buena; y es lo mejor que podría conseguirse empleando escenarios actuales. Rodada en Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Tasmania, los bosques de araucarias de Chile y los bosques de secuoyas de California, el equipo buscó por todo el mundo los paisajes que mejor se ajustaban a los distintos ecosistemas que muestra la serie.

Sintetizando, estamos ante una obra curiosa, pionera y un referente en su género, que marcó un antes y un después en los documentales sobre paleofauna y que, 20 años después, todavía no ha sido igualada; y además, como he dicho, es junto a Jurassic Park la mayor responsable de la imagen que se tiene de los dinosaurios en la cultura pop actual y, también en este caso, pese a los errores y elucubraciones locas, más para bien que para mal. Todos sus episodios son entretenidos y, aunque la información que aporta necesita alguna actualización, sigue mereciendo la pena echarle un ojo.



Aspectos positivos: Las historias de cada uno de los episodios son entretenidas, verosímiles (aunque con el paso de los años probaran no ser completamente ciertas) y, sobre todo, están muy bien narradas. Las localizaciones ayudan mucho a la idea de recrear un safari por el mesozoico. Y la música acompaña con gran acierto.
Aspectos negativos: El paso del tiempo no le ha hecho mucho bien y ha quedado bastante anticuada, no tanto en los efectos visuales (que también) como desde el punto de vista científico, y eso en un documental, cuya finalidad es instructiva, no es algo que se pueda pasar por alto.
Puntuación: 7.5

(A continuación, comentario sobre las reconstrucciones de algunos animales)
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Manospondylus
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Hora de aventuras (Serie de TV)
SerieAnimación
Estados Unidos2010
7,5
16.754
Animación
8
23 de febrero de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil hablar en tan "poco" espacio de una serie tan compleja, porque estamos ante uno de esos casos en que una estética simple e infantil enmascara una obra bastante más amplia de lo que parece y que puede resultar muy interesante; o, por lo menos, no puede negarse que Adventure Time es muy peculiar.

Definirla no es en absoluto sencillo. Podría decirse que Adventure Time es una serie de fantasía y aventuras y al mismo tiempo es una parodia de las series de fantasía y aventuras. Concebida inicialmente por Pendleton Ward como una partida de rol en dibujos animados y tras un episodio piloto extrañísimo que fue rechazado repetidas veces, Adventure Time arranca como una serie episódica con mucho humor sobre un niño y su perro mágico, pero poco a poco va dando lugar a líneas argumentales de mayor recorrido y mucho más elaboradas. Guionistas como Adam Muto, Kent Osborne, Rebecca Sugar, Tom Herpich, Cole Sanchez, Ashly Burch, Ako Castuera, Steve Wolfhard y Patrick McHale van incorporando y desarrollando nuevas ideas para expandir el alocado mundo de Finn y Jake y llevarlo por nuevos caminos (siempre que Cartoon Netwok lo permitiese).

Enmarcarla en un género tampoco es sencillo. Adventure Time podría ser definida como alta fantasía (concretamente como una mezcla de fantasía heroica y espada y brujería, con toques de fantasía épica), pero cada vez con más elementos futuristas y de ciencia ficción. Y cuenta con bastante comedia, aunque contrariamente a lo que se tiende a creer, ni el humor es el principal elemento de Adventure Time, ni el que la hace una serie tan especial (o al menos no el único que contribuye a ello); y en ningún caso puede decirse que sea, ni mucho menos, una sitcom de animación infantil/juvenil al estilo de Bob Esponja (pese a compartir varios guionistas) y similares. Es importante tenerlo presente.

Con un estilo único y muy reconocible, aunque se nota la influencia de Los Simpson, las películas de Ghibli y otros anime de lo más dispar (Naruto, Sailor Moon, Utena, Evangelion, Akira...), los Monty Python, Lovecraft y la fantasía moderna, de Tolkien a Dungeons and Dragons y, muy avanzada la serie, Juego de Tronos, Adventure Time empieza como una sucesión de disparatadas aventuras protagonizadas por Finn (en principio, el último humano) y Jake (un perro mágico que es su hermano adoptivo y mejor amigo), que transcurren en la Tierra de Ooo (el escenario fantástico que ha surgido de un mundo postapocalíptico).

No muy al margen de esas aventuras, ocasionales exploraciones de mazmorras y alguna movida apocalíptica "rollo fin del mundo", muchos de los episodios no son más que slice of life fantástico con toques surrealistas, centrados en problemas más o menos cotidianos trasladados a la Tierra de Ooo. A veces, Adventure Time se adentra en géneros tan variados como el romanticismo oscuro y el terror gótico, los cuentos de hadas, el cine negro, el western, la space ópera, el drama shakesperiano, la sitcom americana, el thriller policíaco... casi siempre para parodiarlos o para darle la vuelta a algún tópico o arquetipo asociado a dicho género. Por supuesto, utiliza su ambientación fantástica para ridiculizar temas recurrentes en la literatura medieval (y las historias de ambientación medieval): heroísmo, nobleza, caballerosidad, galantería, etc. Y es por esa mezcla tan heterogénea de géneros por la que clasificarla simplemente como una serie animada de fantasía sería un error.

Además, Adventure Time aprovecha su dibujo sencillo y su apariencia inocente y colorida para reírse de temas como los roles y estereotipos sociales, la política y los populismos, la violencia, la muerte y hasta de la propia fantasía. A lo largo de sus 280 episodios se tocan asuntos tan complejos como la ambigüedad moral, las relaciones abusivas, los padres negligentes, la soledad, el existencialismo, las fobias, los totalitarismos, las dependencias, obsesiones y adicciones, el aislacionismo, los recuerdos y la memoria, y otros temas muy adultos que son presentados a un público muy joven (puesto que ha habido casos de censura y polémicas estúpidas varias, es importante remarcar que, pese a todo, esta serie es perfectamente apta para cualquier menor a partir de 7-8 años, aunque no sea ese su público objetivo).

Es verdad que hay episodios extraños con muchos elementos simbólicos y un nivel de mindfuck que poco tiene que envidiar a Evangelion o a cualquier serie de Kunihiko Ikuhara, como las historias oníricas que rodean al Rey Gusano y a la Princesa Pesadilla, aunque nunca se llega a caer en lo macabro o en la violencia explícita. También incluye algunas alegorías realmente interesantes (por la forma en la que han abordado ciertos temas). En ese sentido, destacaría el episodio "Brezzie", tristemente eliminado en España (nunca se emitió) y media Europa por ser una metáfora sobre la pérdida de la virginidad; y mantengo lo dicho respecto a la audiencia de menor edad: para cualquier niño o niña, este episodio no será más que otra aventura con canciones, abejas y flores.

Uno de los mayores atractivos de Adventure Time son sus geniales personajes. A Finn y Jake se les une un elenco muy variado que muchas veces les roban el protagonismo. Entre los personajes principales encontramos a BMO, una consola de videojuegos con una apariencia ochentera casi idéntica a la primera Game Boy (salvando el detalle de que tiene extremidades), con una personalidad inocente (o varias) y sin un género definido. La Princesa Bonnibel Chicle, quien inicialmente representaba el papel de princesa estereotípica (rosa, cursi y poco aventurera) y el de científica loca (con resultados catastróficos de sus experimentos), va revelando una personalidad más fría, obsesiva y controladora a medida que avanza la serie y se explora su trasfondo. Su evolución (en especial cómo trata de ser mejor persona cuando comienza a ser consciente de sus defectos) la convierten en uno de los personajes más interesantes.

(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
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