Así a lo tonto nos encontramos ya en la segunda mitad de este 2021 que, siendo honestos, está siendo bastante flojo en lo que a cine se refiere. Por no decir pésimo. Aunque tampoco podíamos pedir demasiado, viniendo de un año catastrófico que es mejor olvidar. Si me hubiesen preguntado a principios de año una sola cosa buena que nos haya dejado 2020, creo que no habría sabido qué responder.

Pero ahora lo sé.

La pequeña pantalla se está convirtiendo poco a poco en nuestra sala de cine particular, donde cada vez es más frecuente encontrar películas comerciales con presupuesto estrenándose en exclusiva en la plataforma de turno. Por una parte resulta más económico y cómodo el poder ver un estreno de ese calibre desde nuestro sofá, pero por otra parte es una experiencia algo más triste y solitaria.

También hay que navegar entre mucho contenido mediocre para llegar a algo rescatable; cientos de ventanitas intentando atraer tu atención con alguna imagen sugerente, tops 10 que te hacen preguntarte muchas veces qué clase de gente hay detrás y por qué narices están pagando, un buscador que parece que quiera ocultarte las rarezas que verdaderamente merecen la pena, qué haces que no estás mirando ya esta lista de 150 series LGTBIQRCZSC3PO++...

En fin, que entre tanta bobería encontré esta joyita en medio de la nada. Nada de grandes presupuestos. Solo un joven cómico encerrado en su casa durante el confinamiento, con ganas de decir cosas a través de su música y su vis cómica.

He de decir que no conocía de nada a Bo Burnham, pero desde ahora le seguiré la pista muy de cerca. El talento de este hombre para componer, cantar, grabar y en general crear contenido de la nada es abrumador. Es un especial de comedia sí, y me reí mucho con varias de sus ocurrencias y sobre todo con la letra de sus canciones, absolutamente hilarantes y siempre con mensaje de fondo, a veces sutil y a veces bien directo. Pero también posee un lado más oscuro que por momentos casi se acerca al cine de terror, con ligeras reflexiones sobre la soledad, el miedo al éxito o al suicidio. Está todo tan bien hilvanado en estos 80 minutos que es un todo perfecto. Particularmente me dejó alucinando el hecho de poder crear tanta genialidad en un periodo de tiempo donde lo que más costaba era reírse.

Más tarde me he ido viendo varios de sus trabajos anteriores y desde luego el chaval apuntaba alto desde hace bastante. Lo sorprendente aquí es ver cómo lleva todo su contenido a otro nivel.

Es sin duda lo mejor que he visto en lo que va de año, lo más creativo, divertido y auténtico con diferencia.
Aprende Hollywood.

Lo mejor: las canciones son una maravilla, divertidas, sorprendentes y muy bien escenografiadas contando los medios de los que disponia.
Lo peor: que no dure más.