En el duro instituto las cosas son difíciles. Como bien dice Slater en un momento dado, el instituto es la sociedad, un microcosmos donde los diferentes tipos humanos se ven obligados a permanecer juntos e interactuar entre ellos. Esta situación lleva a inevitables conflictos entre los distintos estratos de esta sociedad en miniatura, organizada de la misma manera que la sociedad real, estando unos pocos elegidos en la cúspide, controlando el poder y el respeto mientras acaparan las miradas del resto de integrantes que se mueven por planos inferiores.
En este mundillo, es necesario que emerjan enérgicas figuras heroicas, chicos pertenecientes a las clases bajas que se aúpan a los altos estratos gracias al uso de sus mejores artes. La atractiva Winona Ryder representa esta situación. A pesar de haber llegado alto, esta descontenta, pues empieza a ver las costuras que entretejen el sistema, y no parece querer seguir formando parte de el. Otro tipo de héroe aparece entonces, interpretado por Christian Slater, que representa la figura antisocial y solitaria que lucha sin escrúpulos contra la destrucción del sistema y sus baluartes.
Cuando se juntan estos dos caracteres, el peligro acecha para el resto, y conseguirán poner en jaque al instituto entero mediante el asesinato de las figuras clave de su ecuación.

La segunda entrega del policía robótico apuesta por un descarnamiento mayor y un relativismo moral algo más acentuado. El agente mecánico de la ley vuelve a las andadas, en un Detroit todavía más destrozado por el crimen y la droga. Una nueva organización quiere hacerse con el control de las calles, encabezada por el bíblico Cain y su mano derecha, un niño.
¿Es Robocop humano o no ? La película explora los aspectos más psicológicos del personaje, pero no llega a sentar sentencia acerca de ellos. Al parecer, nuestro amigo sigue contando con ciertos recuerdos y sensaciones que le retrotraen a su antigua vida de padre de familia, pero no parece realmente afectado por ellos, olvidándose a medida que las cosas se ponen feas de todo ello. La pregunta queda en el aire, y el espectador, confuso, se pregunta si el carnicero metálico posee un alma humana bajo todos sus hierros y circuitos.
En la práctica, da igual, Robocop tiene una misión, y la cumple con creces.

La adolescencia puede ser un duro periodo, caracterizado por la ansiedad y el sentimiento de aislamiento. Cuando no encajas entre tus semejantes, la soledad golpea como un frío mandoble de acero, desgarrándonos por dentro y por fuera, trayéndonos una amargura y abriendo heridas difíciles de sanar.
Cuando afrontas la posibilidad de ser un marginado toda tu vida, acabas entendiendo la necesidad inherente al ser humano de relacionarse, y, de una manera u otra, aprenderás a hacerlo. Cada cual tiene su método, pero lo cierto es que todos acabamos encontrando el camino, nuestro camino, para llegar a ser personas sociables y capaces de relacionarse con normalidad.
Si estas viviendo lo que vive el protagonista de la pelicula, aguanta, pues todo ira mejor con el tiempo, hasta que llegues a superar esos duros años. Entonces mirarás atrás hacia ellos con una sonrisa en la cara.
"I can smile about it now but at the time was terrible"

La joven Sabine, cansada de la inestabilidad propia de las relaciones con hombres casados, decide encontrar algo más estable, y en su rabieta decide apostarlo todo y casarse ella también. Su punto de mira, algo desafinado, lo pone en un serio abogado que le presenta su mejor amiga.
En este mundo, los hombres, condicionados por nuestra naturaleza, somos los que acabamos persiguiendo a las mujeres, mientras ellas asumen un papel más de selección y de dejarse seducir. Por supuesto, los papeles a veces se intercambian, y nuestra protagonista experimentará los sufrimientos que trae la persecución de alguien a quien no le interesas demasiado. Es algo que nos has pasado a todos, pero para nuestra desgracia, acabamos comprendiendo que no podemos forzar los sentimientos de los demás, ni obligarles a que nos quieran por mucho que les queramos nosotros.
Los éxtasis que experimenta nuestra corazón pueden ser muy caprichosos, llevándonos a realizar todo tipo de estupideces por conseguir a quien amamos. En estas situaciones, es recomendable entregarse al sentimiento, pero con la cabeza fría.
No vayas detrás de alguien que nunca ira detrás de ti, no es un juego divertido.

Las desventuras de un grupo de chavales de los suburbios neoyorquinos. Narradas con acidez, nos sumergimos en un día en la vida de estos chavales, aficionados al sexo y al skate, viviendo en un complejo vacio donde la moral y la estética han quedado olvidadas hace mucho tiempo.
La satisfacción continua del placer llega, en cierto modo, ha dejarnos secos, fríos. Entregarse al placer, lejos de saciar nuestras ansias, nos lleva a querer más y más del mismo, metiéndonos en una espiral de desenfreno, donde cada vez necesitaremos una dosis más elevada y extrema para satisfacer nuestros desgarradores anhelos.
Los protagonistas, llenos de furor juvenil, saltan a las calles grises en infructuosa búsqueda de esta anhelada satisfacción, una búsqueda que les llevara a cometer todo tipo de actos siniestros y amorales, donde la ley del más fuerte predomina en una infinita jungla de asfalto abandonada por Dios.