La vida de David Gale

La parte de la película que nos cuenta un drama que va pasando a thriller tiene errores más propios de un telefilm. Aunque hay varias cosillas, hay que destacar el hecho más indignante cuando hablamos de una película de tal caché: el tema del coche. Y es que menuda casualidad que David Gale sea ejecutado por una avería de coche. Avería que, además, te van diciendo a lo largo de la película que va a suceder... y tú piensas "no serán tan capullos en la peli como para estropear el coche en el momento decisivo como si fuera una película de serie B". Pues sí, lo hacen. De hecho, es la primera escena de la película, por lo que la película, y no sólo por el tema del coche, se hace previsible.

En cuanto a la parte de denuncia que quiere hacer la película, una vez más se vuelve a emplear el tópico del género de que "la pena de muerte no es buena porque el sistema puede fallar y pueden ser ejecutadas personas inocentes". El debate que plantean no es el de la pena de muerte como una manera legal de asesinar pobres por parte de ricos, sino el de que a veces pueden condenarse a personas inocentes y una vez muerta no hay nada que hacer... un debate estéril. Es más, esto se refleja perfectamente en el debate que mantiene Gale con el gobernador, en el momento en el que último le dice al primero que le diga el nombre de un solo ejecutado en su mandato que no fuera culpable... y David Gale se calla como diciendo "vale, es cierto, el sistema puede fallar pero no falla". Esto ya posiciona bastante a la película.

Hay que mencionar que la película cae en una contradicción bastante grave. Y es que para demostrar que el sistema puede fallar y puede condenar a personas inocentes, los protagonistas crean una trama de suicidio complejísima. Para mí, esto es claudicar ante los principios que pretende defender el propio film: “El sistema puede fallar en cuanto a condenar a muerte a personas inocentes, pero de momento esto no ha pasado, así que deliberadamente vamos a hacer que falle el sistema y condene a una persona inocente". Esta contradicción es, a su vez, coherente con lo que decía antes que pasó en el debate televisado entre David Gale y el gobernador.

En el lado opuesto está “Pena de Muerte”, de Tim Robbins, ejemplo de hacer una película del género planteando el debate de manera directa y abierta.

Final previsible y post-final que se ajusta a esa sensación de que Gale no era del todo inocente y que, amén de la lista de descuidos, convierte la película en algo simplemente inverosímil dentro de un típico, pero torpe en este caso, ahora todo encaja. Un triunfador inteligente como David Gale jamás haría lo que nos muestran. Le sobran recursos para sobreponerse a la adversidad y no es tan estúpido como para no darse cuenta de que engañando al sistema de forma puntual lo máximo que va a conseguir es que unos pocos puedan cambiar de postura. Un precio a pagar demasiado alto para algo que requiere tiempo y paciencia y no artificiosos trucos de magia. Está muy bien cuando descubrimos que David hizo lo que hizo porque era su decisión y libre para hacerlo (la llave de mi libertad), pero el problema es que eso que hizo ni tiene sentido, ni sirve para casi nada y además es excesivamente rebuscado para ajustarse a un burdo me suicidio porque me has abandonado y ahí te queda eso.


Descuidos:
- Autoservicio de televisores en moteles.
- Si hubiera sido un coche propio o de empresa se entendería lo del chivato, pero un coche de alquiler... por favor, que te lo cambian sólo con pasar por la oficina más próxima y más cuando ya has tenido un calentón del motor y al meritorio le sobra tiempo para hacerlo.
- En la época de los taxis, los teléfonos móviles, el pide ayuda en la casa más próxima, ...; la chica se empeña en correr el maratón.

*Planteo esta disyuntiva debido a que se puede intuir que finalmente acabará siendo ejecutado porque te lo está anticipando el propio director. Cuando la periodista y el compañero están haciendo cábalas ella concluye que se trata de un suicidio y que la cinta al completo no saldrá a la luz hasta que no haya sido ejecutado el acusado por aquello del mayor impacto en la sociedad derivado de un crimen del que se ha descubierto que fue injusto. Hombre, pues eso es lo que busca el director, pero en los espectadores. Él hace del misterioso "capataz del rancho" para con nostros. Por eso sabes que Spacey se irá al otro mundo. Si no, no te impactará la película.

** Es otra pregunta que me hago cuando en el debate televisivo Spacey no sabe qué responder cuando el politicastro de turno le exige que diga el nombre de un sólo ejecutado del que se demostrara posteriormente que hubiese sido inocente. No lo entiendo. Si se sabe que ha habido casos de ese tipo en la vida real, ¿por qué no nombra unos cuantos?, aunque formen parte de la ficción.

*** Y me refiero a lo que comentaba un compañero por ahí. ¿Es necesario inventarse todo un complejo complot suicida para demostrar las lagunas y debilidades de un sistema penal?. Volvemos a lo que comentaba en el segundo punto del spoiler: si sabemos que han ocurrido casos en la vida real, será una forma más sincera y honrada el contar una historia de verdadera injusticia. Pero, claro, sería un drama demasiado al uso, demasiado convencional que podría aburrir, otro de tantos filmes de denuncia que acaban en el olvido a los pocos días de su estreno. Eso no es serio, la pena de muerte sí lo es.

**** Como cuando está viendo la cinta en el rancho del enigmático "capataz" y aparece una mano en el encuadre que toca el hombro de la protagonista. Venga, hombre, que si corro desesperadamente en busca de mi compañera hacia una zona desconocida y supuestamente peligrosa, no me espero a estar a medio metro de ella (no sea que aparezca mi cuerpo en el encuadre y le quite la gracia) y esperar a que se asuste para contarle a continuación que el amigo no se ha presentado. Esas chorradas, de las que ya estamos bastante hartos, te sacan de la historia, le resta veracidad, realismo, son una chapuza.