Los coreanos irrumpieron con una serie en donde se juegan el todo por el todo, personas que no tienen mucho que perder y por ello son sometidas entra la vida y muerte a arriesgar el pellejo por dinero. En este contexto, por más absurda que fuera la trama, se colocan los condimentos de sangre por doquier, muertes, traiciones y reflexiones socio políticas y culturales, que si analizamos un poco más hasta lo filosófico o antropomórfico aparece… Pero de amor poco y nada.
Entretiene, tiene algunas particularidades que llaman la atención y hacía el final lo que iba por un lado o se desvanece o queda inconcluso, dando pie a lo que sería una segunda temporada en lo que podría haber una extensión hasta el final de los tiempos.
Tiene algo de los Juegos del Hambre, de 1984, de Saw y quizá algún condimento Gore que tanto entretiene a sádicos y perversos. Véanla, se pasa rápido y todos estaban hablando de ella.