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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
9
Drama. Comedia. Fantástico Una muñeca hinchable de tamaño natural vive en un modesto piso de Tokio. Es la única compañía de su solitario amo, un hombre de mediana edad. Él le habla, la baña y le hace el amor cada día cuando vuelve del trabajo. Sin embargo, esta rutina se rompe cuando, de repente, la Muñeca Hinchable cobra vida y con ella un alma. Acaba de nacer y no entiende lo que ocurre a su alrededor, aunque se da cuenta de que existe otro mundo más allá de ... [+]
20 de julio de 2010
27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así como Gepetto construyó a un Pinocho imperfecto, esta mujer de aire artificial, esta muñequita de suaves curvas tiene en su mente una frase que la caracteriza: "soy una mujer sustitutiva, aplaco los deseos sexuales de otros". Air doll parte de una historia simple y fácilmente decodificable.

Nos encontramos ante una metáfora transparente en donde de pronto una muñeca sin vida descubre su propio corazón, su capacidad de amar y de sentir dolor por partes iguales. Toda la cinta es complementada por una voz en off que nos transmite sus sensaciones, pero no de forma vulgar: el guión busca la profundidad literaria, la poesía detrás de todas las cosas. Por momentos es conmovedora, por momentos se regodea en su propia belleza pero jamás llega a desvirtuar la intensidad de su mensaje.

Vale aclarar que el giro fantástico está al servicio de un punto de vista, una forma de ver el mundo, y no al revés. Los conflictos planteados le pertenecen al ser humano sin distinción de sexo. Sin embargo, la mirada está focalizada desde una perspectiva netamente femenina. Esto es importante, puesto que el sentido primigenio de artificialidad nunca se abandona: la muñeca devenida en mujer aprende a vivir, a conocer y a ser lastimada hasta buscar como último aliento su deseo natural de trascender, pero sin poder desprenderse jamás de su origen distinto. Nos encontramos ante una metáfora que se eleva raudamente, pero que jamás puede negar su naturaleza distinta al mundo que la rodea.

Durante una secuencia, a mi parecer la única pega relevante, los tonos suaves y sugerentes derivan en un final brusco, cuasi gore. Un vicio del cine oriental, que en este caso altera demasiado los tonos que conforman el soporte de la peli.

Air Doll no es novedosa desde su idea inicial, pero sí desde su tratamiento y, principalmente, su seriedad. Porque una muñeca que sirve como "geisha involuntaria" daba para cualquier tipo de enfoques grotescos y cómicos.
Juan Rúas
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