Una de las frases que pasaran a la historia del celuloide es la siguiente: “Sé que lo estás pensando, cerdo, ¿si dispare las seis balas o solo cinco?, te aseguro que yo también estoy dudando, pero tratándose de un magnum 45, capaz de volarte los sesos ¿no crees que deberías sentirte afortunado?”.
En la ciudad de San Francisco, trabaja el inspector Harry Callahan, que es juez y verdugo, no tiene favoritismos y odia a todo el mundo. Y al que le duran los compañeros menos que un caramelo a la puerta del colegio. Interpretado por un duro Clint Eastwood.
En la misma ciudad hay un asesino en serie, cuya motivación parece ser el dinero, que no duda en terminar con la vida de sus rehenes.
Largometraje que marco un precedente en el género policiaco, (lo de las cabinas telefónicas, lo pudimos ver en “Jungla de cristal 3”) y que lanzo más al estrellato a Clint Eastwood. A raíz del éxito de este largometraje, vendrían después otros con el mismo protagonista.
¿El fin justifica los medios? ¿Es necesario algunas veces, tomarse la justicia por nuestra mano? ¿Está la ley, preparada para responder eficazmente para proteger al ciudadano? Son alguna de las preguntas que nos plantea esta película.