Dev Patel como siempre lo borda, hace una interpretación magnífica. Pero es curiosa una película en la que su actor principal, el que ocupa todas las carátulas, promciones y cartelería de la película, no aparece hasta el minuto 50 de la misma. Pero el niño que interpreta a Saroo de niño, también hace una interpretación memorable.
Es una película basada en hechos reales, en un libro autobiográfico, pero aun así es un tanto de cliché esa venta de una India infrahumana, mísera, subdesarrollada y una Australia (en este caso, podría haber sido muchos otros paises) civilizada, bondadosa y fantástica. Quizás por eso no me ha llegado a conmover tanto como pretende.
Todo la película tiene muy cuidad la estética. La música acompaña suavemente y la fotografía las tomas son muy cuidadas y estéticas. Nos muestra muchas imágenes de miseria pero cuidando mucho la belleza de la secuencia.
Moraleja: no te quedes dormido en un vagón de tren, por mucho que sea un tren parado.

Pues yo no vi esta película en su momento y ahora se la he puesto a mis niños, y la verdad que es lo que es, una película de final de los 80 para consumo familiar. A mitad camino entre comedia y película de aventuras, no es una película destacable en ninguno de los dos géneros. Tampoco es que sea original o pionera en la temática, puesto que las hay anteriores que abordan el tema de la miniaturización.

La historia interminable es seguramente unas de las mejores novelas de fantasía para niños y mayores. Por lo que como en tantos otros casos la versión cinematográfica dista mucho de lo maravilloso que es el libro.
Para el que conoce el libro la película es una simplificación y trivialización burda de la historia. Para quien no lo conoce es una película de fantasía entrañable.
Esta película está hecha con efectos especiales simplones, no solo visto con ojos actuales (2017) sino también para la época ( basta con comparar los muñecos y las superposiciones de imágenes con otros títulos de la misma época). Pero no obstante tienen el punto cutre-entrañable ochentero.
Se la he puesto a mis hijos y se han entristecido, conmovido y emocionado en los distintos momentos de la película sin que les chirriara el ritmo (tan distinto del cine actual) ni el cartón-piedra.

Ha llegado esta película con mucho bombo, arrasando en las nominaciones de los Oscar, con el halo de "el mejor musical desde hace mucho tiempo". Y la película está bien, es interesante, pero quizás no es tal obra cumbre del género musical.
Empieza con fuerza, pero luego va perdiendo fuelle. Los números musicales, las coreografías, van perdiendo grandilocuencia, en teoría sustituyéndose por una historia más profunda e intimista de los protagonistas. Pero realmente la historia no es tan fuerte, no nos llena tanto, y por ello decae la película.
El mejor número con diferencia es con el que arranca la película. Es un gran número. Siendo además un magnífico plano secuencia. Lo cual es una característica de los primeros números, en los que la cámara se vuelve un protagonista más; participando activamente en las coreografías rodadas con planos secuencia.
Lo que nos quedará en la retina pasado el tiempo es el número inicial y los atardeceres de Los Ángeles.

Que sí, que es del año 1944, y no podemos usar el mismo rasero que hoy (2018), pero tampoco eso es justificación para sobrevalorarla más de la cuenta.
Recordaba haberla visto de chico en el colegio y guardaba un buen recuerdo, pero una vez vuelta a ver es un tanto decepcionante. Y repito no es cuestión de los años que tiene, puesto que hay películas de animación anteriores que son claramente superiores, como es el caso por ejemplo de Dumbo.
Para empezar no es una película en sí realmente, sino que son varios cortos enlazados. De los cuales el mejor es clarísimamente el primero, el del pingüino. Los demás son bastante más flojos y aburridos.
Sí, hacen una combinación de animación e imagen real, y tiene su mérito técnico. Pero se usa simplemente para dar un paseo por bailes regionales latinoamericanos sin historia coherente ninguna. Y que destila un machismo (juzgado con los ojos y mentalidad actuales) sonrojante y que soporta mal el paso del tiempo.
Fantasía es también una película anterior, que es igualmente un compendio de números musicales unidos, pero está a años luz de esta obra tan mediocre que es Los tres caballeros