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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Intriga. Drama. Thriller La vida de David Gale (Spacey), profesor universitario y activista contra la pena de muerte, da un vuelco inesperado cuando es acusado y condenado por la violación y muerte de su colega, la activista Constance Harraway (Linney). A sólo tres días de su ejecución, Gale acepta conceder una entrevista exclusiva a una joven y ambiciosa reportera (Winslet). (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2009
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alan Parker es un cineasta que politiza todas sus obras pero cuya máxima aspiración no parece ser la crítica social o política, sino el entretenimiento de consumo masivo. Hay a quien esto le hará sacar humo por las orejas, pero personalmente todas sus obras me parecen entretenidas y mucho más decentes que las de otros cineastas “de calidad”, que parecen películas rodadas con la única ambición de discutirse en forums de intelectualoides.

Porque el cine ante todo es el arte de entretener, y eso no se le puede reprochar a Parker. Y si además de entretener, consigue tocar realidades del mundo de hoy, pues mejor que mejor. Realidades como esta, la Pena de Muerte, que en Europa nos parece lejana, como de civilizaciones a años luz en la historia, pero que está tan cerca como un vuelo de avión y un trayecto por carretera de menos de 24 horas. Pues la ley de los hombres se quiere equiparar a la de Dios dando vidas, y quitándolas.

Parker retrata muy inteligentemente esa América de la Pena de Muerte con feísmo y claroscuros: Nueva York, o los planos antes de toda la sucesión de acontecimientos que llevan a nuestro protagonista al corredor de la muerte, están filmados con bella luz del día, árboles, parques, limpieza; los planos que cuentan la caída libre de David Gale, y la intrusión de Bitsey, la periodista, en ese mundo cerrado de mentalidades retrógradas y violencia a la vista e interior, están filmados con días lluviosos, barrizales, pobres viviendas.

La Vida de David Gale cuenta una historia de honor y de fanatismo, de defensa por la propia vida y de sacrificios sobrehumanos por el bien común. Y pese a todos los grandes temas que trata no consigue convertirse en una obra magna tal vez porque los trata de manera un tanto superficial, quizá por miedo a no quedar trascendente. Pero una película con semejante temática necesita grandes intérpretes para que sea creíble, y aquí reside el gran logro de la cinta, en las interpretaciones de Spacey (contenido y arriesgado), Linney (maravillosa y sensible) y Winslet (carismática y entregada). Sin ellos tres la película habría bajado varios puntos, pero sus comprometidas actuaciones son tan geniales como suelen serlo en todas sus carreras.
jaly
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