De inicio, cabe destacar positivamente que a pesar de ver esta película después de cenar, no me dormí. El inicio es muy intenso y luego va perdiendo algo de fuelle, sin dejar de ofrecer imágenes para el recuerdo cada 15 o 20 minutos.

Va de una familia americana que acaba de perder a un miembro senior. Tienen bastantes antecedentes de trastornos mentales (de ahí el título de la película), quizás por ello pasan las etapas Kübler-Ross de un modo extraño, al menos visto desde fuera. Pero bien, ¿quién somos nosotros para juzgar? cada cual en su casa que haga lo que quiera. En principio es de terror, pero aunque da un poco de miedo a veces, la emoción más fuerte es la tristeza que envuelve la primera mitad de película. Por eso el que vaya a ver terror-terror puede acabar algo desorientado.

Destacan las actuaciones. Ya sabíamos que Toni Collette es un martillo interpretativo, especialmente si hace de madre. Sin embargo, la actriz que hace de hija, Milly Shapiro, es un espranzador descubrimiento. Esperamos que su aspecto singular no le condene al encasillamiento y pueda disfrutar de una amplia y variada carrera.

Una cosa curiosa es que volviendo a casa tras ver la película, ya pasada la medianoche, me he cruzado con mucha gente extraña, no amenazadora pero rara, como si algo estuviera intrínsecamente mal en ellos, sin poder determinar el qué. Quizás sea casualidad o es que esta película tiene la capacidad de volver loco. Ya os iré diciendo.

Gustará a: Gregor Mendel, verdugos, Salvador Dalí
No gustará a: cuellos en general, pájaros, alérgicos