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México México · Por ahí
Voto de arkatun:
8
Romance. Drama. Ciencia ficción Un hombre (Hugh Jackman) realiza dos viajes: uno al pasado, a la España del siglo XVI, y otro al futuro, al siglo XXVI. Su objetivo es salvar la vida de su esposa enferma de cáncer, pero para ello tendrá que encontrar el legendario árbol de la vida cuya savia proporciona la inmortalidad. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2020
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(2006) Cine de 4.0 estrellas

Darren Aronofski, es un director audaz, hace lo que otros no intentarían, un director que exige a sus actores y a sus espectadores, y también a sí mismo. Amor, vida, muerte, temas esenciales que en esta cinta manifiestan su evidencia intensa, para esto explora los movimientos de la cámara en tres tiempos distintos, un presente real, un futuro posible, y un universo imaginado, su propuesta es el de una película dentro de una novela, la novela es aquí protagonista, y es una novela de amor y muerte, de asombro.

Hay momentos en que se debe sacrificar un pasado normal y aceptado para buscar un sueño con o sin réquiem (por si acaso se fracasa), Darren Aronosfski lo sabe, sabe que esta cinta le aparta a más de las tres cuartas partes de sus anteriores admiradores que conocen sus películas previas, incluso de muchos de los críticos que estaban por subirlo a un pedestal, y se arriesga a experimentar, a lanzarse a la búsqueda de un lenguaje cinematográfico que lo ubique a él y su película cuando menos cerca de los confines del arte, y para ello cuenta con una actuación notable de Rachel Weisz.

Él sabe del expresismo del lenguaje poético, aquello que se esconde detrás de la aparente incoherencia, la interacción que surge cuando un artífice deja infinidad de cabos sueltos en su obra, decenas de mensajes abiertos que el receptor ata e interpreta según su nivel de entendimiento, de cultura, de imaginación y sobre todo su nivel humano y espiritual, hay aquí una intención de juegos del tiempo, proponer la existencia como un instante extenso de recuerdos donde pasado y futuro son siempre un presente inclemente, y entonces un simple -ven a pasear conmigo-, tan cotidiano, alcanza sobrecogedores dosis de existencialismo y perennidad, de factible fugacidad.

Es un film que ha sido muy difícil de gestar, durante varios años, el cual casi estuvo a punto de quedar guardado en un cajón para siempre, que al final vio la luz, que le dará algunos problemas a Aronofski con la crítica y los espectadores, pero que al final por sí sola se posicionará al lugar que le corresponde en la historia reciente del cine.

(marzo2007)
Por: Godofredo Oscós Flores
arkatun
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