Toda una demostración de psicología cinematográfica aplicada. Haneke demuestra su pericia de construcción de personajes humanos y lleva a una familia de clase media austríaca a la desintegración hasta sus últimas consecuencias.

Es una historia desgarradora, atípica y sorprendente. ¿Qué somos en realidad? ¿Qué nos queda sin nuestro oficio, casa, dinero? Haneke lleva a cabo, aquí, aquél poema de Pedro Salinas, "Para vivir no quiero..." que dice: "Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelto ya al anónimo eterno del desnudo..."

A parte de la potencia de la historia y de la construcción de personajes (bien interpretados por actores desconocidos en el panorama internacional) cabe destacar algunos aspectos de realización que caracterizarán a Haneke en metrajes posteriores de gran éxito como "Funny Games" como por ejemplo clavar la cámara en plano fijo durante casi 1 minuto para destacar el dramatismo y desnudez de determinadas escenas.