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Voto de Sinhué:
8
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Drama
Colin Smith es un joven de clase obrera que vive en los alrededores de Nottingham. Un día comete un robo en una panadería y es enviado a un reformatorio. Una vez allí empieza a correr, y gracias a sus cualidades como corredor de fondo va ganando puestos en la institución penitenciaria. Durante sus entrenamientos reflexiona sobre su vida anterior y empieza a comprender que se encuentra en una situación privilegiada. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que el corredor de maratón, cerca del kilómetro treinta, sufre un derrumbe emocional que en muchas ocasiones le lleva a la retirada. Algunos describen este momento como de una aniquiladora soledad en la que ningún esfuerzo o superación tienen sentido.
En la posguerra inglesa de Alan Sillitoe, autor de una serie de relatos con el título del que encabeza la novela: The Loneliness of the Long Distance Runner, los corredores de fondo son los obreros, quienes a una altura de su vida (unos antes y otros después) se plantean cuestiones existencialistas, que a veces pasan por tirar la toalla o tomar gallardas decisiones.
Tony Richardson tomó prestada la historia de Colin Smith, un joven rebelde en un mundo sobrado de disciplinas y hambriento de caricias, para componer una obra de referencia del cine británico. Desoladora, sí, pero con aires de esperanza, aunque surjan de los aullidos salvajes de dignidad que lanza el lobo estepario más resistente del correccional. Aunque su grito más penetrante es mudo y coincide con uno de los finales más efectivos y pundonorosos de la historia del cine.
En la posguerra inglesa de Alan Sillitoe, autor de una serie de relatos con el título del que encabeza la novela: The Loneliness of the Long Distance Runner, los corredores de fondo son los obreros, quienes a una altura de su vida (unos antes y otros después) se plantean cuestiones existencialistas, que a veces pasan por tirar la toalla o tomar gallardas decisiones.
Tony Richardson tomó prestada la historia de Colin Smith, un joven rebelde en un mundo sobrado de disciplinas y hambriento de caricias, para componer una obra de referencia del cine británico. Desoladora, sí, pero con aires de esperanza, aunque surjan de los aullidos salvajes de dignidad que lanza el lobo estepario más resistente del correccional. Aunque su grito más penetrante es mudo y coincide con uno de los finales más efectivos y pundonorosos de la historia del cine.