¿Mutará el amor, sus formatos y el objeto de nuestros aprecios en un futuro inmediato? Estas son algunas de las preguntas que se hace Spike Jonze en esta valiente y arriesgada historia que es ya real, sobre todo en los paises más avanzados tecnológicamente, Japón a la cabeza, como para considerarla una peli de ciencia-ficción. El desesperanzado futuro para las relaciones entre iguales ya está ahí y nos hace replantearnos si es realmente un avance para los humanos la utilización exclusiva y excesiva de máquinas que nos deshumanizan.

Theodore es un hombre solitario, nada anormal dentro de un sistema que no solo favorece el individualismo si no que lo ve como algo apetecible y digno de ser incentivado. Es un hombre triste, pero ¿quién dice que la alegría es un valor en alza?, ¿acaso cotiza en bolsa?. Este hombre, que es un zombie navegando por la red, se enamora de Samantha, la voz de su nuevo sistema operativo, ¿hay algo extraño en esta actitud?, ¿acaso no se enamoraban los pastores, aislados en el monte, de las cabras más cariñosas?. ¡C'est la vie! ¡Bienvenidos a la era de los cyborg con bigote!

Es reseñable que, tal vez por primera vez, una voz es la actriz principal, por eso es más que conveniente verla en versión original y constatar que la voz de la Scarlett es tan carnosa e irresistible como su propio palmito.