Lars se pierde un poco en esta segunda mitad del todo, no tiene la misma intensidad de la primera parte.
En sus aspectos estéticos pierde y deja muchos temas profundos que cuestiona en la primera sin resolver de forma acertada, y se le agregan unos elementos que no tienen que ver con el tema principal (las mafias).
Aunque el final de la película lo compensa. Escasos minutos convierten a este filme en una obra de arte y en una excelente lección. Porque ese final es del que deberían aprender muchos incautos. Debes tener cuidado con lo que oyes, con lo que "interpretas" sobre lo que oyes. Porque si después de escuchar contar un cuento, llegas a conclusiones erróneas, te puede pasar como le acabó pasando al señor Seligman. Cuidado con los cuentos, con sus moralejas y... con los cuentacuentos.