Insufrible de inicio a fin. De lejos la película peruana más sobrevalorada de la historia y por ende, la peor. Sé que ninguna persona de este documental es actor pero al menos debieron seguir el guion y hacerlo real, no recitar un conjunto de líneas memorizadas y que en algunas veces existía muletillas, vacíos en donde se habían olvidado su parte, sin mencionar esa manía de mirar la cámara, cual video casero, como si tu amigo te estuviera grabando. Otra aspecto que fue aborrecible es el abuso de la voz en off, en donde lejos de introducirte un personaje o una escena en especial, era un monologo sin fin. La dirección del desconocido Ernesto Cabellos también fue lo más cutre posible, en donde cada encuadre, cada enfoque era peor que el anterior, realmente amateur. Pensé en toparme con planos largos y silenciosos, actuaciones de personas no profesionales pero muy correctas (como Magaly Solier en la Teta Asustada) y una historia que me llegué al alma, que me transmita sentimientos y emociones, pero me topé con la pseudo obra más amateur existente. Una hora y media perdida de mi vida.

Es probablemente un clásico del cine familiar noventero. No me imagino la cantidad de personas que han crecido viendo esta genialidad en donde las brujas no son satánicas, su único propósito es exterminar niños; en donde los ratones hablan; en donde Anjelica Huston es considerada atractiva y en donde Mr. Been es serio pero sigue siendo estúpido. Su visionado resulta conmovedor, entretenido y hasta nostálgico. Dicen que antes todo era mejor, me negaba a creerlo al pasar los años, pero esto es un claro ejemplo, ahora solo existe basura comercial, odioso y sin contenido y por otra parte, obras sobrevaloradas y pretenciosas. Devuélvanme a los años 90, por favor.

Su visionado es una experiencia de aquellas, posiblemente su gran duración resulte en ciertos momentos insufrible, pero posiblemente todo lo presenciado valga la pena, no solo por el contenido histórico donde nos relatan la guerra de Francia e Inglaterra y la misteriosa vida de Juana de Arco; si no también por la lección de buen cine que es, cada plano, cada gesto, cada palabra escrita, cada episodio, cada fragmento es una clase del Expresionismo, del cine mudo y de cómo sacarle la vuelta a las limitaciones de época, regalándonos una obra inmortal.

Ahora vamos con Juana de Arco, ¿quien fue en realidad? ¿Aquellas voces que escuchaban era de Dios, del diablo o simplemente alucinaciones suyas? Quién sabe, aunque al final haya sido canonizada y ahora tiene el título de santa. ¿Pero por qué llamarla santa? ¿Por liberar a un pueblo cuadrado y coronar a un rey mediocre? o quizá por librar una guerra sangrienta, a pesar que ningún francés quería luchar antes de su participación. Difícil interrogante. Lo que sí puede llamarse es una heroína, una libertadora. Alguien que fue parte de la historia de una nación merece este tipo de homenajes y mucho más.

Posiblemente si la película hubiese durado hora y media tendría una mayor valoración del público. Realmente comenzó muy bien, fue aquel rayo de luz en un sendero lleno de oscuridad y es que hablar de una película de DC que sea feliz no se ve todos los días; lastimosamente la extensa duración de 139 minutos a la larga pasó factura y se notó demasiado.

Hablando de detalles cinematográficos, el CGI no fue tan escandaloso. Con respecto al elenco, fue extraño ver a Jason Momoa como Aquaman, un ser rubio por naturaleza, pero ya esas cosas no son sorpresas, estamos en pleno siglo XXI donde la inclusión está presente en todo momento y en todos lados, donde lo políticamente correcto se interpone a lo establecido. Pese a eso el ex Khal Drogo no lo hizo nada mal. Por otor lado, Amber Heard se robó la atención de propios y extraños al encandilarnos con ese rostro tan hermoso, sin necesidad de mostrarnos un cuerpo voluptuoso y con vestimentas ceñidas. Para cerrar, Nicole Kidman y Willem Dafoe unos cracks como siempre.

Argento nos envuelve de una manera perfecta en una historia malsana de un asesino en serie, en donde el espectador ávidamente comparte el morbo del protagonista en saber qué pasó con aquella misteriosa mujer, quién la mató y por qué. El ritmo es brutal y parejo. Entretiene de principio a fin. Cada escena es una lección de cómo hacer buen cine, inolvidable comienzo. Por otra parte, la banda sonora interpretada por Goblin & Giorgio Gaslini es una delicia, tan inquietante y perturbadora que logra transportarte a un lugar sin esperanzas, en donde la muerte acecha y posiblemente sea la única alternativa.