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Albania Albania · Valencia
Voto de qtefollen:
5
Comedia En 1989, cuando el muro de Berlín está a punto de caer, parece que el mundo se convertirá, al fin, en un lugar seguro. Sin embargo, en la base militar americana de Stuttgart (Alemania Occidental), a Ray Elwood, secretario del 317 Batallón de Intendencia, se le empiezan a complicar las cosas. Ray, un granuja encantador condenado por un juez a cumplir el servicio militar obligatorio, se las arregla para vivir cómodamente del mercado ... [+]
19 de agosto de 2008
6 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me hace gracia a mí toda esa ingente gente que consideran a Ed Harris como un gran actor. Y cuando se trata de ciertas mujeres las que lo afirman manifiestamente, entonces esa risa se torna preocupación notable. Ed Harris NO es un buen actor. Ni tan si quiera creo que se le deba considerar actor. Al menos no mediante las concepciones que de esa profesión tenemos hoy día de forma generalizada. Porque Ed Harris no es más que un sencillo registro. Y el problema que deviene en dicha confusión es que la práctica totalidad del género humano jamás capta las esencias reales de una personalidad a través de una simple peli. No somos capaces de ver los ojos que tenemos delante, de ver la mueca real de unos labios en el contexto verdadero que se están desarrollando. Generalmente, todos quedamos engañados creyendo que lo que se traduce de esa mirada y ese rostro es lo que en apariencia parece ser. Yo tampoco, he de reconocerlo. Si yo sé que Ed Harris apesta como actor no es por las actuaciones de sus pelis vistas con independencia unas de otras. Y ni siquiera vistas separadas de toda su trayectoria fotográfica general. De hecho, lo que a cada peli le hace falta de las que hace, el hombre parece bordarlo plenamente. Pero qué es lo que borda siempre? La severidad. Casi la solemnidad. El saber plantarse. Incluso ante la muerte vírica y accidental. Fingir que por sus labios salen palabras firmes. Palabras con peso. Determinadas y resonantes. Y yo sencillamente digo, que el actor que jamás desarrolla cierta vis cómica en sus personajes, es sólo un actor repugnante. Como actor. No como pieza predefinida y necesaria para completar cierto puzzle. Es por ello que este hombre jamás fue ni se convertirá nunca en un actor fetiche. Porque es justo la clase de hombre con el que los directores no pueden contar de antemano sin el proyecto definido ya desde su estudio. Porque no imprime personalidad a sus papeles, sólo pone su pose. Lograda pose, pero sencilla pose también.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
qtefollen
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