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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Ciencia ficción. Romance. Drama En un futuro cercano, Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que trabaja en una empresa como escritor de cartas para terceras personas, compra un día un nuevo sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su sorpresa, se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese sistema operativo. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hubiera que señalar a una película como gran representante de las historias de amor de nuestro tiempo, ésta sería sin lugar a dudas Her. Hay en ella, al margen de su enfoque retrofuturista, verdaderas claves sobre lo que son hoy las relaciones humanas y sobre lo que pueden llegar a ser. También es una obra coherente y a la vez un paso adelante en la maravillosa carrera de Spike Jonze, que combina el extrañamiento particular de Cómo ser John Malkovich, el romanticismo trágico de Adaptation (El ladrón de orquídeas), y la melancolía naif de Donde viven los monstruos.

Pero más allá de las auto referencias y del sello autoral, Her es una emotiva, sincera y honesta historia de amor, una virtuosa propuesta en la que todo (diseño de producción, guión, banda sonora, interpretaciones) esta servido por y para la historia, y siendo ésta de lo más sencilla, es capaz de elevarse como obra maestra del séptimo arte, como testimonio único del amor entre dos seres, sean éstos como sean. Su planteamiento dramático, siguiendo los esquemas convencionales del género, funciona por la hondura y la profundidad de unos sentimientos puros, de verdadero corazón. Y eso es mérito de la delicada sensibilidad de Jonze, capaz de crear seres (humanos o no) conmovedores en cada recoveco interior.

Y quienes les dan vida, son actores excepcionales. Pienso que Amy Adams y Rooney Mara son de las mejores intérpretes con las que cuenta Hollywood, y aunque sus personajes tengan en Her menos peso que los de la pareja protagonista, les bastan unas pocas secuencias para construir a dos personajes completos y complejos. Es un mérito excepcional, el de una estrella mediática como es Scarlett Johansson, el aceptar una propuesta tan poco complaciente como lo es su personaje en Her. Pero la intérprete consigue estar más presente que ausente, crear un personaje de calado verdadero, que consigue un poder hipnótico sólo con una voz llena de matices e intenciones, capaz de transmitir cada contradicción amorosa y de hacerla creíble, humana, viva.

He leído a críticos y oído comentarios sobre el histrionismo actoral de Joaquin Phoenix desde el punto de inflexión de su carrera (I’m Still Here). Y estando excepcional antes y después de eso (Todo por un Sueño, Gladiator, The Village, En la cuerda floja, Two Lovers, The Master), lo que ha hecho como actor es digno de un genio. No hay rastro de cualquier vicio o tic reconocible en su conmovedor enamorado de Her. Es un actor que desaparece y crea, desde el más intrascendente detalle de una persona hasta su esencia misma. Y el héroe romántico que es Theodore en Her es capaz de arrancar las lágrimas de cualquier espectador por la ternura, compasión y viveza con la que se enamora, perdida e irremisiblemente, en esta historia.

Al final, da igual que estemos hablando de la era victoriana o de las redes sociales cibernéticas. El amor, como sentimiento universal, es capaz de hundir y elevar a cualquiera. Her demuestra que incluso en el aséptico y solitario mundo que se nos echa encima, esa llama seguirá viva. Y lo hace desde una propuesta original, insólita en lo cinematográfico y excepcional en lo humano.
jaly
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