Cuando el aceite de la lámpara comienza a extinguirse, las sombras cobran vida y se proyectan sobre las paredes con un movimiento sinuoso, inquietante y amenazador.
Como un remedo de la caverna de Platón da la impresión de que realidad y fantasía se asocian con el único propósito de confundir.

Película original y de emotividad intensa en la que la estilográfica de S. Holmes se percata de que lo que acaba de escribir es la historia de una soledad.

Todo el resto son apariencias y pertenecen al teatrillo de la vida.