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Voto de JuanCádiz:
5
Animación. Infantil. Drama. Musical Oculto a las miradas de todos los ciudadanos de París, en lo alto del campanario de la catedral de Notre Dame, vive Quasimodo. Su tutor, el juez Frollo, no le permite bajar nunca del Campanario. En compañía de tres simpáticas gárgolas de piedra, Victor, Hugo y Laverne, Quasimodo pasa las horas observando el bullicioso ir y venir de la gente. Hasta que un día, decide bajar a escondidas y conoce a la bella Esmeralda, con la que vivirá su mayor aventura. (FILMAFFINITY) [+]
8 de junio de 2009
15 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un joven muchacho con excelente corazón aunque con graves carencias en cuanto a encanto físico se refería. Él era consciente de su fealdad, aunque prefería denominarse a sí mismo como -no soy feo; soy difícil de mirar-.
Iba a una escuela pública, siendo allí, por parte de sus compañeros, objeto de burla día sí día también. Sobre todo era, en los temidos 30 minutos de recreo, cuando los demás niños demostraban estar en plena forma lingüística haciendo uso de una maldad insana con el único objetivo de hacer reír a costa de un ser maltratado terriblemente por aquella a la que llaman madre naturaleza. Él pensaba equivocadamente que en un colegio privado las cosas le iría mejor; sin saber que cabrones y mala leche habitan en cualquier nivel social.

A él le gustaba recordar un cuento que le relató su tierna abuela años atrás; el patito feo. Le subía la moral pensar que algún día, sin saber aun cómo, dejaría de ser un macabro polluelo para convertirse en un espléndido cisne. Soñar era gratis. Además, tenía por vecina una niña realmente encantadora con la que había conseguido conectar. ¿Será amor? - Se preguntaba a menudo. Ya se veía a sí mismo en años venideros con cara de cisne, casado con la vecina, cuatro hijos, suegra impertinente, hipoteca y pasándolas canutas para llegar a fin de mes. Lo que se dice una vida normal. En los seis segundos que duraba la fantasía conseguía sentirse casi una persona feliz.

Aunque fue en una nublada tarde de Junio del 96 cuando abrió horrorizado sus desagradables ojos, dándose cuenta, que el esperado cisne jamás atravesará su pecho para acomodarse en su interior. Lo descubrió sentado en la fila-15 / butaca-9 del cine Maravillas. La película se titulaba El jorobado de Notre Dame. Y le contó, que su joven y bonita vecina podrá ser su amiga de por vida. Pero a la hora de amar siempre se quedará con el guapo por muy gilipollas que parezca en principio.
A la salida del cine dijo;

- Mamá, quiero ir al campanario del pueblo.
- ¿Para deleitarte admirando su hermoso estilo barroco?.
- No, para colgarme de él.
- ¿Del cuello?.
- Probablemente.
JuanCádiz
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