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Fantástico. Aventuras
Fantasía épica que adapta la serie "Avatar: The Last Airbender". La nación del Fuego declara la guerra a las naciones del Aire, el Agua y la Tierra. Tras un siglo de lucha, no hay esperanza alguna de acabar con tanta destrucción. Aang (Noah Ringer), el más reciente sucesor del ciclo del avatar, el único con poder para controlar los cuatro elementos, tendrá que viajar hasta el Polo Norte para dominarlos y poner fin a la guerra. En esta ... [+]
30 de julio de 2010
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haciendo balance general, el 2010 se está revelando como un auténtico annus horribilis cinéfilo, y viendo lo que está por llegar, no parece que la tendencia vaya a invertirse. Es por ello que en lo que queda de ejercicio, cabe temerse lo peor, pero ahora mismo me resulta imposible esperar algo más lamentable que ‘Airbender, el último guerrero’. En lo que llevamos recorrido de la presente temporada cinematográfica nos hemos topado con propuestas de calidad sensiblemente inferior (y en lo que está por venir, seguramente encontraremos más perlas), pero lo de este salto a la gran pantalla de la popular serie de animación de Nickelodeon tiene delito. La razón de tamaña decepción tiene nombre y apellidos: M. Night Shyamalan.
Cierto que los últimos trabajos del director de origen hindú indicaban un más que perceptible bajón en su trayectoria (tanto en ‘La joven del agua’ como en ‘El incidente’ había planteamientos e ideas muy prometedoras, pero a diferencia de sus anteriores filmes, éstas no se veían correspondidas por un desarrollo plenamente satisfactorio, un indicio más latente en el segundo caso). Cierto que quizás el chasco más grande nos lo llevamos hace tiempo cuando se confirmó quién se haría cargo de esta adaptación (adaptación que ya sea dicho, por obra y gracia de James “Rey de Pandora” Cameron, tuvo que cambiar su título... primer síntoma de la deriva del proyecto). Pero por muy malas que fueran las vibraciones antes del visionado, nada ni nadie podía prepararnos para semejante despropósito.
Volviendo al anuncio de quién sería el encargado de dirigir el filme... la desilusión que nos llevamos algunos fue porque esto significaba ver a una de las mentes más inquietas de Hollywood perdiendo el tiempo en un producto cuya mayor petición consiste en calcar las imágenes ideadas por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko. Esto Kevin Smith -alguien que sabe muy bien lo que está pasando aquí- lo pondría directito en la categoría de “película-para-sacar-pasta”. Otros directamente hablarán de prostitución. Se aceptan ambas respuestas. Incluso una tercera. En ‘La joven del agua’ Shyamalan decidió vengarse de la prensa especializada que -según él- tantos palos le había dado. Para ello ideó un crítico de cine ficticio que por sus comentarios repelentes e incapacidad por comprender lo que ocurría a su alrededor, se convertía en el bufón de la función. Un dardo envenenado mandado con bastante gracia, hay que admitirlo.
Cierto que los últimos trabajos del director de origen hindú indicaban un más que perceptible bajón en su trayectoria (tanto en ‘La joven del agua’ como en ‘El incidente’ había planteamientos e ideas muy prometedoras, pero a diferencia de sus anteriores filmes, éstas no se veían correspondidas por un desarrollo plenamente satisfactorio, un indicio más latente en el segundo caso). Cierto que quizás el chasco más grande nos lo llevamos hace tiempo cuando se confirmó quién se haría cargo de esta adaptación (adaptación que ya sea dicho, por obra y gracia de James “Rey de Pandora” Cameron, tuvo que cambiar su título... primer síntoma de la deriva del proyecto). Pero por muy malas que fueran las vibraciones antes del visionado, nada ni nadie podía prepararnos para semejante despropósito.
Volviendo al anuncio de quién sería el encargado de dirigir el filme... la desilusión que nos llevamos algunos fue porque esto significaba ver a una de las mentes más inquietas de Hollywood perdiendo el tiempo en un producto cuya mayor petición consiste en calcar las imágenes ideadas por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko. Esto Kevin Smith -alguien que sabe muy bien lo que está pasando aquí- lo pondría directito en la categoría de “película-para-sacar-pasta”. Otros directamente hablarán de prostitución. Se aceptan ambas respuestas. Incluso una tercera. En ‘La joven del agua’ Shyamalan decidió vengarse de la prensa especializada que -según él- tantos palos le había dado. Para ello ideó un crítico de cine ficticio que por sus comentarios repelentes e incapacidad por comprender lo que ocurría a su alrededor, se convertía en el bufón de la función. Un dardo envenenado mandado con bastante gracia, hay que admitirlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Con ‘Airbender, el último guerrero’ quizás ha querido castigar al mundo entero por no saber apreciar como es debido sus últimas obras. Mensaje captado: si no se le trata mejor, volverá de nuevo a la carga con las otras dos temporadas ya emitidas en televisión. Mejor ahorrárselo, ya que no hay por donde coger esta película. A nivel interpretativo, las ya predecibles flojas actuaciones de los chavales nos dejan especialmente a un mocoso repelente con la frente tatuada que va dando brincos sin cesar y a un Dev Patel que en su primera aventura hollywoodiense se pasea por este mundo de fantasía con permanente cara de susto. Por su parte, el 3D no llega al nivel insultante de ‘Furia de Titanes’ pero le va muy a la zaga. El boom de las gafas polarizadas está perdiendo fuelle a marchas forzadas... la explicación la encontramos en títulos como este.
Y en medio del meollo aparece otra vez la figura de Shyamalan, que en esta ocasión fracasa estrepitosamente en sus dos funciones más fundamentales. Hay que entender la dificultad que entraña escribir un guión que comprima en cien minutos una temporada entera que en total supera las seis horas de duración, pero ni teniendo esto en cuenta se puede defender un texto tan pobre, con diálogos tan insípidos y con una preocupante falta de ritmo tratándose de una cinta de aventuras. Además, en nuestro territorio tenemos el agravante de un doblaje si cabe más patético (comparar el ying y el yang con el “tira y afloja” no tiene precio). En la labor de dirección tampoco mejora el panorama. No hay más que ver las escenas de acción, como el innecesario y torpemente ejecutado plano secuencia de la aldea de la tierra, o los tristes intentos de acercarse a figuras como el Zack Snyder de ‘300’, que acaban reflejando una imagen mucho más parecida a la del peor Uwe Boll. Normal que Shyamalan haya decidido dejar de lado su tradición de tirar de cameos o de pequeños papeles para dejarse ver el pelo durante unos minutos... ya de paso podría haber borrado su nombre de los títulos de crédito.
Y en medio del meollo aparece otra vez la figura de Shyamalan, que en esta ocasión fracasa estrepitosamente en sus dos funciones más fundamentales. Hay que entender la dificultad que entraña escribir un guión que comprima en cien minutos una temporada entera que en total supera las seis horas de duración, pero ni teniendo esto en cuenta se puede defender un texto tan pobre, con diálogos tan insípidos y con una preocupante falta de ritmo tratándose de una cinta de aventuras. Además, en nuestro territorio tenemos el agravante de un doblaje si cabe más patético (comparar el ying y el yang con el “tira y afloja” no tiene precio). En la labor de dirección tampoco mejora el panorama. No hay más que ver las escenas de acción, como el innecesario y torpemente ejecutado plano secuencia de la aldea de la tierra, o los tristes intentos de acercarse a figuras como el Zack Snyder de ‘300’, que acaban reflejando una imagen mucho más parecida a la del peor Uwe Boll. Normal que Shyamalan haya decidido dejar de lado su tradición de tirar de cameos o de pequeños papeles para dejarse ver el pelo durante unos minutos... ya de paso podría haber borrado su nombre de los títulos de crédito.