Final Fantasy siempre ha sido uno de esos videojuegos que te ponen la piel de gallina la primera vez que lo tienes en tus manos y te dispones a colocarlo para jugar.
El problema de FF en su adaptación al cine es que se ha perdido el gran carisma, el color y el drama de sus historias para adaptarse a lo que viene a ser una película convencional de acción.
Cloud, Tidus, Squall o Tifa son personajes que ya figuran como auténticas leyendas de la historia de los videojuegos, y en vez de crear algo parecido, se ha incluido un elenco de personajes que apestan a cliché de peli de terror o de acción. Así; no falta el graciosillo, el guaperas, el abuelete sabiondo o la teniente marimacho. Con este grupo y una trama que no termina de cuajar, es difícil mantener el interés por el film. Aunque al menos haber sido creado cien por cien virtual hace todo más interesante. Y es que hay veces que se confunde con la realidad de forma preocupante. Eso si, siguen sin estar a la altura de la interpretación humana.
En fin, película aburrida y con mucho topicazo que se ha venido de vacaciones a la gran pantalla olvidando el carisma de sus personajes, las tramas más complejas, las fantásticas bandas sonoras del juego y el colorismo y fantasía que hace gala la saga. Por lo tanto, ni ha gustado al fan del juego ni a los que no están en el mundillo gamer.

Como curiosidad, las perdidas generadas por la baja taquilla y el disparado coste de su creación, hicieron casi cerrar a Squaresoft, que en ese momento era de las empresas de videojuegos más importantes y beneficiosas de todo el mundo.