La primera impresión que me llevé al salir el animal en escena fue una mezcla de desconcierto y desilusión. ¿Esta inaguantable voz voy a tener que soportar durante toda la película? ¿Pero a quién coño pertenece? Unas horas más tarde, tras acabarla e investigar en Internet, me quedé de piedra... joder, con el Carlos Latre.

Me irritación total llegó al tener que soportar a un gato no proporcionado con el resto del planeta. Que sí, que me parece muy bien que en el cómic sea así de gordo y que gaste tanto molondro. Pero el amo en el cómic también lo es (cabezón). Y si el amo, los otros gatos, los perros, las ratas y la tía buenorra tienen en la película una proporción, ponedme al gato más o menos; no digo a escala real, pero que no cante tanto.
No me gustó tampoco que fuese digital; desentonaba tela cuando alguien lo cogía en brazos; se veía perfectamente que algo no iba bien en la imagen. Y me jode que algo no vaya bien en la imagen porque el plasma me costó un huevo; quiero ver la perfección en pantalla, que para eso lo pagué.

El amo, además de parecerlo era tonto. El villano (si se puede llamar así) tampoco se quedaba atrás. Y bueno, no es que sea malo eso... pero no se, me daba la impresión de que se quiso bajar el listón intelectual del personal, para así hacer parecer más listo al felino. Y eso es de currarse bien poquito la historieta. Métele más chispa al gato y déjame la población a un nivel medio normal; vamos, digo yo.

Con los chistes andamos también flojitos. Desde Los Morancos no he visto nada en televisión con tanta malaje como el repertorio de la peliculita de marras.

Y se me están acabando los puntos de exposición; y esto ya me huele a suspenso de los gordos. ¿Por qué?... pues porque si supuestamente, el plato fuerte del film son los chiste, el gato y las aventuras del mismo; y nos encontramos con unos chistes penosos, un gato mal ajustado a las proporciones (o un mundo mal ajustado al gato), y una aventura ideada en cinco minutos (porque os aseguro que no se tarda más en idear esto)... pues apaga y vámonos.