La película comienza con aires de solemnidad, de trascendencia, de proyecto mayor y de voluntad antropológica pero enseguida se advierte que sólo se trata de una ilusión.
En realidad nos encontramos ante una cinta baladí que deambula con paso inseguro por la historia de Humanidad sin acertar a plantear su tesis ni a desarrollar con solvencia la historia que pretende narrar.

La invitación a la reflexión resulta escasa y la peripecia vital de los grupos humanos que nos muestra es tan insulsa como poco convincente.
Y la fauna antediluviana que aparece en la pantalla sólo produce indiferencia.

La certeza de haber perdido el tiempo es la sensación que te invade cuando abandonas la sala de proyección.