Almodóvar, rindamos cuentas y que quede claro, que cuando lo haces bien también hay que decirlo.
-Al igual que el queso, al pasar por un rallador, sigue siendo queso aunque con otra apariencia. Almodóvar, al pasar por otro género, sigue siendo Almodóvar aunque tenga otra apariencia.
-Antonio Banderas y Elena Amaya, tras pasar por el molde almodovariano, son mejores si cabe, mucho mejores.

Irregular pero poderoso film, tan poderoso que eclipsa sus errores. Es punzante, se te clava, deja huella, es inenarrable, elíptica, pretenciosa, artificiosa, perturbadora, atípica, pedante, estúpidamente consensuada, precisa, sorprendente...SORPRENDENTE.

Lo mejor de todo es que ha conseguido darle su sello personal y fácilmente reconocible a una película que se sale completamente de su ámbito de trabajo. Es Almodóvar, si, no se puede mentir. Mentiría si dijera que no hay homosexuales, sexo explicito, un papel femenino esencial...todo está, pero es mejor, aplicado a otra cosa, otro rollo, una vuelta de tuerca necesaria a su cine. Vas bien encaminado Pedro, muy bien hecho.