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Voto de Revista Contraste:
6
Drama Virginie, Erik y Aristide, tres policías parisinos, se ven obligados a aceptar una misión poco habitual: reconducir a un extranjero a la frontera. Durante el camino al aeropuerto, Virginie entiende que si el prisionero pone un pie en su país de origen sufre el riesgo de morir. Frente a dilema moral, intenta convencer a sus colegas de que lo dejen escapar. (FILMAFFINITY)
3 de mayo de 2021
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Police es la nueva adaptación literaria que lleva a Anne Fontaine de vuelta a la gran pantalla. Tras conseguir el milagro de la verosimilitud con Les innocents (2016), basada en hechos reales, Fontaine recae en la falta de ritmo y narrativa al dirigir una historia inverosímil, aunque con un buen reparto.

Como lo hizo con Dos madres perfectas (2013), la directora hace una traslación de la novela de Hugo Boris carente de realismo y que deja mucho que desear. El drama –que gira en torno a la vida de tres policías con conflictos y angustias emocionales en lo personal– muestra cómo, en una sola noche, se ven sumidos en una situación que les hace debatirse entre su moralidad como individuos o su deber como policías.

Por eso, su dificultad principal es querer reflejar tantos dilemas en un film que transcurre en tan solo 24 horas. Virginie (Virginie Efira), infelizmente casada, tiene un bebé de dieciocho meses y está embarazada de su amante, Aristide (Omar Sy), un compañero del cuerpo de policía que esconde, bajo su fachada, varios problemas psicológicos. El tercero en discordia es Erik (Gregory Gadebois), un desabrido policía afectado de un alcoholismo ocasionado por la debacle de su vida en pareja.

La trama que une a los protagonistas es el traslado de un migrante (Payman Maadi), al que los tribunales no han concedido asilo y tiene que ser deportado a su país de origen. Esta problemática –la de la inmigración clandestina– con otro tratamiento podría haber sido más trascendente y hacer de Police una apuesta sólida al respecto, pero nada más lejos de la realidad.

La conciliación familiar, el aborto, incluso la violencia de género o las expulsiones en las fronteras resultan un conjunto de temas demasiado complejos para abordarse de una manera fría y superficial. A pesar de que tienen cierta fuerza en el arranque de la película, todos ellos se van perdiendo, de forma paulatina, en el transcurso de los minutos.

En definitiva, un drama evitable con un final inverosímil que tiene como baza principal a los carismáticos y taquilleros actores Virginie Efira y Omar Sy a los que les acompaña, eso sí, un buen trabajo de fotografía.

www.contraste.info
Revista Contraste
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