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Drama
Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia y adolescencia, que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo intentando sobrevivir en diferentes situaciones. Durante todo ese tiempo, Chiron tendrá que hacer frente a la drogadicción de su madre y al violento ambiente de su colegio y su barrio. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2017
70 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
1.
Al final, cualquier obra artística, de todo el vasto infinito que alcancemos a nombrar, apunta a un único tema medular de entre apenas un puñado, tan viejos todos como la capacidad de retratarlos que alguna vez le nació al hombre.
No veremos nunca algo nunca antes visto en lo esencial, destilado lo artesanal. Ni el amor, la belleza, el sexo, la familia, el sueño o la muerte son invención autoral, y yo no veo desengaño en ello.
'Moonlight' es la historia de una soledad que los años no mitigan. Y la soledad es tan arcana como el nacer y el morir. No propone nada nuevo, cierto. Nada que no propusiera ya Chaplin, comiéndose su zapato en una ignota montaña nevada y esperando a su amada que no llegaba, que no emanaran los cenotafios de madera del monstruo Nosferatu, o que no sintiera der letzte mann, de rodillas en los aseos del gran hotel que le había visto prosperar. De hecho, por sintetizar y abreviar, bien podría bastarnos sólo con El Quijote, que contiene todos los géneros (la comedia, el romance, la aventura, la ilusión), o ceñirnos a Shakespeare y a los griegos. En ellos, de alguna manera, ya está todo.
Son las miradas personales, en Arte, las que no se repiten; y mirar junto a tantas de ellas como podamos es lo que hace tonificante y estimulante todo esto.
2.
Barry Jenkins ofrece lo que ve, sobre el tapiz universal, recurrente incluso, de su temática. Yo he conectado con él; me parece un autor auténtico, alejado del estrépito, cercano y sutil. No pretendo caer en el habitual ditirambo retórico: especifico cuáles son estas simpatías, no niego que quizás intransferibles, que 'Moonlight' me ha despertado.
. El uso, sabio, de la elipsis. Siempre he considerado que tanta potencia hay en lo que se cuenta como en lo que no y, a veces, más en lo último. Las tres ínsulas temporales de la película están rodeadas por un mar de brumas, de suposiciones, de posibles, de personajes que desaparecen de la vida de Chiron y de los que el misterio, inagotable fuente de fascinación, nos ayuda a inventar un paradero, una suerte, un destino concreto.
. Imágenes, que hay y son bellas. Al principio, Chiron escondido de los demonios que le acechan, en una caseta herrumbrosa. La mano salvadora, amiga por primera vez, de Juan, desprendiendo una ajada tabla de madera, dejando que la luz descubra dentro de su caparazón.
. Las conversaciones, los matices de carácter. Unos camellos que, entre venta y venta, se lamentan de la salud de la madre de uno de ellos. Un obligado matón que, entre golpe y golpe, tuerce el gesto, despreciando lo que hace. Una mala madre que llora querer a su hijo.
. Los niños en la playa, todos azules y limpios de alma. El guiño al Caetano Veloso de Wong Kar-Wai.
No obstante, son los últimos compases de esta sinfonía de tres actos lo que hace que la emoción contenida explote.
Al final, cualquier obra artística, de todo el vasto infinito que alcancemos a nombrar, apunta a un único tema medular de entre apenas un puñado, tan viejos todos como la capacidad de retratarlos que alguna vez le nació al hombre.
No veremos nunca algo nunca antes visto en lo esencial, destilado lo artesanal. Ni el amor, la belleza, el sexo, la familia, el sueño o la muerte son invención autoral, y yo no veo desengaño en ello.
'Moonlight' es la historia de una soledad que los años no mitigan. Y la soledad es tan arcana como el nacer y el morir. No propone nada nuevo, cierto. Nada que no propusiera ya Chaplin, comiéndose su zapato en una ignota montaña nevada y esperando a su amada que no llegaba, que no emanaran los cenotafios de madera del monstruo Nosferatu, o que no sintiera der letzte mann, de rodillas en los aseos del gran hotel que le había visto prosperar. De hecho, por sintetizar y abreviar, bien podría bastarnos sólo con El Quijote, que contiene todos los géneros (la comedia, el romance, la aventura, la ilusión), o ceñirnos a Shakespeare y a los griegos. En ellos, de alguna manera, ya está todo.
Son las miradas personales, en Arte, las que no se repiten; y mirar junto a tantas de ellas como podamos es lo que hace tonificante y estimulante todo esto.
2.
Barry Jenkins ofrece lo que ve, sobre el tapiz universal, recurrente incluso, de su temática. Yo he conectado con él; me parece un autor auténtico, alejado del estrépito, cercano y sutil. No pretendo caer en el habitual ditirambo retórico: especifico cuáles son estas simpatías, no niego que quizás intransferibles, que 'Moonlight' me ha despertado.
. El uso, sabio, de la elipsis. Siempre he considerado que tanta potencia hay en lo que se cuenta como en lo que no y, a veces, más en lo último. Las tres ínsulas temporales de la película están rodeadas por un mar de brumas, de suposiciones, de posibles, de personajes que desaparecen de la vida de Chiron y de los que el misterio, inagotable fuente de fascinación, nos ayuda a inventar un paradero, una suerte, un destino concreto.
. Imágenes, que hay y son bellas. Al principio, Chiron escondido de los demonios que le acechan, en una caseta herrumbrosa. La mano salvadora, amiga por primera vez, de Juan, desprendiendo una ajada tabla de madera, dejando que la luz descubra dentro de su caparazón.
. Las conversaciones, los matices de carácter. Unos camellos que, entre venta y venta, se lamentan de la salud de la madre de uno de ellos. Un obligado matón que, entre golpe y golpe, tuerce el gesto, despreciando lo que hace. Una mala madre que llora querer a su hijo.
. Los niños en la playa, todos azules y limpios de alma. El guiño al Caetano Veloso de Wong Kar-Wai.
No obstante, son los últimos compases de esta sinfonía de tres actos lo que hace que la emoción contenida explote.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Jenkins termina la película con una confesión de soledad; sencilla y breve. ¿Cuántas películas se atreven a acabar así?
El flacucho y temeroso Chiron; al que una mano salvó de la oscuridad y otra alivió, en la playa, del desapego de casi una vida; convertido en el renuente e imponente 'Black', reconoce que nunca ha tenido a nadie más cerca de lo que tuvo aquel puño enfurecido.
Nos damos cuenta, como ya otras veces nos hemos dado cuenta, de que hay demonios a los que el paso del tiempo no hacen morir. La película se desarrolla en tres tiempos, el físico de Chiron ha cambiado, su vida ha cambiado, pero la soledad ha permanecido tan inexorable e inmutable como la luz de la luna.
El plano final, Kevin ofreciendo su hombro al pequeño Chiron, cuya hercúlea montaña de músculos sirve ya de tan poco como sirvió al hermano de Léolo, es hermoso y justifica la película tanto como, quizá, su vida entera.
Gracias.
El flacucho y temeroso Chiron; al que una mano salvó de la oscuridad y otra alivió, en la playa, del desapego de casi una vida; convertido en el renuente e imponente 'Black', reconoce que nunca ha tenido a nadie más cerca de lo que tuvo aquel puño enfurecido.
Nos damos cuenta, como ya otras veces nos hemos dado cuenta, de que hay demonios a los que el paso del tiempo no hacen morir. La película se desarrolla en tres tiempos, el físico de Chiron ha cambiado, su vida ha cambiado, pero la soledad ha permanecido tan inexorable e inmutable como la luz de la luna.
El plano final, Kevin ofreciendo su hombro al pequeño Chiron, cuya hercúlea montaña de músculos sirve ya de tan poco como sirvió al hermano de Léolo, es hermoso y justifica la película tanto como, quizá, su vida entera.
Gracias.