Película divertida y entretenida que no resulta una gran comedia, pero que tampoco decepciona como lo hacen otras de su mismo estilo.
Uno ve como es una historia bastante predecible, y que se parece a otras muchas, pero que aun así cuenta con algo que resulta interesante.
No sé si será la gracia y magnetismo innato que tiene el divertido Matthew Perry (aquí vuelve a demostrar sus dotes para la comedia), o tal vez sea la sensualidad que derrocha la bellísima Salma Hayek, pero ambos hacen una pareja encantadora que funciona muy bien.
Es una película que está destinada únicamente para desconectar y pasar el rato. Un rato agradable con el que uno se divierte.
Quiero decir que no es una comedia con la que uno esté riéndose en todo momento. Pero sí que resulta en cierto modo entrañable.
También hay que hacer referencia a que es bastante predecible, y que cuenta con momentos que no funcionan del todo bien. Escenas que en cierto modo están forzadas para producir la gracia y llevar al espectador a un terreno cómico, que a lo mejor no corresponde, y debería ir algo más romántico.
En fin, comedia que no es una de las joyas de este género, pero con la que uno pasa un rato entretenido y agradable. Una comedia que funciona más o menos, gracias al clímax que se crea entre los dos protagonistas. Uno que se maneja en este tipo de películas como pez en el agua, y su acompañante que encandila con una sola mirada o con un único movimiento de caderas.