Tras leer el excelente libro, que te atrapa de principio a fin, tuve curiosidad por ver la peli y la verdad es que me ha decepcionado muchísimo. Para empezar, hay un planteamiento puramente espacial que en la película se ha echado a perder de forma increíblemente torpe, ya que la familiaridad e interés de la protagonista hacia ciertos personajes que vislumbra desde el tren en el cual hace su recorrido diario, solo es verosímil si, como en la novela, el tren disminuyese su marcha en un tramo de las vías que estuviera prácticamente pegado al jardín trasero de las casas, tal como ocurre en tantos suburbios londinenses (y de tantas otras ciudades). Pero resulta que el Londres suburbano de la novela, con sus casitas apelotonadas, ha sido sustituido por unos adinerados y campestres suburbios de Nueva York en los cuales la vía del tren discurre tan alejada de las casas (o mansiones más bien), que resultaría prácticamente imposible distinguir -y mucho menos familiarizarse con nadie- desde el tren, a menos que se empleasen unos binoculares.

Por otra parte, la original estructura del libro, con tres puntos de vista correspondientes a tres personajes femeninos distintos, así como constantes referencias y saltos temporales resulta, en la película (a diferencia de en la novela) resulta totalmente confusa y farragosa. Eso sí, podría destacar una buena interpretación por parte de la protagonista, así como un buena fotografía, pero son elementos que no bastan para levantar una película que a mi se me ha hecho tediosa y confusa.

Un consejo: leed la novela, no os arrepentiréis, porque esta decepcionante adaptación cinematográfica no le hace justicia en absoluto.