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La chica del tren

Thriller. Intriga Rachel (Emily Blunt) es una mujer devastada por su reciente divorcio que dedica cada mañana de camino a su trabajo a fantasear sobre la vida de una pareja aparentemente perfecta que vive en una casa por la que su tren pasa cada día. Pero una mañana Rachel es testigo desde la ventana del tren de un impactante suceso y se ve involucrada en el misterio que ella misma revela... Adaptación del best seller homónimo de Paula Hawkins. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 129
Críticas ordenadas por utilidad
22 de octubre de 2016
75 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable adaptación de la novela de Paula Hawkins, que podría verse como un telefilme de sobremesa, pero con buen empaque y con notables intérpretes, hecho que sin duda la distancia de éstos.

Cuando leí la novela, hará como un año, pensé que era muy cinematográfica, tanto por su estructura (los capítulos van alternando las voces de los personajes) como por su argumento. Por supuesto, a nivel interpretativo, ofrecía a la actriz protagonista, y a otra actriz con un papel más secundario, un buen lucimiento.

Emily Blunt es Rachel, una mujer hundida por el abandono de su marido Tom. La chica tiene un grave problema de alcoholismo y no levanta cabeza. En sus viajes diarios en tren a Manhattan (a Londres, en la novela) ve por la ventanilla una estampa idílica de una pareja, en una bonita casa del extrarradio. La pobre Rachel idealiza esa pareja, como la imagen del amor verdadero que todos/as buscamos, pero, claro, no todo es tan idílico.

La película, como la novela, pone el énfasis inicialmente en el muestrario de los personajes femeninos, tres mujeres (Rachel, Meghan y Anna), aparentemente muy diferentes entre ellas, pero con muchos puntos de encuentro y desencuentro. Tras ese inicio, donde se alternan, retazos de sus vidas, vamos descubriendo qué van escondiendo estos personajes, cargados de inseguridades, miedos, locuras, secretos, problemas no resueltos... Y con ellas, irrumpen los hombres de su entorno más inmediato, también tres, mostrando su cara real.

La cámara, sin duda elegante, se mueve con sutileza, mostrando los rostros en primer plano (la cara demacrada de Rachel (aunque leyendo la novela me la imaginaba mucho peor), el rostro dulce y exótico de Meghan (con un parecido brutal con Jennifer Lawrence, por cierto), el semblante natural y calmado de Anna (el personaje más soso del terceto). Las localizaciones hacen el resto, como la fotografía: suman realidad, a la par que resultan tan idílicos como intrigantes, a medida que avanza la neblina que se lo va tragando todo.

El recurso del tren también está usado con inteligencia, más que nada porque no se abusa de él, una vez sabemos que es el medio de transporte de la protagonista. Sucede lo mismo con su problema de alcoholismo, elemento que mueve la trama, pero en ningún momento se cae en la reiteración (como sí sucede al inicio de la novela).

El director Tate Taylor es hábil moviendo la cámara y hace un uso inteligente de los flashback, introduciendo escenas del pasado, que entran en pantalla de un modo natural, casi sin darte cuenta, con una sutileza extraña, como si no quisieran entorpecer y resultan esclarecedores en la mayoría de los casos.

La guionista, Erin Cressida Wilson, hace un buen trabajo, sirviendo en bandeja un material no demasiado original pero inequívocamente efectivo que remueve consciencias y provoca que el espectador, en un momento u otro, pueda sentirse involucrado. La intriga está bien llevada, siguiendo la estela de la novela. Y viene servida por un hecho (que no voy a explicar) que involucra a los seis personajes, especialmente a Rachel, que se verá obligada a hacer un gran esfuerzo para lograr esclarecer qué ha pasado en realidad.

Emily Blunt está genial como Rachel. Su interpretación está cargada de matices para que resulte creíble en un rol extremadamente visto, que podía llevarla a la sobreactuación. El esfuerzo de la actriz es grande y logra transmitir el desasosiego de un personaje llevado al límite, sin caer en el recurso fácil.

Del resto de actores me quedo con Haley Bennet, la actriz que interpreta a Meghan, que físicamente parece un clon de la Lawrence, cuya interpretación me ha parecido también fantástica, muy sutil, etérea y lánguida. Sin duda, ha captado y ha transmitido muy bien la esencia de un personaje singular.

El resto de actores cumplen eficazmente con su cometido.

En definitiva, es una fiel adaptación de la novela, así que seguramente gustara aquéllos/aquéllas que se sintieron atrapados por ella. A mí me pareció un buen best-seller que conjugaba bien los elementos de intriga y, quitando la parte reiterativa del principio (que se salva bien en la película), logró conquistarme hasta un final que llega como un puñetazo en el estómago (aunque algunos dirán que es previsible, a mí no me lo pareció). No quiero olvidarme del tratamiento de la violencia, bastante cruda, por cierto. Pero, sin duda, necesaria para acabar de redondear un producto de consumo, dirigido a un público femenino, aunque también masculino, que resulta inquietante e incómodo, aunque sin olvidarse de que es un blockbuster.
Sémele
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25 de octubre de 2016
118 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Rutinaria, soporífera, torpe y muy tonta. Una película que cree jugar con el espectador cuando realmente le está aburriendo.
-Mas allá de que la intriga sea previsible, el problema es que a nadie le importa lo que ocurre. Ni siquiera el competente reparto femenino puede hacer que aparte la mirada del reloj.

Mi segunda apuesta en el primer día de la “Fiesta del cine” es un estreno, “La chica del tren”. Las películas del director Tate Taylor siempre suben de nivel gracias a sus intérpretes. “Criadas y señoras” y “I Feel Good” son ejemplos de lo que digo. Su último trabajo es un cambio de registro en toda regla. Un thriller frío basado en el best-seller de Paula Hawkins. La encargada de escribir un guión notoriamente feminista es Erin Cressida Wilson. En cuanto al reparto, lo encabeza un estupendo trío de actrices: Emily Blunt, Rebecca Ferguson y Haley Bennett. Y detrás encontramos otros nombres conocidos como: Luke Evans, Edgar Ramirez, Justin Theroux, Allison Janney y Lisa Kudrow. Ahora veamos todo lo malo que tiene que ofrecer esta propuesta.
Ya desde un primer tramo terriblemente mal enfocado y ejecutado, recibo la película con bostezos a pesar de la energía con la que entro a la sala. Me permito pensar que tras el inicio de la intriga la cosa cambiará, puesto que la presentación de unos personajes planos, grises e insípidos; no me interesa ni un poco. Da la casualidad de que me equivoco, la película no mejora cuando entra en juego la intriga, sino que se vuelve incoherente y juega con una narración incesantemente tediosa. Taylor y Wilson enredan los elementos narrativos en un intento de mantener al espectador en constante tensión, intentando unir los cabos. Pero lo único que consiguen es hacer su película confusa y enmarañada. Además el filme es reiterativo hasta la nausea, contando una y otra vez lo que ya sabemos desde el principio. Y lo que cree que no sabemos hasta que nos lo permita, también lo sabemos, pues no tarda mucho en mostrar sus cartas. Uno de los motivos es que el director maneja los elementos de su intriga sin ningún tipo de habilidad ni sentido del ritmo. A eso hay que sumarle su manifiesta y recalcitrante naturaleza de película “feminista”, que no deja duda alguna respecto a la resolución de la trama. Con ésto claro, la película se desvía hacia el culebrón, dejando el thriller casi moribundo. Lo más gracioso de todo es que los responsables en ningún momento trabajan para un espectador inteligente, y en su pretenciosa arrogancia deciden incluso utilizar trucos de baratillo que irritan más que hacer gracia. Llegados a este punto, entre un guión bastante espantoso y una dirección entre el encargo y el témpano desidioso (excepción, su decente jugueteo con el vouyerismo), el espectador intenta refugiarse en la labor de las actrices, que sin salir de la mera competencia, resulta un refugio aceptable dentro del desastre. Por desgracia, la mera competencia de Blunt, Ferguson y Bennett acaba enterrada bajo la insoportable vacuidad de sus personajes. Al final llega el poco sorprendente giro de guión y un desenlace que da bastante vergüenza ajena, y el fallo no está en que lo pudieras descubrir al principio, o a la mitad. El fallo está en que durante 90 minutos no te ha importado nada de lo que ha ocurrido, y en los últimos 20 tampoco te va a importar.
Película abúlica, lúgubre, taciturna, inane, incompetente, insoportable, insultante, espantosa de principio a fin. Una telenovela de domingo por la tarde que se pierde entre flashbacks y puntos de vista al ser incapaz de desarrollar personajes, estructurar una narración, ocultar sus costuras o contar algo que no sea irremediablemente estúpido de una forma que no sea patética. Es tan mala que casi le cojo manía a Emily Blunt, casi.
ALESNAKE
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25 de octubre de 2016
40 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
La capacidad para mentirnos a nosotros mismos resulta ser la cualidad más interesante y, a la vez, la más siniestra que tenemos.
Porque cualquier día podemos soñar con la bella posibilidad de ser queridos, solo para despertar a la soledad de una relación infeliz. Pero, de la misma manera, podemos manipular esa infelicidad para que nunca deje de crecer en nuestro interior.

'La Chica del Tren' supone un vistazo suburbano, cotidiano, a esa singular cualidad, de la mano de tres mujeres muy diferenciadas, con vidas totalmente opuestas.
Pero todas ellas tienen algo en común: en diferentes grados, cada una sigue intentado borrar una pequeña manchita del cuadro perfecto que supone la vida de cada una. Ese pequeño borrón, minúsculo, que no empaña todo, pero al que no puedes dejar de fijar la mirada.
Rachel, insatisfecha con su monotonía, se fija desde el tren todas las mañanas en la casa de Megan, en la vida de ella junto a su novio Scott, envidiando la relación perfecta que adivinamos que ella no tiene. Megan, pese a la aparente sana relación con su novio, se siente aterrada por la perspectiva de una vida de ama de casa, la que le fuerza su entorno, una por la que no está dispuesta a dejarse enterrar. Y Anna, que tiene a Megan como canguro, sigue teniendo pesadillas recurrentes en las que la ex de su marido vuelve para reclamar la vida que ella la ha quitado.

Entre las tres existe un nexo, una conexión, fundamentada en la vida que tienen, y en la vida que desean.
El miedo es elemento común en esa conexión, pero también lo es el deseo, la clase de emoción que puede arrinconarte en una esquina hasta que ya no puedas soportarlo. Y, como todos los que se sienten acorralados, cuando llegue el momento estas tres mujeres cambiarán el miedo por el odio.
Odio dirigido a sus objetos de deseo, fantasmas de vidas que se les escaparon. Deseo espoleado por el odio, que busca conquistar la vida perfecta que les prometieron, la que ven día tras día pasar en esa casa al lado de las vías a la que nunca van a poder entrar.

'La Chica del Tren' es, en el fondo, un suspense tramposo que juega a ocultar información para ayudar al impacto de sus giros pretendidamente inesperados.
Pero a su favor tiene que es completamente honesto con la propia estructura que propone: nos pinta a tres mujeres llevando la vida que desean, con pequeños detalles que las empañan, pero al aproximar el microscopio desmonta esas ficciones iniciales. Y al aproximarlo más, más y más, descubrimos la triste verdad tras las fantasías que cualquier persona se construye para ir tirando.
Fantasías de que la vida deseada existe para otros, no para ti. Certezas de que la pareja de otros es extraordinaria, no la propia. Y deseos de que algún día podamos tener lo que queremos si cambiamos la vida que llevamos.

Las vidas perfectas no existen, ese es el sorprendente testimonio de esta efectiva chuchería de misterio.
Y las que lo parecen solo esperan de un pequeño empujón para desmoronarse, para que toda la amargura y el rencor que encierran (o crean) pueda liberarse.
Mientras tanto, no es malo soñar que allá al lado de las vías se encuentra todo lo que deseamos, y lo que algún día es posible que consigamos. Mejor dejar que siga siendo así antes que ir a comprobarlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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10 de enero de 2017
38 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Dos veces al dia me siento en el tren, en el tercer vagón donde puedo ver perfectamente mi casa favorita, el numero 15 de Becket Road"
Bueno la peli a mi por un lado la idea me gusta, la idea es buena pero al guion le sobran muchas cosas, lo que empieza siendo como un thriller interesantisimo se termina convirtiendo en un telefilme de sábado por la tarde en Antena 3. La novela no la he leído pero seguramente sera mucho mejor que esta película. He de confesar que me he decidido a verla porque me encantan los thrillers y por todo el bombo que se le ha dado, en plan publicidad. Pero cuando la he visto me he quedado con una sensación extraña, por un lado como digo no esta mal pero no para todp el marketing que se le ha dado, vuelvo a decir que es simplemente una película de serie B que para mi hubiera pasado directamente a la televisión sin ningún problema.
Dorian
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27 de octubre de 2016
47 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las señales de alarma se activan cuando leo el adjetivo "postfeminista" para "La chica del tren", adaptación del best seller homónimo de Paula Hawkins que dudo mucho que lea alguna vez. Luego la sensación empeora cuando en lo diez primeros minutos lo que vemos es un desfile de mujeres tristonas, rayándonos con sus problemas. Afortunadamente no se trata de un drama sino una de intriga, así que el mal trago del principio acaba siendo digerible. Pero hablando de trago, menudo papelón de Emily Blunt como la alcohólica Rachel: consigue presentarse como un despojo humano pero sin caer en la vulgaridad, de hecho la fragilidad que transmite le confiere un raro encanto. En el fondo, y aunque la caracterizan para que tenga mal aspecto, la mayor parte del tiempo está guapa.

El caso es que como digo la trama nos acabará conduciendo de improviso a un asesinato, que es un cuando la película empieza a ponerse las pilas. Aquí llega la mejor parte porque el espectador puede comenzar a elucubrar con distintas alternativas, todas posibles. Lo malo es que todo termina del modo más obvio posible, con algunos recursos sacados de la manga un poco tramposos, me refiero a las lagunas de memoria de Rachel. De igual modo también falla en esa investigación policial completamente inexistente pues de lo contrario el caso se resolvería con rapidez (SPOILER). Por si fuera poco, "La chica del tren" acaba desbarrando en un alegato feminista un poco cutre, sugiriendo la idea de que el varón, por el mero hecho de su impulso sexual, es un peligro para las mujeres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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