Viene un señor a mi casa. Que combina los conciertos para clarinete de mozzart con las pelis de Van Damme. Y le digo tienes que ver esta serie. El trabajo apesta. Claramente. Yo ya iba por la mitad, pero este señor me envió una vez un archivo bajo el epígrafe de 'frases de ayer y de hoy' con delicias como,

1 - ¿Sabes quién se ha vuelto loca?.
Mi polla en tu boca.

o...

2 - Puffff…. me ha diagnosticado el médico que tengo cicloste.
¿Cómo?
La polla como un poste.

o esta otra...

12 – Recuerdos del Blasco.
¿Qué Blasco?.
El que te dejó el culo hecho un asco.

y como este hombre es además licenciado en historia, pues digo coño, vale, rebobinaré. Y nada, se ríe un poco con lo del ful-ano, luego con lo de la freidora, y cuando dicen que sale un culo por la tele y resulta que se trata de una operación de colon también sonríe, pero llega un momento, que misteriosamente, dice, nano, me están empezando a poner de mal humor eh.. Y digo, de mal humor?? Dice, sí, por lo tontos que son joder. Digo, nano, vamos a ver, si ese par de panolis está claro que son personajes ficticios, los usan sólo como revulsivo. Para desestructurar la realidad que sí ponen realistamente a su alrededor y es la que debería ponerte de 'mal humor', sólo que como la muestran desestructurada por estos dos panolis pues te ríes.

Y es que mucha gente no lo entiende. Algunos piensan que un protagonista debe ser un héroe, otros que debe ser simpático (a no ser que se trate de material tenebrista), y hay quien sólo ve que por ser una serie de dibujillos cutres tiene que estar plagada de chistes 'racionales', aunque devengan en situaciones absurdas, pero argumentadamente. Son compis de piso o qué? Pues no tiene chistes, no hay gags, quién sabe si son compis? La gente trata de desgranar hasta las intimidades de unos mariconazos deprimentes que además ni tan siquiera se hayan en ninguna posible proyectación real? Es curiosa esta concepción que tenemos de las series y el hecho artístico en general, como si lo quisieramos todo mascado, todo bien explicado y limpio, todo determinado, que si hay enigmas sean símbolos, y si hay absurdo sea lineal. Buscando identificaciones en lugar de agudizar perspectivas, porque esta serie, no sólo es la mejor serie de animación que ha creado jamás un hombre o un equipo entero de dementes, es además la alegoría definitiva de la corrosión más inevitable. Es el espanto disfrazado de curiosidad, es la inteligencia más pesada desplomada al otro lado de una balanza en pulso vivo contra la estupidez. Es todo un jodido bálsamo, un chorro de agua helada intenso a la cara mientras yaces arropado por las dunas de un inclemente desierto. La respuesta representativa del humor que marcará a esta generación que los subnormales llamarán postpostmodernismo, y las personas normales simplemente los días de sus años jóvenes. Ahora, si todo se quiere o se cree que debe estudiarse, no, no señores, no encontraréis esta serie en vuestros almanaques decadentes.

Suenan los hamlet. Pero no en el ambiente. En mi cabeza. Y eso qué tiene de relevante? Pues no mucho si no fuese porque estoy jugando una partida de póker. Y ya veis, con esta actitud se presenta la noche. ‘Irracional!!!! Irracional!!!! Yo quiero ser!!! Irracional!!!!’. Así que como me llega un 10 y un cinquillo, no sé con qué descaro o jerol o espasmo, voy subiendo pitos. Y de repente yo y mi primo como que nos descojonamos con casi un paquete brindado en el tapete, con entusiasmo. El Paquito sonríe, somos tres, pero él no es partícipe del absurdo al que hemos llegado, quizá tenga.. una pareja de sietes? El caso es que el prota dice.. observo sus caras y por cómo reaccionan (no olvidemos q se trata del sin límite de texas y por tanto los intereses están tenazmente acotados para encontronarse) sé lo que tienen. Y si se hubiese inmiscuido esta noche en esta partida yo no sé si le habría dado un colapso neuronal de la incoherencia asistida y perplejidad ante lo indescifrable de esos gestos destinados a satisfacer el vicio simple, pero al menos unas buenas risas tal vez, porque el tema se resuelve con el Paco llevándose una mano de más de un paquete volcado en la mesa con la tragicómica pareja de doses. Al margen de ésto, no deja de ser un puto peliculón, que aún más al margen de jugadores fumetas y desmadrados revela de forma clara y transparente, las definiciones de un juego que existe para revelar aspectos del ser humano trascendentes. Desde su capacidad de observación sicológica hasta la habilidad estratégica púramente técnica. De la intuición y saber comprender unas mínimas reglas al servicio siempre de la protagonista apuesta, a tener los cojones de que no te palpiten las sienes en un arrebato de farolería inminente. En fin, debe verse, aunque he de decir que cuando aún no conocía los maravillosos aspectos de este fascinante, no juego, sino.. aliciente, me dormí. Pero hoy por hoy y acabándola de ver un jodido 10 y.. ‘all in’.

Esta serie es hiperfantabulosa. La he visto de siempre, cuando por aquel entonces canal nou anunció cuatro horas seguidas de animación los sábados por la mañana, yo ya me hacía las delicias pensando que buena parte se lo dedicarían a esta serie. Luego resultó que dos de esas cuatro horas se las dedicaban a películas enteras de animación rollo el señor de los anillos y otras mierdas. Un desengaño brutal fue lo que sentí intercalado entre series mierdas de toda la vida como la vieja de Spiderman, o Lucky Luck que por mucho que molara la sonata del 'soc un pobre i sol cowboy', la serie no enganchaba con nada.

Fue una época. Seguramente a los que les pilló con 18 años y gocen de un sentido crítico noble, no puedan más que despreciar de manera súbita las cuestiones que se reflejaban en esta serie tan nítidamente. Pero sinceramente, a mí me pillaría con apenas 12 años. El mundo que yo veía en esa serie era la idealización del mundo juvenil. No la juventud que un niño de 12 años no espera encontrarse, sino esa juventud que cara al espejo te remite al peine. A las chupas, a los vaqueros levi's tradicionales rotundamente desgastados. A las niñas lindas en lindos coches, a esos grupúsculos de fraternalidad endogámica. A la sensación, a la auténtica sensación ilusoria de vivir. Porque la sensación de vivir es precísamente éso. Una mera ilusión. Lo otro son sencillas sensaciones vitales. Es muy comprensible que si a mí me hubiese cogido con las edades que la serie pretende comprender para con sus protagonistas, también me hubiese parecido no sólo ridícula, también ofensiva y deplorable. Porque yo ya habría mojado el churrete, y entonces te das cuenta de lo jodido que es salir adelante. Y en la comparación inevitable de los chicos de Beberly Hills conmigo y mis círculos ambientales, hubiese nacido la confrontación previsible contra aquellos que simbolizando un descaro hacia la madurez, no son sino sencillos muertos vivientes. Pura juventud, gomina, sonrisas y coches. Tampoco bebo ya casi apenas coca. Y esnifada ya ni recuerdo cuánto hace.

Está algo embrollada a la mitad y parte del final. Pero tiene frases memorables como esa de ‘mis padres sólo hicieron lo que unos padres podían hacer: empeorar la situación.’ O esa otra de ‘Dios es un niño jugando con nosotros a modo de muñecos. Te aseguro que Dios no tiene nada planeado.’ Magistrales reflexiones que terminan empañadas con el final católico, pero que no por ello son menos loables. De hecho la peli va de como recupera la fe un ateo cazador de demonios en fase terminal que se pasea con un trabuco dorado en forma de crucifijo fumando pitillos compulsivamente. Y sólo esto ya es bastante atractivo. Además hay melodrama hijoputero por el medio y lascivias indeterminadas entre los protagonistas resueltas con simpatía. Y aunque no me quedó claro cual es el nexo de unión entre los protas a pesar de la labor explicativa que gestan, la peli no hace estragos porque la acción viene en su dosificación justa.