No es la primera vez que ‘Black Mirror’ presenta un episodio sin rastro de ciencia ficción que, en lugar de situar la historia en un futuro cercano, se desarrolla en el presente para ironizar sobre alguna cuestión social. Sin ir más lejos, el primer capítulo de la serie era de ese estilo. A mí me da un poco igual, mientras la calidad acompañe…

La historia de este episodio es de terror con giro argumental, el tema sobre el que trata y satiriza es el del ‘True Crime’, y el dardo envenenado para reflexionar se lanza a todo lo que lo rodea. Directores pensando en la fama, productores pensando en el dinero y público atraído por el morbo. ¿Las víctimas? Mera carnaza repartida entre todos. Lo importante es el espectáculo. El dolor es un producto exquisito, y se vende al peso.

Ese mensaje no es nuevo, y el argumento menos aún. Entretiene, más si te gusta el género del terror con intriga, pero su problema es que carece de un elemento fundamental de la serie: su ojo visionario y original. Esta historia nos la encontramos en cualquier película de terror medianamente decente, especialmente en el subgénero del falso documental, donde está más que trillada.

Por si a alguien le han entrado ganas de ver un mockumentary sobre asesinos en serie, le recomiendo la perturbadora ‘The Poughkeepsie Tapes’, del 2007.

Rian Johnson nos deleita aquí con una obra sobre la rebeldía, sobre romper lo establecido, hacer lo contrario de lo que esperan que hagas. Todos tenemos un rebelde dentro y es hora de dejarlo salir. No contento con realizar una simple película sobre ello, y porque Rian Johnson también es un rebelde, se atreve a hacerlo en clave de parodia de Star Wars… ¡dentro de la propia saga cinematográfica! Tal acto de rebeldía produce escalofríos.

Para poder analizar bien la metafísica de la historia debo entrar en el spoiler. Aventurado lector que no ha visto la película que ha visto todo el mundo, fan o no de Star Wars, ¡rebélate y no la veas!

--- SPOILER ---

Creo que lo mejor es ir personaje a personaje, para estudiar el alma rebelde de cada uno. Una historia tan densa es mejor tratarla por partes.

Personajes clásicos:

- Luke Skywalker se ha rebelado contra la fuerza. Tras haber derrotado al imperio hace años y sin llegar a comprender por qué coño el imperio sigue gobernando la galaxia igualmente, un día decide matar a su sobrino mientras duerme porque se olía que iba a rebelarse contra él, o puede que para despertar su rebeldía latente. Sea como fuere, Luke se rebela contra todo y todos y se va a vivir a una isla de un planeta perdido a beber leche de cabras alienígenas, porque nadie se espera eso de él. Si un maestro Jedi debe traer el equilibrio a la fuerza, él dice ‘que os jodan, yo me largo’. Que gran valentía. Que rebelde es.
Un día llega a la isla una tal Rey, buscando que Luke, la leyenda del espacio, la entrene en los caminos de la fuerza. Luke se rebela ante eso. Tira su espada láser como si fuese chatarra y sigue mamando leche de la teta alienígena. Rey se rebela ante la rebelión e insiste, hasta que Luke decide enseñarle por qué todo le importa una mierda. Rey toma consciencia de que no pinta nada allí con aquel vagabundo penoso y se va. Total, ya sabe que la fuerza sirve para mover rocas, no hay nada más que pueda enseñarle. Luke, en este punto, aburrido de su vida, se proyecta astralmente en la batalla de los rebeldes a darse una vuelta por allí, ir de sobrado y recordarle a su sobrino que lo lleva claro si cree que va a intentar salvarlo del lado oscuro. Eso ya lo hizo una vez con su padre, y se rebela ante la repetición de sus actos. Satisfecho consigo mismo, decide morirse, rindiendo honor a la muerte de su madre Padme.


- Leia, la princesa rebelde. Se podría hablar largo y tendido sobre su maestría en el campo de la rebelión, pero llega con quedarse con un único acto que demuestra por qué es la líder de los autoproclamados rebeldes: Leia se rebela nada más y nada menos que contra la muerte. Un misil le explota en la cara y sale volando por el espacio. Molesta por el contratiempo, decide marcarse un Superman y volar un rato por el vacío del cosmos en camisón, rebelándose contra cualquier ley física del universo, la muerte, la vida y todo en general. Contenta por haber realizado el acto supremo de rebeldía, regresa a su cama a descansar un rato. Volverá a la acción más adelante, pero serán apariciones de cachondeo y risas, porque se rebela a tomarse nada de esto en serio. Que la fuerza te… no, venga, dilo tú, que yo me rebelo y no lo digo más.

- Maestro Yoda, Chewbacca, R2-D2 y C-3PO. Se rebelan contra su no aparición en la película. No recuerdo mucho más, pero algunas tonterías decían y/o hacían. Algunas tonterías rebeldes.

Mezcla de ciencia ficción y cine negro con la cual Richard Fleischer construye una deprimente historia futurista, que transmite una inquietante sensación de realidad y cercanía.

Un mundo donde la superpoblación, la escasez de los recursos y el agotamiento de energías son una realidad. La separación de clases es evidente: una minoría con poder económico y político, y una mayoría marcada por la pobreza, el pesimismo y la desesperación. La poca importancia del individuo se ve reflejada en escenas como en la que una pala aparta a la multitud con frialdad o el tratamiento de la mujer, considerada parte del mobiliario incluido en la casa.

La historia crea interés y misterio a partir del asesinato de una persona de la clase acomodada, que el protagonista investigará, intuyendo que detrás se encuentra algo más. Alrededor de la verdad detrás del asesinato gira toda la trama. Una verdad que lleva a unos a asesinar, a otros a morir y a los restantes a enloquecer. ¿Cuál es?¿En qué consiste la verdad de ese mundo? La escalofriante respuesta se desvelará al final, dejando una sensación amarga y una moraleja a seguir: tenemos que cuidar el mundo que nos rodea.

Charlton Heston hace una buena interpretación de un personaje rudo, aprovechado, el antihéroe propio de las historias detectivescas, que sin embargo tiene su honestidad y no se deja doblegar. Por otro lado está Edward G.Robinson, cuyo personaje sirve para entender lo que se ha perdido en ese mundo: lee libros, afición que parece haberse perdido, recuerda los tiempos pasados, en los que el mundo no había sido destruido, y se hunde en la tristeza al descubrir la verdad, en lo que se ha transformado. Su final, la visita a ¨El Hogar¨, es el momento más emotivo del film.

La estética es setentera pero ha envejecido bien. El final resulta un poco apresurado, pero en general es un buen ejercicio fílmico. Un clásico de la ciencia ficción que debe ser visto.

Mucha tela que cortar en este completo despropósito argumental. No se puede escribir peor un guion. Programación defectuosa dicen, pues anda que la escritura… Vaya putísima tela. ¿Esta gente es la misma que hizo “The OA”? Se quedaron tontos después de que les cancelasen aquella, no hay otra explicación. Cerebro congelado.

Empiezo con lo bueno, que se comenta rápido. La localización es sugestiva, una mansión vanguardista perdida en medio de la nada en Islandia. Aislamiento en medio de kilómetros de nieve. La trama del pasado no está mal, es un drama intimista que reflexiona sobre la falta de sentido en ciertos aspectos del mundo, como la absorción mental en la intrascendencia de lo virtual. Un mundo inhumano de dolor. Un mundo triste. Asistimos a la relación de unos jóvenes que intentan resolver una serie de asesinatos a la vez que surge algo romántico entre ellos, y que por desgracia sabemos cómo terminará desde el inicio porque por algún motivo absurdo la serie empieza contándonos el final de esa historia. Hay cierto alegato contra la tecnología, reflexionando sobre la pérdida de identidad que nos produce su uso. Una adicción que nos transforma en sombras de nosotros mismos. Harris Dickinson interpreta aquí el mejor personaje de la serie. Bueno, el único salvable.

A lo mejor es esa la historia que deberían haber contado con más profundidad, y solo esa, en lugar de usarla como comparsa inútil, intrascendente y engañosa del supuesto núcleo argumental de verdad: lo que sucede en la mansión polar. ¡Es que las dos historias ni siquiera están relacionadas! ¡Ni simbólicamente! ¡Qué me estás contando!

Venga, al lío. Me paso al spoiler. La serie da igual lo bonita que sea visualmente, porque cuando el guion es una mierda tramposa repleta de miles de millones de fallos, tonterías, pistas absurdas, ideología barata y personajes retrasados mentales (que te venden como los más listos del planeta jajaja), pues resulta una tomadura de pelo y una pérdida de tiempo. Además el misterio es tópico y predecible (en el minuto uno sabía yo por dónde iban a ir los tiros del asesino, cualquiera se hubiera dado cuenta, coño).

En fin, no la veas. Es agotadora.

El spoiler comienza en esta parte por falta de espacio.


- - - SPOILER - - -

No sé ni por dónde empezar, así que voy a soltar incongruencias aleatorias según me vengan a la mente. No se molesta la serie en tener orden y sentido, me voy a molestar yo.

- ¿Cuándo coño conoce Bill a Lee exactamente? Porque si tienen un hijo de más o menos 6 años, y hace 6 años que dejó a Darby, pues supongo que justo el día que la dejó. Te cuentan la historia y todo: El Bill la encuentra en una granja perdida y se ponen a hablar y fornicar. ¿Pero eso tiene algún sentido? ¿Por qué la busca para empezar? ¿Solo porque Darby la admiraba? No me cuadra ni el motivo ni el momento.

- Durante esos 6 años Bill pasa de ser un don nadie a una especie de artista ultra famoso admirado en las altas esferas de la sociedad mundial de multimillonarios e intelectuales. Sí, también muy creíble.

- Los tatuajes de Bill y Lee parecen encajar. ¿A qué coño vino eso?

- Vamos a pararnos en el tema de los hackeos. Menudo puto cachondeo. Primero, que repiten demasiado la palabra, estaba por tomarme un chupito cada vez que lo hacían, y segundo, que todo el mundo es un hacker experto que rompe la seguridad de cualquier sistema en cuestión de minutos y sin dejar rastro. Hackeando por la vida, sin pausa y con prisa. Un coche tocando 4 botones, un marcapasos, unas puertas de garajes con código bajado de cualquier puto sitio, piscinas… ¡Fiesta! Todo está conectado a la red y tiene cero seguridad, lo típico.

- Atentos al traje súper futurista que resiste cualquier condición climatológica, niveles de radiación y explosiones nucleares si hace falta. Resulta que se cierra herméticamente y te asfixia hasta la muerte si pierde su conexión wifi. ME DA PUTO MAL JAJAJAJAJAJA.

- Sigamos con el tema de la seguridad. Todas las habitaciones del hotel cerradas a cal y canto con sistemas electrónicos súper infranqueables, pero tienen la puerta de atrás que la puede abrir cualquiera y pasearse por ahí, aparte de entrar a matarte y eso. Perfecto, grandes mentes diseñaron las instalaciones, sin duda.

- La que muere por el casco se pone a conducir como una maníaca en medio de la tormenta polar. Si es que ella misma iba buscando la muerte. Bueno, que muere por el casco lo digo yo, porque en realidad se muere luego del disgusto, o saber de qué.

- Lo de Darby metiéndose a nadar en la piscina, sola, en una reunión que tiene con alguien desconocido, potencialmente el asesino… ¿Eso qué? ¿Es retrasada?

- Ya que estoy sigo con Darby. Te la venden como la más lista de clase, la Lisa Simpson de la humanidad, pero nada más lejos de la realidad. Lo que parece es una autista emocional que a duras penas puede pensar y comunicarse. No une ningún cabo por sí misma, ni siquiera el caso de las “Silver Doe” lo resuelve ella, es la comunidad de internet quien lo hace. Los hacks que usa no son suyos. La identidad de su atacante la deduce Andy. La identidad del asesino la deduce Rohan días antes y con mucha menos información. El personaje deja mucho que desear en general, y hay un momento concreto que pasé vergüenza ajena, cuando hablan del cambio climático y un posible cataclismo y ella va y suelta algo como: «se pueden tomar medidas para evitarlo, como comer menos carne». Y lo dice en serio. El show está repleto de frases chorras de ese estilo, pero justo esa en ese momento hace parecer a la joven subnormal profunda.

Os voy a contar un secreto: Sueño con Nicolas Cage.

Al principio era algo inocente, una simple anécdota para comentar en el café de la mañana; vagos recuerdos de una noche de verano. Pero la cosa fue a más, se hizo constante, una rutina nocturna ineludible. No era para alarmarse, más allá de la rareza de que Nicolas Cage visitase mi subconsciente cada vez que apagaba la luz, lo cierto es que el tío solo mirada, me saludaba y sonreía. Con el tiempo no solo me acostumbré a su presencia, sino que se me hacía imprescindible. Después de un duro día de decepciones y duro trabajo sabía que ahí estaría Nicolas Cage esperándome en mis más profundos sueños, dedicándome una sonrisa que, sin lugar a dudas, me quería transmitir que no pasaba nada, que ahí estaba él para apoyarme en lo que necesitase. Mi fiel amigo. Mi visitante nocturno. Mi confidente. Mi ídolo.

Empecé a obsesionarme. El mundo real se me hacía insoportable. Era feo, vacío, no tenía sentido sin Nicolas Cage. Lo necesitaba. Nunca me echaba la siesta pero empecé a hacerlo. Simplemente precisaba pasar más tiempo con él. Y entonces pasó. Dejó de ser mi amigo para convertirse en mi amante. Los sueños cayeron irremediablemente en el erotismo más tórrido. No podía parar. Sus manos tocaban mi cuerpo, sus labios recorrían mi piel. Fornicábamos como conejos en los lugares más oníricos del universo infinito, incansables. No podía parar de pensar en él. Mi galán. Mi corazón. Mi amor.

Y de repente, sin previo aviso, todo cambió. Recuerdo aquella noche, pues me traumatizó para siempre. Había tenido un mal día, bueno, un día normal en verdad, la típica mierda de siempre: conocidos hablando de tonterías que no me importan cara a cara… desconocidos hablando de tonterías que no me importan en las redes sociales… yo sintiendo el vacío existencial rutinario de vivir en un mundo al que no pertenezco… y llego a casa, cerrando la puerta que deja atrás esa sociedad tragicómica, y sonriendo por primera vez, a sabiendas de que estaba cerca de pasar otra noche loca con Nicolas Cage. Me metí en la cama, emocionado.

Y entonces empezó la pesadilla.

Despierto en el mundo fantástico de mi mente, y allí está Nicolas Cage, esperándome. Pero no sonríe. Dice que vamos a jugar a “el cuerpo y el látigo”. No conozco el juego pero asiento, dando por hecho que será otra noche salvaje de las nuestras. ¡Cuán equivocado estaba! Nicolas Cage me dio de latigazos durante lo que pareció una eternidad, sin parar, sin dejarse ni un centímetro de cuerpo. Yo gritaba de dolor, pero no conseguía articular sonido. Intentaba escapar, pero no podía moverme. Me desangraba, pero no moría. Desperté atemorizado, pero el auténtico terror empecé a sentirlo luego, cuando el sueño se apoderaba de mí. Lo que antes eran ríos de placer se habían convertido en océanos de angustia. Nicolas Cage esperaba en la sombras de la pesadilla, incansable, cada noche, con nuevos métodos de tortura listos para ser probados en mis carnes. El sol se ocultaba y él me humillaba, violaba, descuartizaba y asesinaba. No podía más, me estaba volviendo loco. Odio a Nicolas Cage. Mi fobia. Mi enemigo. Mi repulsión.

¿Por qué me torturaba Nicolas Cage? ¿Era yo el que soñaba con él? ¿O era Nicolas Cage el que soñaba conmigo?

Fue en ese momento donde, completamente fuera de mí, comencé a ver toda su filmografía y descubrí esta película. ¡Me vuela la mente! ¡No soy el único que sueña con Nicolas Cage!

Decido entonces contactar con otras víctimas del fenómeno Nicolas Cage, para llegar al fondo del asunto y encontrar una solución.

Somos miles de personas. Millones. Y estamos furiosos. ¿Cómo se atreve Nicolas Cage a acosarnos en nuestros sueños? Lo vamos a cancelar. Hacemos pública la información y de repente todo el mundo tiene pesadillas con Nicolas Cage. Le llueven las demandas basadas en las experiencias de los sueños. Nicolas Cage hace unas declaraciones donde asegura que no nos conoce de nada, que él no ha hecho nada, que somos unos “haters”. ¡Impresentable! El daño que nos hizo es irreparable. No tiene perdón.

El clamor mediático fue tal que Nicolas Cage desapareció, y con él las pesadillas. De eso ya hace un tiempo. Desde entonces no he vuelto a confiar en nadie, y en mis sueños solo aparecen famosos de tres al cuarto que ni siquiera reconozco, haciendo publicidad de marcas que ofrecen productos que dicen que necesito. El otro día un tal Ibai se apareció mientras dormitaba y me desperté con ganas de tomarme un vaso de leche. La intrascendencia de mis sueños convirtió mis noches en calmadas, tranquilas… huecas, aburridas, monótonas…

¿Sabéis qué? Añoro a Nicolas Cage. Lo extraño. Creo que es la mejor persona que nunca conocí. Lo mismo le daba una noche de perdición en las vegas que una orgía de sangre en el infierno, siempre lo daba todo. Jamás te aburrías con él. A veces aún me siento frente a la pantalla a ver sus películas, acurrucado entre las mantas.

La realidad a mi alrededor se desvanece y, aún despierto, sueño con Nicolas Cage.