Robert Altman era más grande que algunas de sus películas. Esta simpática comedia surcada por una triste y dulce pincelada puede ser un caso más de esas historias que le quedaban pequeñas.
No carece "Cookie's Fortune" de buenas interpretaciones, ni de acertada ambientación, ni de cierto suspense..... pero la excesiva humanidad, comprensión y bondad de la mayoría de los vecinos del pueblo hace que la historia pierda empaque y se convierta en un simple divertimento, en el que la decidida previsibilidad desinfla un poco el resultado final.

La filosofía subyacente en el cuento nos habla de que la verdad siempre flota y todo, más temprano que tarde, se mostrará para bochorno de hipócritas y ventajistas; aunque el camino de la razón sea transitado por policías chapuceros, carceleros cariñosos, angelitos alcohólicos y amigos de reputación dudosa. Desafortunadamente esta resolución natural de los conflictos sólo se da en las películas, aunque no seré yo quien dude de aquella aseveración que habla de "....las excepciones que confirman la regla".