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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil, y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Con ayuda de su mujer, decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional. El miedo a las posibles represalias, así como el amor que sienten el uno por el otro, les condenará a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.
21 de marzo de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La tragedia que supuso el golpe de estado franquista contra el legítimo gobierno de la Segunda República, que derivó en una guerra entre vecinos, cuando no entre hermanos, queda reflejado en este oscuro paréntesis de la vida que abarca treinta años de una pareja recién casada en un pueblecito andaluz.

El trío vasco, del que dependen títulos tan sólidos como Handia o Loreak, ha vuelto a redondear un trabajo minucioso con algunos precedentes, de gran valor, sobre el tema de los "topos": 30 años de oscuridad (Manuel H. Martín), el libro Los Topos (Jesús Torbado y Manu Leguineche), e incluso, Los girasoles ciegos (novela de Alberto Méndez y película de José Luis Cuerda).

Higinio y Rosa personalizan a los perdedores y pagan con media existencia, de profundo miedo y oscurantismo, el hecho de estar en el bando equivocado, a ojo de los vencedores. Todas las presunciones delictivas anteriores al conflicto, que suponían el fusilamiento en la mayor parte de las ocasiones, no se disolvieron en un decreto hasta el año 1969. El enterrado de nuestra crónica es el varón y la verdadera protagonista de la subsistencia su mujer, una auténtica heroína que tendrá que bregar, casi en soledad, contra viento y marea (merecido Goya a los esfuerzos interpretativos de Belén Cuesta).

El hincapié de los realizadores en el susurro y la cámara enclaustrada buscando resquicios de luz, a través de las rendijas, pretenden que nos situemos tras la mirada del protagonista, junto al pánico a ser descubierto, cerca de la llamita temblorosa de los anhelos de libertad. ¡Y vaya si lo consiguen!

El azar ha querido que yo escriba estos apuntes en plena crisis del coronavirus, que obviando paralelismos por no compartir materia, nos supone un encierro también obligado hasta cierto punto, y que padecemos como algo de dimensiones apocalípticas. En lo que ahora nos toca, se supone que todos estamos en el mismo bando y eso nos fortalece; imaginaos por un momento que tenemos enemigos olisqueando nuestra puerta, que el bichito resulta ser más resistente de lo que creíamos y que tenemos por delante tres décadas como poco en la situación actual. Eso es la trinchera infinita.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinhué
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