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España España · Málaga
Críticas de Nuño
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Críticas 268
Críticas ordenadas por utilidad
7
12 de mayo de 2013
51 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
He observado que casi todas las críticas negativas de 'Cube' señalan como principal defecto de la película no sólo la ausencia de explicaciones "lógicas" al desenlace de la misma, sino la nula "veracidad" de la situación planteada y del escenario del que su director se sirve, como métafora, para situar la acción. Señal inequívoca, creo yo, del posicionamiento que están tomando la mayoría de los espectadores hoy día: la búsqueda del giro final sorprendente, de la emoción sencilla y clasificable, del pensamiento servido en bandeja; una predisposición limitada, cuando no inexistente, a la abstracción.

El cine, acotado, desmenuzado o impenetrable, no deja hueco al espectador; si desmontas la estructura de la duda, el espectador no tiene oportunidad de interaccionar con ella, y la magia se evapora, la estimulación no aparece.

Una explicación final al misterio de 'Cube' la hubiese convertido en algo fallido. El principal sentimiento sobre el que se edifica la trama es el desasosiego. No va dirigida hacia una explicación, sino hacia lo contrario, hacia una inabarcable interrogación que, en suma, es la de nuestra propia existencia en el mundo, desde tiempos inveterados.

Gracias.
Nuño
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9
6 de febrero de 2014
50 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hitchcock observa 'House by the railroad' de Edward Hopper. La pintura le inspira una historia de terror. Entonces, supone un contexto para el cuadro: una pesadilla. Y la traslada al Cine.

...

Empieza como intriga romántica.

Rápidamente, toma el camino del cine negro.

Parece acercarse al voyeurismo ilusorio de 'La ventana indiscreta'.

Y, entonces, aparece el horror. En una ducha, en plena e íntima desnudez. La escena, rodada a ráfagas, estalla desde una inquieta calma. Se revela como una metralleta de planos; embestidas de un animal acorralado que tiene el terror al alcance de su brazo.

El terror no se presenta como núcleo de la trama, sino que surge como obstáculo imprevisto. ¿Acaso Janet Leigh pudo prever qué cariz iba a tomar su aventura? ¿Pudo intuir el horror? No, y el espectador tampoco debería anticipar nada. Así, el terror queda expuesto como una infiltración en la conciencia, sin preaviso externo.

...

Hitchcock construye un espacio, hace arquitectura. La carretera de llegada, como enlace con el mundo civilizado. El motel como báscula entre la salvación y la muerte. La mansión como territorio maligno, como tenebre incógnita. Un mal sueño en tres niveles.

¿Qué hay tras las ventanas de la casa?

Alejada del epicentro de la acción, pero presente, desde las alturas. Cazadora que caza sin moverse de su lugar. Una bestia agazapada, en estado de latencia. Amenaza el ánimo; no deja reposar al ojo que observa.

...

La cámara, en la escena de Arbogast. Se nos muestra en un plano cenital, inesperado, chirriante, inédito. Preserva la identidad de la asesina; y deja al espectador a total merced del impacto de la imagen.

...

El éxito de 'Psicosis', en mi opinión, se basa en la forma que tiene Hitchcock de emplazar el terror en un pequeño microcosmos particular; en un limbo enfermo habitado por hijo y ¿madre? Crea un retorcido escenario, y deja que una presencia ajena, Janet Leigh, se infiltre en él. Y no hay asideros; nos adentramos junto a ella.

Gracias.
Nuño
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8
16 de febrero de 2017
70 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
1.

Al final, cualquier obra artística, de todo el vasto infinito que alcancemos a nombrar, apunta a un único tema medular de entre apenas un puñado, tan viejos todos como la capacidad de retratarlos que alguna vez le nació al hombre.

No veremos nunca algo nunca antes visto en lo esencial, destilado lo artesanal. Ni el amor, la belleza, el sexo, la familia, el sueño o la muerte son invención autoral, y yo no veo desengaño en ello.

'Moonlight' es la historia de una soledad que los años no mitigan. Y la soledad es tan arcana como el nacer y el morir. No propone nada nuevo, cierto. Nada que no propusiera ya Chaplin, comiéndose su zapato en una ignota montaña nevada y esperando a su amada que no llegaba, que no emanaran los cenotafios de madera del monstruo Nosferatu, o que no sintiera der letzte mann, de rodillas en los aseos del gran hotel que le había visto prosperar. De hecho, por sintetizar y abreviar, bien podría bastarnos sólo con El Quijote, que contiene todos los géneros (la comedia, el romance, la aventura, la ilusión), o ceñirnos a Shakespeare y a los griegos. En ellos, de alguna manera, ya está todo.

Son las miradas personales, en Arte, las que no se repiten; y mirar junto a tantas de ellas como podamos es lo que hace tonificante y estimulante todo esto.

2.

Barry Jenkins ofrece lo que ve, sobre el tapiz universal, recurrente incluso, de su temática. Yo he conectado con él; me parece un autor auténtico, alejado del estrépito, cercano y sutil. No pretendo caer en el habitual ditirambo retórico: especifico cuáles son estas simpatías, no niego que quizás intransferibles, que 'Moonlight' me ha despertado.

. El uso, sabio, de la elipsis. Siempre he considerado que tanta potencia hay en lo que se cuenta como en lo que no y, a veces, más en lo último. Las tres ínsulas temporales de la película están rodeadas por un mar de brumas, de suposiciones, de posibles, de personajes que desaparecen de la vida de Chiron y de los que el misterio, inagotable fuente de fascinación, nos ayuda a inventar un paradero, una suerte, un destino concreto.

. Imágenes, que hay y son bellas. Al principio, Chiron escondido de los demonios que le acechan, en una caseta herrumbrosa. La mano salvadora, amiga por primera vez, de Juan, desprendiendo una ajada tabla de madera, dejando que la luz descubra dentro de su caparazón.

. Las conversaciones, los matices de carácter. Unos camellos que, entre venta y venta, se lamentan de la salud de la madre de uno de ellos. Un obligado matón que, entre golpe y golpe, tuerce el gesto, despreciando lo que hace. Una mala madre que llora querer a su hijo.

. Los niños en la playa, todos azules y limpios de alma. El guiño al Caetano Veloso de Wong Kar-Wai.

No obstante, son los últimos compases de esta sinfonía de tres actos lo que hace que la emoción contenida explote.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nuño
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9
31 de mayo de 2014
50 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tu entrada en la 'Zona' ha sido circunstancial o accidental, si sólo 'pasabas por allí', no habrás visitado ningún lugar. Todo es hojarasca seca, lodo y metal oxidado.

Si tu entrada ha sido voluntaria, desesperada, rogando respuesta a una pregunta aún no formulada, Tarkovsky habrá escenificado aquello que ves al cerrar los ojos, con la única presencia de tus demonios, que bloquean el espacio entre el infinito y tú.

Tarkovsky no puede hacer milagros. Si no calzas tus botas y levantas asiento, no hay viaje. No volverás de la 'Zona' porque ni siquiera la pisaste.

...

"— Querida mía, el mundo es demasiado aburrido. Por eso no hay ni telepatía, ni fantasmas, ni platillos voladores. Nada de eso puede existir. El mundo se rige por leyes rígidas como el hierro colado y eso es muy aburrido. Desgraciadamente, nadie viola esas leyes. No pueden alterarse (...). En la Edad Media era más interesante. Cada casa tenía su duende, y cada iglesia su Dios. ¡La gente era joven! Ahora, uno de cada cuatro es un viejo. ¡Oh, qué aburrido es todo eso, mi ángel!"

'Stalker' no es ciencia ficción.

Es realidad esencial, cotidiana, antiquísima. La 'Zona' ha sido pisada por millones. Todos en busca de...

Están los que huyen rápido de ella. Y la inmensa mayoría, que morirá sin haber pasado una noche allí. Y los últimos, quienes la toman como su hogar.

La 'Zona' es ese fin del viaje que uno emprende dentro de sí mismo. Y el fin no es respuesta. Es saberse encarcelado pero, además, conseguir la proeza de palpar con una mano los barrotes.

"¿Volver a prisión? En cualquier sitio me siento como en prisión"

...

El agua, y bajo ella el espeso barro que sepulta recortes de periódicos, objetos personales, monedas de oro...

La implacable fuga hacia la 'Zona'. Del mundo real a los límites de la moral; perseguidos por feroces uniformes de chaqueta y medalla, que buscan que no salgas de allí, que no te preguntes, que no sepas.

El perro, silente guardián, en la retaguardia, recordando que aún existe un nexo con el mundo, un paso hacia atrás.

La dimensión orgánica. Los rostros del Científico, del Escritor y del Stalker, manchados de barro. Peces minúsculos moviéndose alrededor de los pies. Pequeños gusanos reptando por el dorso de la mano.

...

La 'Zona'; cambiante, ingobernable. La descomposición de todo, hecha hombre. Las certezas en la cúspide de un árbol inalcanzable. Ésta película, al final, no estaba hecha para el Escritor, ni para el Profesor. No era de ellos este viaje. El verdadero Stalker lo es antes y después de estos 150 minutos. Para ellos, pues; para nosotros, es éste hermosísimo film, con el que volverse a asomar al vacío.

Gracias.
Nuño
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9
23 de diciembre de 2013
46 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sólo Bergman sabe filmar a los hombres tal como los aman y detestan las mujeres, y a las mujeres tal como las aman y detestan los hombres". Jean-Luc Godard.

...

Ingmar, ¿cómo sabías todo esto? ¿Cómo sabías de mis rincones secretos de sol y mar? ¿Cómo sabías de Mónica? Es que el romance uno lo vive así: un paraíso edénico, en el que sólo caben dos. Y todo imbuido de su propia naturaleza libertaria contra todo. No hay nadie capaz de invadir el paréntesis. Intimidad total, desnudez permanente; lejos, lejos, más lejos aún de todo y de todos los ojos y todas las lenguas.

Además eres sabio, Ingmar. Sabías que el paraíso incluía una serpiente. La eternidad no existe. Es un truco de la vida, un espejismo.

Vas a llevarte el primer puñetazo de realidad pronto.

Pones tu barca rumbo a la ciudad, que sabía que tarde o temprano volverías.

Y entonces se acaba. Y cómo duele. El edén se marchita en un marrón irreversible, la sirena se zambulle en el mar, la llama se apaga y el agua se enfría. El sol, el silencio y el brillo del mar dejan paso a la sombra, al bullicio y al cemento. Como bagaje, otro recuerdo más que atar al tobillo.

Al alejarte, ingenuo, lo que hiciste es trazar una parábola.

—En primavera surgen nuevos amores.
—Sí... Maldita sea.
¡Con qué clarividencia nos observaron los viejos, que venían de vuelta de todo!

Ella no respetó que su libertad acabara donde empezaba la mía. Desapareció porque su apetito de vida era demasiado grande. Admiro su inconformismo; me asquea su vileza. No sé qué habrá sido de ella.

Ingmar, han dicho que eres aburrido, que eres sombrío y neurótico, que chorreas erudición pomposa. Y a mí me has emocionado, y no sé cuántas veces van ya. Has rescatado 'Un verano con Mónica' de algún rincón de mi cabeza, y le has dado vida con imágenes de mis entrañas.

Sentémonos, Ingmar. En esta sala de cine sólo estamos tú y yo; nadie nos molestará. Siéntate, y recordemos a Mónica una última vez.

Gracias.
Nuño
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