Walt Disney produce esta historia dirigida principalmente al público infantil, ya que sinceramente la historia no es que esté creada con grandes pretensiones.
Situados en este planteamiento, se debe decir que la película distrae y tiene ciertos momentos graciosos, pero la historia no es para nada de calidad.
No obstante hay que reconocer el trabajo realizado por ordenador con los perros, a fin de que parezcan que hablan de verdad. Las expresiones están bastan bien realizadas, dando un toque de humanidad a los animales, el cual encaja de manera perfecta con los diálogos y las frases que intecambian los diferentes perros.
Por lo demás no hay mucho más que destacar. Sólo que realmente es muy divertido ver a los diferentes perros vestidos con trajes bastantes estrafalarios, y comprobando que son los verdaderos dueños de las mansiones en las que viven. Todo ello se demuestra en los diálogos que se exponen durante la película, los cuales en ciertos momentos son muy ingeniosos, aunque no llegan a sorprender en un guión bastante predecible.