Hace poco vi un vídeo recopilando películas de terror extrañas y que se salen de la norma general y aparecía esta "A Wounded Fawn", la cual captó bastante mi atención.

La historia se centra en un asesino en serie que se dedica a encandilar mujeres para luego acabar con sus vidas. Un día conoce a Meredith, a quien invita a una cabaña en medio de un bosque para convertirla en su siguiente víctima, pero las cosas no salen como él esperaba. De entrada no es un argumento original, pero la historia se guarda un background casi onírico y lleno de simbolismos que, pese a que a veces resulta un poco tosco y "de baratillo", es el rasgo más distintivo de la cinta. Y aún con sus buenas intenciones, no convencen las metáforas y el mensaje que trata de hacernos llegar sobre la semilla de la violencia y el castigo contra, se podría decir, los pecadores.

Ante todo, hay que aclarar que se nota que la película no cuenta con grandes presupuestos, pero aún así maneja con cierta soltura lo poco de lo que dispone. La historia está dividida en dos actos, el primero de ellos para presentarnos los personajes y poner en situación la trama, dándonos a conocer sus personalidades, así como motivaciones y demás. El segundo acto se inicia después del giro de guion con el que cuenta la película allá por la mitad, y es en este donde recae todo el peso del misticismo y la psicodelia con la que cuenta la historia. No es una película fácil de ver, y mucho menos es para todos los públicos. Mucha gente la catalogaría de rara o sin sentido, y quizá en parte tengan razón, pero si la ves con la mente abierta seguro que algo bueno consigues sacarle.

Uno de los puntos fuertes que tiene la película es esa ambientación y fotografías que recuerdan a los Giallo de los 70 y 80 que tanto marcaron un punto en la historia del cine de género. Los efectos especiales también parecen homenajear a los de aquella época, con el uso de rojos muy intensos tan característicos de dicho subgénero.

En cuanto a las actuaciones, hay momentos en los que los protagonistas parece lucirse y cumplir su papel con creces, pero en otras situaciones resultan forzados, exagerados y poco creíbles.

En definitiva, película diferente sin duda y que merece la pena ver simplemente por lo arriesgada y peculiar que es, pese a que finalmente se quede en un conjunto de buenas intenciones que no terminan de llegar a buen puerto.

Seguro que todos tenemos algún conocido/a, familiar o amigo/a que detesta el cine español y se niega rotundamente a ver ninguna película producida en el país patrio. Yo siempre he defendido que, al igual que en el cine del resto de países, hay tanto basuras como joyitas dignas de ver. En este caso, sin duda nos encontramos con un ejemplo de lo primero.

La historia se centra en un grupo de parejas que son invitados a pasar un finde semana en el hotel en el que todos ellos se casaron. Al día siguiente, aparece un cadáver y quedan atrapados sin poder salir por culpa de una nevada. Premisa de misterio detectivesco clásico con claras reminiscencias a Agatha Christie, guardando las enormes distancias, pero que se torna en una historia plana, sin chicha, sin interés y cuyos "giros" en la historia son típicos y predecibles a más no poder. La película no engancha en ningún momento, a mitad de metraje ya estaba pensando, " a ver si termina ya que me quiero ir". El desenlace solo hace aumentar los niveles de patetismo de un guion casi inexistente.

Dejando de lado la trama y tratándose de una comedia, uno esperaría al menos echarse unas risas, pero ni eso consigue. Los chistes parecen sacados de una serie de televisión mala de los 90, todos huelen a manido y naftalina y, en la gran mayoría de los casos, las bromas y situaciones "cómicas" solo consiguen dar vergüenza ajena e incomodar al espectador por haber malgastado su tiempo (y, en el caso de los incautos como yo, su dinero), en ver este subproducto fétido que nunca debería haber visto la luz.

En cuanto a los personajes, más de lo mismo. Un grupo de seres aneuronales que parecen sacados de un centro para deficientes mentales cuyos comentarios y acciones distan mucho de llegar al coeficiente intelectual mínimo para considerarse ser vivo racional. Destacar negativamente el encarnado por Julián López (quien, casualmente, siempre suele hacer el mismo tipo de individuo); hacía mucho tiempo que un personaje no me sacaba tanto de mis casillas por lo vomitivo y cansino que resulta; desesperante es poco. Si acaso, salvaría la actuación de Macarena Gómez, quien ya ha demostrado tener una calidad actoral más que decente; no entiendo cómo ha aceptado participar en tal bodrio.

Poco más hay que añadir; la cinta transcurre en su totalidad en esta villa y dada la historia el aspecto técnico tampoco es que resulte excesivamente complicado. El sonido y la banda sonora está al nivel de calidad del resto de apartados, metiendo con calzador las típicas alertas propias del cine de intriga de calidad que no vienen a cuenteo ni aportan nada positivo.

En resumen, una de esas películas que ensucian y dan mala fama al cine español. Deplorable es poco.

Jaume Balagueró es uno de mis directores favoritos dentro del género de terror desde hace muchos años. Algunas de sus películas están entre mi listas de favoritas, como [REC] o Frágiles, así que todo lo que hace suele captar mi interés y suele gustarme, y "Venus", afortunadamente, no es una excepción.

La historia se centra en una bailarina de discoteca que, tras un forcejeo del que sale bastante mal parada, roba una bolsa llena de droga y acude a casa de su hermana por ayuda. Pero la casa se sitúa en un edificio casi vacío en el que parece ocurren cosas estrañas. En un principio no parece nada original, pero la historia se guarda algunos ases bajo la manga que la hacen destacar en muchas ocasiones sobre todo por lo arriesgado de su propuesta.

La cinta cuenta con grandes dosis de violencia y sangre y con escenas que ponen al límite al espectador, haciéndole pasarlo bastante mal y poniéndole en tensión. También presenta las típicas escenas de sustos enlatados que se ven venir de lejos y algún otro que está mínimamente bien hecho.

En cuanto a las actuaciones, tengo que decir que tenía muchas dudas con el papel protagonista de Ester Expósito. Lo que había visto de ella respecto a sus trabajos anteriores no desprendía una calidad actoral destacable, e incluso destacaba negativamente por forzada y poco creíble. Sorprendente en "Venus" su actuación es más que destacable; se nota una mejoría escénica notable y en la mayor parte del metraje se come la cámara y cumple con creces. El resto del reparto está también muy en su sitio, destacando las actuaciones de la niña y las vecinas.

Como punto negativo, en ocasiones da la sensación de que la línea que separa las dos historias paralelas que se desarrollan durante el film no se difumina del todo, pareciendo que estuvieras viendo dos películas diferentes superpuestas una sobre la otra. Por otro lado, la escena finalísima a mí no me ha convencido.

En resumen, una aventura interesante a la par que violenta que merece mucho la pena. Recomendable.

Tenía muchas ganas de ver "El Menú", no solo por lo llamativo de la historia en una sociedad donde la alta cocina se ha hecho un hueco tan importante gracias, en gran medida, al protagonismo que se le ha dado en documentales y reality shows, sino por contar con tan buen reparto. Las expectativas estaban altas y, si bien la película está bastante bien, creo que se queda a medio gas.

La historia se centra en un grupo de personas influyentes en sus respectivos campos que son invitados a una isla remota a cenar en un restaurante regentado por uno de los más prestigiosos chefs del momento. Sin embargo, esta invitación envenenada esconde intenciones mucho más oscuras que deleitar a los comensales con grandes sabores y texturas. La historia, a medida que avanza, se vuelve bastante más truculenta y tiene algún giro de guion bastante decente. Sin embargo, dada su premisa, pasado algo más de la mitad del metraje el guion se frena y, durante algunos momentos, la cinta se hace algo monótona y pesada. Afortunadamente, en su tercio final retoma buen ritmo y vuelve a inmergir al espectador.

Uno de los puntos más fuertes del guion son las críticas que encierra no solo hacia el mundo de la alta cocina, sino a muchos otros gremios; incisivas y muy duras en muchos casos, no dejan de reflejar en gran medida la sociedad superficial en la que vivimos actualmente.

Dejando a un lado la historia, el otro gran peso de la calidad de esta película recae en los hombros de su reparto. No creo que nadie pueda poner en tela de juicio la calidad actoral de su pareja protagonista (Anya Taylor-Joy y Ralph Fiennes), quienes han demostrado en numerosos papeles que han elegido la carrera correcta, y este no es una excepción. Sus constantes tira y afloja y la evolución de su relación complementa perfectamente el hilo central de la historia, hasta llegar a un clímax que, si bien puede resultar simplón y en cierto modo predecible, no deja de ser acertado. El resto del reparto está también muy en su sitio, con personajes variopintos que resultan desagradables en mayor o menor medida, especialmente el encarnado por Nicholas Hoult, repulsivo en la gran mayoría de sus apariciones.

Del resto poco más se puede decir. La dirección y fotografía son bastante correctas. Al desarrollarse la película casi en su totalidad dentro del restaurante, el aspecto técnico no debe suponer grandes desafíos. Destacar la presentación y explicación de los platos que se presentan a lo largo de este peculiar menú: hilarantes por lo bien que reflejan la realidad.

En definitiva, es una película interesante, recomendable y entretenida en su mayor parte pero que se podría haber exprimido más.

He de reconocer que hace poco que me enteré de la existencia de esta cinta, pero inmediatamente captó mi atención. La temática más el recorrido del director sumado a las grandes críticas que estaba cosechando no hicieron más que incrementar mi interés en ella y ahora, tras salir del cine, solo puedo decir que estoy agotado (en el buen sentido).

La historia se centra en una pareja de franceses que vive en un pueblo perdido de Galicia en el que por ciertas cuestiones no son bienvenidos por todos los habitantes del mismo. A primera vista parece una argumento algo simple, pero las pinceladas y matices que se le han dado dotan a la película de una profundidad bastante mayor de la que cabría esperar.

Numerosas escenas de tensión se suceden con pequeños descansos insertados para que el espectador pueda respirar y relajarse un poco antes de meterte otro chute de angustia, generando una pieza donde el estrés te mantiene constantemente pegado a la pantalla. La historia te absorbe de tal fonda que las casi dos horas y media de metraje no se hacen tan pesadas (aunque algo sí que se notan) y son en gran medida muy llevaderas. El nivel de dramatismo va aumentando a medida que se suceden hechos que generan sentimientos en ocasiones encontrados en el público.

En cuanto a la dirección, poco se puede decir. La carrera de Sorogoyen está cargada de piezas de una calidad directiva de notable para arriba y esta no es una excepción. La tranquilidad que transmiten los planos paisajísticos contrasta a la perfección con las tensiones vividas en las entrañas de tan bellas localizaciones. Y si a esto sumamos un nivel de sonidismo y una banda sonora que lleva al espectador de la mano durante todo el camino, poco se puede tachar a nivel técnico de esta cinta.

Pero sin duda, si hay algo digno de alabar de la película es el nivel interpretativo por parte de absolutamente todo el elenco principal. La calidad actoral en esta cinta merece ser alabada, desde Luis Zahera (a quien el papel le viene como anillo al dedo), pasando por la pareja protagonista Marina Foïs y Denis Ménochet, quienes encarnan sus papeles a la perfección, transmitiendo en todo momento lo que requiere la historia. Hasta ovejas y vacas merecen una mención en este apartado.

En definitiva, de lo mejor del cine (español y no) del año. Auguro más de una y de dos nominaciones a los Goya.