Es una pena que se hubiese cancelado, porque el jugo que se le podía sacar a esta historia disparatada hubiera dado como mínimo para completar otros trece episodios. Pero ya sabemos que las audiencias son las que mandan.

El submarino nuclear estadounidense que se niega a bombardear Pakistán, que lanza un misil contra su propio país, que se refugia en una isla y se defiende de varias naciones (entre ellas, la suya propia) que se interesan en el cargamento armamentístico de la nave, los problemas propios dentro de la isla debido a los conflictos de interés, las historias románticas que surgen como causa inevitable, la culpabilidad de aquellos que gobiernan las naciones, la fidelidad y la desconfianza ante las causas que conllevan los actos... "Último destino" se cuestiona muchos aspectos. Y la interpretación de los actores es bastante eficiente y ajustada con lo que la misma serie se merecía.

La pena, como comencé la crítica, es la cancelación apresurada y el cierre del último capítulo, que intenta bordar en poco más de 40 minutos una historia que se hubiera merecido más paciencia a la hora de finalizarla. Pero espero que puedan disfrutarla y convivir con la desmesura que, por otro lado, me parece necesaria para abordar una historia que sin ese punto de locura no hubiera sido lo mismo.

Recomendadísima.

La historia nos transporta a una tienda de Hungría. Allí un dependiente joven y con aspiraciones a tener más responsabilidades dentro de la empresa tiene algunos problemas con el dueño de la misma a la par que se cartea con una chica desconocida de la que se ha ido enamorando. De pronto, una chica entra a formar parte del personal.

Los personajes que nos presenta Ernst Lubitsch están perfectamente definidos, y la historia va fluyendo sin que nos demos cuenta de que asistimos a una comedia romántica. James Stewart, muy joven, hace un papel memorable como el dependiente enamorado y tal vez lo que más cojea sea Margaret Sullavan, aunque no es que lo haga del todo mal. Hay escenas auténticamente memorables, como la de los casilleros de los apartados de correos o el intento de suicidio, algo tan grave contado de una manera muy suave, delicada y natural.

Recomendable pese a no ser una obra maestra.

Conmueve, y es potente. Pero algo le falta. La relación inexistente de dos hermanos junto al padre que cierra el triángulo es la masa de esta película. En el horno se cuece junto a las artes marciales mixtas y un torneo que tienen que ganar para sus diferentes problemas y en el que van pasando de eliminatorias sin ser, a priori, los favoritos. Su huele esa final a lo lejos, y quizá también el desenlace. Los actores están muy bien, en especial un Nick Nolte al que aún le sobran recursos. Los secundarios cumplen su función y tal vez quien esté más floja sea una Jennifer Morrison forzada y sobreactuada.

"Warrior" nos introduce en el mundo del espectáculo de los combates mientras va de la mano del drama que nos va contando a medida que avanza, los viejos fantasmas familiares de una familia (valga la redundancia) desestructurada e inexistente. "Warrior" hará que dos hermanos se encuentren en una situación que es de todo menos idílica. Pero sigo notando que a "Warrior" le falta algo, sin saber aún el qué.

El problema de fe de Bergman se vuelve a sentir en esta película, maravillosamente interpretada por Max von Sydow en el papel del padre-venganza al que le han arrebatado a la niña de sus ojos. Lo miserable del ser humano queda estupendamente reflejado en algunas escenas bastante cruentas, y ese sentimiento de venganza que hay que saciar muy a pesar de los valores religiosos que se posean. Porque aquí nos lo dejan claro: el hambre y el sexo deben ser saciados, el hambre de venganza también. Aunque luego hagamos alguna promesa para intentar corregir nuestros errores, sin entender tal vez los designios de ese Dios supremo que hace y deshace a su gusto.

Cierto que a la película se le nota mucho la lentitud en varias escenas, y la monotonía (debido a la ausencia de música y que los diálogos son muy espaciados) hace acto de presencia. También es cierto que algunos giros del guion suceden porque sí y ni siquiera deberíamos plantearlos el por qué son así las cosas, si no queremos que se nos venga abajo toda la cinta.

Si esperan algo de mafia, pues no es la película que andan buscando. El caso es que no se sabe muy bien de qué va todo el entramado. No voy a caer en que el espíritu de Tarantino flota constantemente por toda su duración porque sería faltarle el respeto. Esto es una película mal montada, con un mal guion y con diálogos pobres y sin sustancia. Una completa pérdida de tiempo. El juego temporal es un absoluto fracaso, mezclando flashbacks y escenas anteriores, creando un absurdo que solo el tal Harvey logrará entender. Tres chicas, un psicópata y Bruce Willis, con algún personaje que se incrusta a duras penas en la trama. Dinero de por medio, armas y un bar que se convierte en algo repetitivo e insulso.

+ Quizá la música.

- Todo lo demás.