Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de reporter:
7
Terror Secuela de la película [•REC] (2006), con el mismo formato de falso documental. Quince minutos después del final de la primera parte, un grupo de policías entran en el edificio acompañados por un doctor con tal de conseguir la sangre de los infectados, en especial la de la infectada inicial que habitaba el ático, para encontrar una cura. A su vez, tres adolescentes, un bombero y un antiguo inquilino entran por el alcantarillado. Lo que ... [+]
2 de octubre de 2009
32 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace dos años que se presentó en sociedad el fenómeno ‘[•REC]’. La pareja formada por Jaume Balagueró y Paco Plaza, que hasta aquel entonces contaba con el más que dudoso honor de haber dirigido ‘OT la película’, acalló muchas bocas con aquella impactante cinta de terror. Como además el experimento funcionó a las mil maravillas en taquilla, no era de extrañar que los directores volvieran a juntarse para probar suerte. Aunque más que tentar a la diosa fortuna, sería más acertado hablar de apostar al caballo ganador. Porque si una cosa funciona, no hay que cambiarla, y en esencia, son pocas las variaciones palpables con respecto a la anterior entrega de la saga.

Sigue habiendo cámara al hombro (la excusa en esta ocasión es dejar toda constancia posible de una misión de vital importancia), las escenas de acción son trepidantes y el tempo narrativo es un calco del mostrado en ‘[•REC]’: calma que precede a la tempestad, ataques desconcertantes, pequeña pausa para aliviar tensión, y la obligatoria traca final. Pero al fin y al cabo estamos ante una secuela, con lo que también se aplica otro principio universal para dichas ocasiones: más cantidad de todo. Así, en ‘[•REC]²’ hay más personajes principales (ergo más candidatos a cadáver), más carreras frenéticas por las escaleras, más disparos, y sobretodo... mucha más sangre.

Por ello no hay que hacer caso a aquella promoción en la que se anunciaba que “la comedia se había acabo”. Cierto es que sería injusto hablar de un producto cómico, pero hay que entender que lo que ha movido esta película es un espíritu claramente lúdico. Se acentúan pues las ganas de pasarlo bien, ya sea a base de logradísimos momentos de alta tensión, ya sea a base de accidentes macabros con los consiguientes chorros de hemoglobina (la canción que suena en los créditos finales obviamente no ha sido elegida por casualidad). Por si había todavía alguna duda, al igual que sucediera con la primera película, es imprescindible el visionado en una abarrotada sala de cine: los saltos y conmociones del público están más que asegurados.

Aunque entre balazo y balazo se haya perdido buena parte de aquella ironía sutil que sin apenas darnos cuenta, conseguía una muy buena radiografía -casi sátira- de la actual sociedad española urbanita, no hay que desmerecer un guión que no pierde nunca el ritmo, y que en términos narrativos está muy bien estructurado. En labores de dirección, Balagueró y Plaza siguen fieles a su estilo y se nota que se sienten cómodos en este agotador formato. El sonido falla, las imágenes se distorsionan y la grabación se corta... pero todo ello está empleado con gran sabiduría, en pos de un espectáculo que, por suerte, está pasadísimo de rosca. Buena cuenta de ello dan las escenas de acción, excelentemente coreografiadas y planificadas (genial el momento en solitario de Larra, otro personaje cuyo nombre también dudo que haya sido designado por mero azar).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow