Realmente la película en su realización, interpretación, verismo, es inmejorable, mi problema es

¿qué después de esto?

¿El arte es la vida?

¿La vida reflejada por el arte debe ser una mera copia?

Sin dolor que advierta el mal nos tomaría desprevenidos. El dolor es necesario.
¿Todo se justifica desde su necesidad?

No lo creo, ser curioso es interesante y no siempre es necesario aunque nos atraiga.

Que este señor Haneke sabe de cine no me cabe duda

¿pero qué se propuso con esta película?

Ignoro todo de su vida personal ¿estará allí la explicación?

Sea como fuere, la película ya está hecha y es como los accidentes, cuando ya ocurrieron, pudo ser evitado pero ocurrió.

No querría volver a ver una película tan tortuosa y desgarradora. No me interesa la filmación veraz de los pasajeros mientras el avión se cae. Quizás sea importante para las azafatas, los pilotos o el personal de a bordo.

No soy geriatra, no necesito masoquearme. Debiera haber una advertencia al estilo de

"esta película puede herir su sensibilidad"

Poco creíble, lo que no me importa mucho en general, pero sí cuando la película no engancha al espectador.

Si hubiera sido la excusa para entretener un relato inverosímil no hubiera importado pero son demasiados los detalles que no termino de entender para que están y molestan.

Si aún no la vio y tiene otra por allí, vea primero la otra.

Esas películas de antes que se han hecho tan solo para que yo las disfrute ahora.

A pesar de ser tan teatrales, tan que se les note que son pura ficción. Que sus actores sean seres impecables que no parecen ser seres comunes, sino los seres a los que uno se querría parecer, porque durante el tiempo que dura la película uno es un poco Sean Connery en caso de ser varón, como es mi caso, y siente que se realizaría su vida si se encontrara con una chica tal como Tippi Hedren.

Por supuesto que también las enfermedades psiquiátricas debieran ser como en las películas, tal como las quiere el psicoanálisis que el psicoanálisis de verdad también parece estar hecho para la literatura y no para quehaceres científicos.

Ni hablar que uno quisiera vivir sin trabajar, tener mucho dinero, gente que trabaje para uno, hay que hermosas son las vidas de película, aun con dramas pero que pueden ser entretenidas.

Esta crítica va a ser leída por pocos, ya la película pasó, pero la hago para recordarme que la vi.

Bien actuada pero pomposa.

Viéndola uno tiene la sensación de no sorprenderse, de descubrir metáforas permanentes, de que lo que ve remite a otra cosa y así. Es como que se le nota la confección. Se tiene demasiado la sensación de estar viendo una película, lo que no sería tan malo si los aspectos no creíbles y absurdos remitieran a encontrarle uno la vuelta.

Mi crítica puede parecerse a la película, quizás el director tuviera claro que quería decir pero no lo terminaba de proponer con claridad.

Por otro lado, presos buenos, carceleros malos. Animalitos buenísimos y hombres civilizados malísimos.

Aunque la especie humana es omnívora, hay humanos vegetarianos y otros que comen carne en exceso. Así somos los humanos de diversos. Nos vamos alejando de los simios con dificultades pero creo que no tantas, como para volver a tener que valorar como que se vive mejor entre ellos.

El sistema carcelario es una mierda pero no caben dudas que mientras existan las cárceles ser carcelero no ha de ser una profesión con buena prensa.

Prefiero, sin hacerme cómplice de los errores humanos, vivir entre humanos y suponernos con más posibilidades de darnos una buena vida, sin tener que aprender de los gorilas. Ser gorila es bueno para los gorilas.

Ellos la cuentan, la filman, la distribuyen, la premian y la, la, la. Vaya, más de lo mismo.

Digamos que la vi, me la habían recomendado, pues yo no he de hacerlo. Bien filmada, a esta altura eso es básico, la historia es una de tantas, entonces por allí, a mí, a uno se le ocurre esperar que pase algo entretenido.

Buen mozo el actor, medidos los demás, pero ¿Y?.

Los estadounidenses (perdón por las generalizaciones, injustas) son maravillosos hacen cagadas pero con sentido crítico, los iraníes son malos y boludos (gilipollas). Que va.

Algunos comentarios irónicos alivian pero el tufo a norteamericanada abunda. Si me hubiera resultado atrayente lo pasaría por alto, pero tuve que esforzarme y convencerme de que la siguiera mirando.