El hecho de que sea la segunda vez este verano que me la ponen en un autobús debería haber sido indicador suficiente como para no haber prestado atención a Sandra y Keanu. Pero después de todo, soy una romántica empedernida, estoy encerrada en este autobús y no tenía nada mejor que hacer.
Así que le he dado una oportunidad. Pese a un punto de partida interesante y llamativo, siento defraudar al que se guíe para verla por la sinópsis, tiene un desarrollo lento y a veces hasta resulta cansina. En mi opinión, está muy bien haber querido evitar unos personajes planos dotándoles de una vida propia, pero que no consigue emocionar. Lo que queremos es ver el camino que les lleva a juntarse. Esa es la parte que sí le funciona, y no el decepcionante final que comento más abajo en el apartado para spoilers.
No obstante, aunque no sea la película romántica del siglo, consigue llegar a la lágrima fácil. Así que, pleñideras dl mundo, aquí tenéis vuestra película-pijama de este fin de semana.