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España España · Madrid
Voto de Feisal:
7
Drama Adaptación del drama homónimo de Shakespeare. Otelo, el paradigma universal del hombre celoso, es un oficial moro que está enamorado de Desdémona. En una ocasión, tiene que abandonar la ciudad e ir a Chipre al frente del ejército de la República de Venecia. Cuando Desdémona y Casio llegan a la isla, el traidor Yago convence a Otelo de que Desdémona le ha sido infiel con Casio. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No siempre de Branagh vive Shakespeare en nuestros días, y aunque pueda parecer lo contrario, otros cineastas como Oliver Parker, Julie Taymor ("Titus") o Michael Radford (con "El mercader de Venecia") han aportado su visión para renovar y continuar con las adaptaciones del escritor más célebre de Inglaterra. En esta ocasión, Parker es totalmente fiel al texto original y a su ambientación, justo lo contrario que hace Branagh (capaz de situar la acción de "Mucho ruido y pocas nueces" en la Toscana italiana, o su monumental y memorable "Hamlet", en la corte danesa del lujoso siglo XIX), tanto temporalmente como artísticamente, ya que Parker apuesta más por una ambientación sobria y cuidada, lejos de barroquismo y el espectáculo de otras producciones, pero sin renunciar a una belleza que inunda gran parte de sus planos. El argumento, como toda obra de Shakespeare, se sigue con bastante interés, y el director sintetiza muy bien toda la historia de Otelo, Desdémona y Yago. Las pasiones, las miserias y las desgracias de cada personaje nos son mostradas sin efectismos, y no hay nada de teatralidad acartonada en las interpretaciones, lideradas por un imponente, vulnerable y ajustado Laurence Fishburne, que clava a su Otelo, y lo hace humano. Irène Jacob interpreta correctamente a Desdémona, aunque quizá le falta algo de chispa para darle el punto trágico y desgarrado de su personaje. Y Kenneth Branagh, bien, en su línea habitual cuando interpreta a un personaje shakespereano, pero en esta ocasión Oliver Parker consigue atarlo, y hace que su histrionismo, en ocasiones cargante, sirva a la maldad de su personaje. No sobreactúa demasiado, y se le ve comodísimo interpretando a Yago, aderezando, incluso, algunas situaciones con un punto de ironía y comicidad siniestra. Buen diseño de producción, buena música que envuelve la trama de celos y venganzas, ligero toque erótico y un final trágico y emotivo, con toda la fuerza de una buena obra del autor de Stratford-upon-Avon. Recomendable para todo amante de la literatura.
Feisal
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